Ahorrar agua no solo supone un beneficio para tu bolsillo, algo especialmente útil en momentos de crisis o para sobrellevar la actual cuesta de enero, sino también un favor para el medio ambiente. El planeta te lo agradecerá.

¿Qué puedes hacer para ahorrar agua?

Ante toco consume de manera consciente durante todo el año.

En Canarias hemos sido tradicionalmente ahorradores de agua, por aquello de que somos islas en las que el agua dulce, potable, no abunda de manera natural. La dependencia de la lluvia nos obligó a construir embalses, incluso grandes embalses como el de la presa de Soria, imposible de llenar. También nos condujo a excavar pozos y galerías en busca de las aguas subterráneas, que explotamos en algunos lugares en el pasado hasta el agotamiento de las fuentes.

En 1964 nos convertimos en pioneros de la desalación y el tratamiento del agua de mar para hacerla potable para el consumo. Fue con la construcción de la primera planta desaladora de agua de mar de España en Lanzarote. Antes de que acabara la década se instalaron varias más en las distintas islas y la carrera ha continuado hasta hoy. Lanzarote y Fuerteventura solo consumen agua desalada, mientras que en Gran Canaria llega al 86% y en Tenerife al 47%. Sin la independencia de la lluvia y de las aguas subterráneas que ha dado a Canarias la desalación habría sido inviable el desarrollo económico experimentado, con el turismo como principal fuente de ingresos.

La desalación también nos ha proporcionado agua constante en nuestros grifos, pero pese a que el mar es una fuente inagotable de agua no debemos malgastarla. Pensemos, por ejemplo, que el proceso de desalación requiere el uso de combustibles para la puesta en marcha de las maquinarias que realizan el tratamiento de las aguas. Usan combustibles incluso los métodos que menos energía consumen, como el de ósmosis inversas, que consiste en el uso de un sistema de filtros.

Por ello, el convencimiento de que el agua no va a dejar de manar de tu grifo no debe llevarte al error de gastarla sin medida. Ahorrarás dinero y contaminarás menos.

- Reduce la capacidad de descarga de tu cisterna introduciendo en el depósito un par de botellas de agua llenas.

- No dejes correr el agua. Cierra el grifo mientras te aseas o friegas los platos.

- Evita el baño, opta por la ducha. Es más rápido, igual de limpio, más barato y sostenible. Para no caer en la tentación, plantéate sustituir la bañera por un plato de ducha, que es también más accesible.

- Si tienes lavavajillas, úsalo, cuidando siempre de cargarlo al máximo. Aunque gasta energía, compensa el ahorro de agua, y siempre puedes usar el calor para cocinar o calentar, metiendo comida dentro de un bote de cristal hermético, de esos de conservas.

- Acumula ropa para hacer la colada en tu lavadora y utiliza programas cortos siempre que puedas, es decir, si tu ropa no está excesivamente sucia. Estos programas emplean menos agua.

- Usa reductores de agua en los grifos y la alcachofa de la ducha.

- Riega siempre de noche tus plantas o tu jardín. La evaporación es menor.

- Al menor goteo que escuches de un grifo o la cisterna, arréglalo. Lo mismo si se trata de una pared húmeda, que pueda ocultar una fuga de agua.

- Si tienes piscina, mantenla siempre llena y usa tratamientos recomendados para evitar tener que cambiarla.