El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
Un mercante rescata a los 54 ocupantes de una zódiac que se hundía al este de Fuerteventura
EFE / Carlos de Saá
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.
El hombre tiene esa mirada al infinito característica de quien ha estado a punto de morir, pero sonríe al bebé que lleva en brazos y lo acuna mientras espera su turno para desembarcar; no es forzado, es su forma de decirle "todo bien, hijo", porque será él quien lo lleve a tierra.