Un francés de 29 años fue condenado ayer a dos años de prisión, uno incondicional, tras ser declarado culpable de robos y agresiones durante los altercados que se produjeron en Marsella con motivo del encuentro entre Inglaterra y Rusia, disputado el pasado domingo.

David Palmeri agredió a tres hinchas ingleses, a los que dio patadas y puñetazos y golpes con un cinturón. A uno de ellos, además, le robó una bandera y a otro su camiseta de la selección.

Durante el juicio rápido al que fue sometido en el juzgado penal de Marsella, el detenido pidió perdón y dijo sentir vergüenza por lo ocurrido. "No soy un hooligan", aseguró. Ésta es la condena más severa impuesta hasta el momento por el juzgado marsellés en relación con los graves altercados que se vivieron en la ciudad.

Con anterioridad, otros dos aficionados ingleses, un enfermero de 41 años y un jefe de cocina de 20, fueron condenados a dos y tres meses de cárcel y dos años sin poder regresar a territorio francés.

Ha bastado la difusión de las tremendas imágenes de las peleas de aficionados y la noticia de que uno de ellos se debatía entre la vida y la muerte, para que en 48 horas se haya producido una reacción en cadena de medidas para acabar con la violencia en la Eurocopa. En dos días se ha legislado, se ha condenado y se han tomado todas las medidas que no se consideraron necesarias seis meses antes.