Más allá de su alto valor natural, los parques nacionales de las Islas Canarias conforman un extraordinario patrimonio que es producto del carácter volcánico del archipiélago, que va de la exuberancia del bosque de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay a las agrestes coladas de lava del Parque Nacional de Timanfaya.
Conocer el archipiélago canario es descubrir que hay una naturaleza exuberante con una rica y sorprendente variedad de espacios naturales. Bosques milenarios, volcanes espectaculares y dunas increíbles. La naturaleza de las Islas Canarias es un auténtico tesoro, el archipiélago cuenta con uno de los ecosistemas más valiosos del mundo, por eso el 40% de su superficie está catalogada como espacio natural protegido. Parte de ese territorio corresponde a sus cuatro fantásticos parques nacionales. No en vano, Canarias es la región de España que más parques nacionales alberga.
El Parque Nacional de La Caldera de Taburiente se encuentra en la isla de La Palma, es producto de grandes deslizamientos de tierras a través de múltiples erupciones volcánicas acaecidas a lo largo de los siglos. La geología del parque queda conformada por un extraordinario circo de más de 8 kilómetros de diámetro con forma de caldera de la que toma su nombre. Desde las cumbres, como el Roque de los Muchachos o La Cumbrecita, al fondo de la Caldera, el agua siempre presente se precipita en multitud de arroyos y cascadas, a lo largo de un desnivel que llega en ocasiones a los 2.000 metros.
El Parque Nacional de Timanfaya se encuentra en la isla de Lanzarote, es el único parque nacional de La Red Española de Parques Nacionales eminentemente geológico y representa una muestra del volcanismo reciente e histórico en la Región Macaronésica. La ausencia de un manto de vegetación, la extrema rugosidad de las formas y la variedad de colores presentes confieren al parque una extraordinaria belleza.
El parque Nacional de Garajonay se encuentra en La Gomera y destaca sobre todo por ser el principal exponente de la laurisilva canaria, un ecosistema proveniente de la Era Terciaria, que desapareció del continente como consecuencia de los cambios climáticos ocurridos en el Cuaternario. El bosque de laurisilva del Garajonay concentra la mitad de la extensión arbórea de este tipo de vegetación en todo el archipiélago, en condiciones óptimas de conservación.
El Parque Nacional del Teide se encuentra en Tenerife y no es solamente uno de los más impresionantes espectáculos geológicos del mundo, con su conjunto de coladas y conos volcánicos de caprichosas formas y armoniosos colores, sino que también atesora una extraordinaria biodiversidad formada por exclusivas especies de invertebrados y un amplio número de endemismos vegetales.
