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Hace 3.000 años un pequeño volcán llamado Jabelobo, ubicado por donde hoy se encuentra La Culata, erupcionó alfombrando de malpais el Valle de Agaete en su camino al mar. Ahí, al oreo tres milenios después, se encuentra el Maipés, una necrópolis negro azabache salpicada de afiladas piedras basálticas en la que los antiguos canarios enterraron desde hace trece siglos a los suyos en enestructuras tumulares, formando un valle de descanso eterno declarado Bien de Interés Cultural hace ahora medio siglo.
JC Guerra
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