Once años después de la última victoria socialista en unas elecciones generales, Pedro Sánchez llamó a los suyos a "ganar" el 28A y a hacerlo por una "amplia mayoría", para lo cual se dirigió a los abstencionistas y a los indecisos y les pidió que "confíen" en el PSOE. "Tienen que ir a votar los socialistas convencidos, pero también tenemos que dirigirnos al conjunto de españoles: a los que han decidido que no van a ir hay que decirles que su voto cuenta y a los que nos saben a quién van a votar les pido que confíen en el PSOE", reclamó ante unas dos mil personas en la Caseta Municipal del recinto ferial de Dos Hermanas (Sevilla).

A apenas cuatro horas para el arranque oficial de campaña, Sánchez protagonizó este acto junto a la líder del PSOE andaluz, Susana Díaz, y la ministra de Hacienda y cabeza de lista, María Jesús Montero, en una ciudad que es un lugar simbólico para él porque fue donde anunció su candidatura a las primarias en 2017.

Allí advirtió de que si el PP, Cs y Vox suman una mayoría parlamentaria el 28 de abril "la confrontación territorial está garantizada, la corrupción volverá a las instituciones, porque el PP no se ha limpiado, y volverán los recortes y la involución en el Estado del bienestar".

Tras arremeter contra el PP porque "el partido de los sueldos en B y los recortes les diga a los trabajadores que les va a recortar el salario mínimo", alertó de que, "si la derecha suma, van a hacer en España lo que están haciendo en Andalucía".

"¡Noooooo!", le respondió el auditorio; "¡que sí!", les insistió él, "¡que ese riesgo existe!", dijo convencido, al tiempo que subrayó que "la única fuerza que les puede frenar y puede sumar más que ellas es el PSOE".

Fue un acto con llamadas a la unidad en el partido, de exhibición de orgullo por los 140 años del PSOE y de reivindicación de los diez meses de un gobierno que "cuando termine su tarea va a hacer que a este país no le conozca ni la madre que lo parió", dijo la ministra Montero, citando al histórico Alfonso Guerra, alejado en la actualidad de la línea oficial. Un acto también en el que el veterano alcalde Quico Toscano apeló expresamente el espíritu de las primarias que Sánchez ganó a Díaz hace casi dos años.

Aclamado al grito de "¡presidente! ¡presidente!" y "¡Pedro! ¡Pedro!", Sánchez sostuvo que, aunque en diez meses no ha podido cambiar España, pero que sí ha puesto "rumbo a otra España más justa y más limpia y que garantiza la convivencia dentro del marco de la Constitución".

Defendió la política "útil" y dirigida a redistribuir los frutos del crecimiento económico, frente a la del insulto, la confrontación y la mentira. "Si en lugar de 84 diputados tenemos una mayoría parlamentaria amplia ¿os imagináis lo que podemos hacer por este país?", incidió, tras criticar que el PP y Cs hayan empezado a "repartirse sillones y ministerios antes de que los españoles hablen".