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Elecciones autonómicas Los candidatos deben reflexionar

Medias verdades electorales

Superficialidades, radicalismos, tergiversaciones y exageraciones han protagonizado la campaña | También creció el número de promesas imposibles

Medias verdades electorales

Cuando en los albores de la democracia Adolfo Suárez inició la campaña electoral con su archifamosa frase: "Puedo prometer y prometo", la mayoría de españoles le creyó. Eran otros tiempos. La credibilidad de la clase política está hoy más bien en entredicho, aunque ganarla o perderla sigue siendo la principal baza para contar con el respaldo o rechazo de los votantes.

Los ejemplos del riesgo de ruptura de la confianza entre electores y elegibles son numerosos. Y tienen su razón de ser en la tendencia a la exageración o a la simplificación con que la clase dirigente ha afrontado las elecciones del 28A y las que tendrán lugar mañana. Y es que las medias verdades; el uso de datos erróneos o directamente falsos; los discursos superficiales o radicales; las tergiversaciones y exageraciones se han convertido en habituales de las últimas campañas. Y Canarias no iba a ser menos: en los mítines y debates de las elecciones municipales, autonómica y europea se colaron gazapos relacionados con Venezuela, las inversiones, los impuestos, el turismo, el REF y la ultraderecha. He aquí algunos botones de muestra:

¿Un REF para ricos? Podemos reincidió en acusar al REF de "beneficiar solo a los ricos". No es un REF social, sostiene, y por ello ni lo apoyaron ni lo defienden. Queda por tanto la duda de si lo harán cuando lleguen al Gobierno, si llegan, o simplemente cambiarán su mantra. Las contundentes críticas al "fuero canario"-en palabras del especialista en nuestro régimen económico y fiscal Salvador Miranda-, las realizan tanto los dirigentes regionales como nacionales de la formación morada. Su eurodiputado Miguel Urbán resumió la percepción que tienen los podemitas españoles de Canarias en dos descripciones: "un paraíso fiscal a causa de las políticas de Coalición Canaria" y el escenario de "un turismo depredador". Sin matiz alguno. Ni una sola referencia al hecho de que del turismo come el 40% de la población trabajadora de las Islas y genera el 35% de su riqueza.

No todos los canarios recuerdan que el REF fue uno de los grandes logros por el que lucharon las fuerzas democráticas en la oposición en tiempos de Franco y que nació con la idéntica filosofía que la que inspiró los Puertos Francos: compensar la lejanía e insularidad de Canarias, porque dificultan su desarrollo. Hasta Europa, tan poco dada a reconocer singularidades territoriales, consolidó el concepto de ultraperificidad para referirse a la necesidad de dar un estatus singular a sus territorios insulares o archipielágicos que quedan más allá de sus periferias continentales: las Regiones Ultraperiféricas, con Canarias a la cabeza en dimensión.

El caso es que, gracias al REF, los canarios se benefician de una peculiaridad fiscal que nada tiene que ver con la opacidad de los llamados paraísos fiscales. Entre ellas un impuesto indirecto a un tipo de los más bajos del mundo (6,5% de IGIC), que favorece efectivamente a toda la actividad económica que se desarrolla en las Islas, la realicen pequeños, medianos o grandes empresarios (contados por cierto con los dedos de la mano en una tierra en la que el tejido empresarial es en un 90% pyme). También incluye el REF la polémica Reserva de Inversiones de Canarias (RIC), por la que las empresas (igualmente de todos los tamaños) no pagan impuesto de sociedades si se comprometen a reinvertir, con determinadas condiciones, los beneficios obtenidos. La existencia de fraude fiscal no es óbice para condenar un régimen económico y fiscal que dinamizó la economía canaria, que tiene un sobrecoste de hasta el 30% por estar situada a 1.500 kilómetros del resto de España y ser un territorio fragmentado. Y favoreció por tanto la creación de empleo: los 420.000 ocupados que existían en Canarias antes de su aprobación casi llegaron a 900.000 en el transcurrir de los años.

El REF también incluye medidas de protección a los sectores más vulnerables de las Islas como la agricultura. Los canarios por tanto no son más pobres por contar con "un REF para ricos", como sostiene Podemos, sino porque no llegan las inversiones y financiación autonómica de acuerdo a la media nacional, en función de su población, tal y como reclama Canarias desde hace lustros y quedó, por fin, anclado en el nuevo REF y el nuevo Estatuto. Eso sí, con el voto en contra de los nuevos políticos de esta formación.

Una fiscalidad "sin complejos". Frente a esta visión distorsionada y demagógica de la fiscalidad canaria, los partidos que se sitúan en el extremo contrario del arco político exageran por el otro lado. Partido Popular y Ciudadanos han prometido bajar la presión fiscal en Canarias, que consideran excesiva. Varios dirigentes del PP, con su presidente Asier Antona a la cabeza, lo han expresado de forma muy coloquial y gráfica en reiteradas ocasiones: "Ya está bien de meter la mano en el bolsillo de los canarios". Y de hecho lograron, para apoyar el Gobierno en minoría de Fernando Clavijo tras la ruptura con el PSOE, bajar medio punto el tipo del IGIC.

Lo que no dicen los candidatos conservadores es que las Islas tienen, con diferencia, una de las presiones fiscales más bajas del mundo. Así, frente al tipo reducido del IGIC, el resto del territorio nacional soporta un IVA del 21% en el tipo general y del 10% en el reducido (el turístico de Baleares por ejemplo).

Si la comparativa se extiende a otros territorios con los que compite, Canarias sale igualmente bien parada: el tipo impositivo medio en la Unión Europea es del 21,6% y en islas como Madeira o Azores se sitúa en el 22% y 16%. Y los principales destinos competidores tienen una carga impositiva también superior, y con creces, a la canaria: el 18% en Turquía, Túnez y República Dominicana y del 10% en Egipto.

Bomberos incendiarios. También Cs comparte la vocación del PP de realizar una bajada significativa de impuestos, que es una de las históricas promesas electorales más recurrentes e incumplidas. Pero lo más llamativo de la formación naranja tiene que ver con su propuesta europea. La primera medida de su cabeza de lista en circunscripción única, y por tanto electo también directamente por los canarios, reza así: "Vamos a parar a los nacionalistas y populistas en Europa como hemos hecho en España". No precisa Luis Garicano que no aplicaron el cordón sanitario en Andalucía y ya han anunciado que tampoco lo harán en aquellas gobiernos y ciudades donde puedan gobernar con Vox.

Canarias como Venezuela. La aversión de CC Podemos ha sido una de los críticas recurrentes de los nacionalistas: "Un Gobierno con Podemos nos convertirá en Venezuela", soltó el presidente y candidato a seguir siéndolo Fernando Clavijo. En la misma línea se han pronunciado los primeros espadas nacionalistas de Tenerife: "Somos los únicos capaces de parar a Podemos y PSOE", señaló el presidente insular Carlos Alonso. Mientras Ana Oramas sigue deshojando la margarita sobre el posible apoyo o no de CC a Pedro Sánchez: "No apoyaremos un gobierno en el que esté Podemos", ha repetido por activa y por pasiva. Espantar un gobierno entre socialistas y podemitas en el Estado es hacerlo igualmente en la comunidad autónoma, porque efectivamente CC tendría sus días contados en el Ejecutivo si la suma de PSOE, Podemos y Nueva Canarias les diera la mayoría. Venezuela, la denominada octava isla hasta que La Graciosa ha ocupado su lugar tras el nuevo Estatuto, no se merece el manido uso que vienen haciendo del país los políticos españoles y canarios desde que el partido de Pablo Iglesias entró en los hemiciclos.

¿El Estado cumple con las Islas? "Ahora yo seré la voz de Canarias", dijo el candidato del PSOE Ángel Víctor Torres desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa. Vinieron después los tiras y aflojas con sus ministros y la denuncia de CC a los incumplimientos. Torres cambió de estrategia y ha sostenido en campaña que "las críticas de los nacionalistas no tienen fundamento y son producto del victimismo". Y ha tratado de poner la pelota en el tejado del Gobierno de Canarias, acusándolo de baja ejecución presupuestaria pero contradiciendo los datos del propio Ministerio de Hacienda.

"Incapacidades" a la hora de ejecutar los convenios Canarias-Estado firmados bajo su Presidencia. Para defender sus tesis ha sostenido también que Canarias tiene el mayor presupuesto de su historia, sin incorporar otras verdades: que en relación a su PIB es el presupuesto más débil de España: 8.800 millones en una región de 44.000 millones de PIB y una renta per cápita de 21.000 (frente a 26.000 de media estatal). Y que ha sufrido una caída de su porcentaje de PIB del 97% al 81% actual.

Una transición sin gas. La sostenibilidad es la principal bandera que enarbola Nueva Canarias. Y su 'no' al gas y la moratoria turísticas son sus dos mantras. Pero ambos se basan en premisas irreales: la primera, que puede haber transición energética desde una sociedad dependiente del petróleo en más de un 90% sin pasar por el gas. Un salto que niega la gran mayoría de expertos, que sostienen que el mix gas-energías renovables es un paso ineludible para cambiar de fuentes de energía. Respecto al turismo, NC mantiene un doble discurso: reactivar la moratoria para parar la construcción de más alojamientos, mientras acusa a "CC-ATI" de bloquear la construcción de nuevos hoteles en Gran Canaria: "No podemos permitir que la avaricia de unos pocos en busca de beneficios privados destruya nuestro motor económico". Y reclaman limitar la llegada de turistas al tiempo que en su programa electoral apuestan por ampliar las plazas aéreas hacia Canarias.

Propósito de enmienda

Las medias mentiras; las cuentas y cuentos; las miradas superficiales o radicalizadas sobre la realidad; los discursos retóricos o hiperbólicos plagaron no solo los discursos de campaña, sino también los programas de los partidos. Ninguno de sus dirigentes escapó a la tentación de recurrir a estos excesos, poco serios y en ocasiones hasta disparatados. De ahí que, aunque el día de reflexión se reserva a los votantes, también pudieran los candidatos aprovechar para reflexionar sobre sus lapsus electorales y hacer propósito de enmienda una vez electos.

Porque no se oyeron en campaña discursos de gobernantes. Fernando Clavijo pecó de actuar a la defensiva, acorralado por la conciencia de que por vez primera CC podría perder la Presidencia del Gobierno y la hegemonía política que ha permitido a los nacionalistas gobernar Canarias desde 1993. Ángel Víctor Torres lo ha hecho dopado por el éxito del PSOE en las generales, pero con un partido confrontado en las Islas entre los socialistas pragmáticos y realistas y quienes repudian sin paliativos a CC. Hasta el punto que algunos se han planteado votar a NC para obligar a su partido a no pactar con los nacionalistas. La acción de Román Rodríguez ha estado, por su parte, condicionada por su conciencia de que, tras 15 años intentándolo, esta es su última oportunidad de desplazar a sus exsocios de CC y volver a gobernar. Para Noemí Santana la presión ha sido justo la contraria: su primera oportunidad de rozar el sueño de entrar en el Ejecutivo canario. Y la derecha, mientras, ha estado entretenida en su particular duelo para ver quién lidera ese espacio ante el cambio de ciclo que parece avecinarse, si el veterano Asier Antona o la emergente Vidina Espino.

Lo cierto es que uno, dos o tres de estos candidatos y candidatas con tendencia al exceso, terminarán entrando en el futuro Ejecutivo. Y gobernando las Islas durante los próximos cuatro años, con otra gran incógnita por despejar en función de los resultados y la aritmética parlamentaria: si se producirá una canarización de la política española o una españolización de la canaria. Es decir, si la confrontación Canarias-Estado se resolverá a favor o no de los intereses canarios. Que no son los mismos que los de CC, del PSOE o de cualquier otro partido.

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