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A unos meses para que se cumpla un año desde que el carril de bajada en la calle Orquídea, ubicado en el barrio de La Garita cerrara, los vecinos siguen sin soluciones al problema. El muro que da a la carretera está en riesgo por un posible derrumbe, bloqueando la entrada al barrio teldense y creando un ambiente de peligrosidad entre los coches que no se percatan de que el carril está cerrado. Una situación que ya ha empezado a cansar a los vecinos de la zona, que han visto cómo su día a día ha cambiado desde que se cerró el carril a petición de un informe de la Policía Local. Unas vallas en medio de la carretera son la única señal de que el tráfico está cortado, aspecto que ha generado confusión entre las personas que no habitan en el barrio, sino que solo van de paso.
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A unos meses para que se cumpla un año desde que el carril de bajada en la calle Orquídea, ubicado en el barrio de La Garita cerrara, los vecinos siguen sin soluciones al problema. El muro que da a la carretera está en riesgo por un posible derrumbe, bloqueando la entrada al barrio teldense y creando un ambiente de peligrosidad entre los coches que no se percatan de que el carril está cerrado. Una situación que ya ha empezado a cansar a los vecinos de la zona, que han visto cómo su día a día ha cambiado desde que se cerró el carril a petición de un informe de la Policía Local. Unas vallas en medio de la carretera son la única señal de que el tráfico está cortado, aspecto que ha generado confusión entre las personas que no habitan en el barrio, sino que solo van de paso.
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A unos meses para que se cumpla un año desde que el carril de bajada en la calle Orquídea, ubicado en el barrio de La Garita cerrara, los vecinos siguen sin soluciones al problema. El muro que da a la carretera está en riesgo por un posible derrumbe, bloqueando la entrada al barrio teldense y creando un ambiente de peligrosidad entre los coches que no se percatan de que el carril está cerrado. Una situación que ya ha empezado a cansar a los vecinos de la zona, que han visto cómo su día a día ha cambiado desde que se cerró el carril a petición de un informe de la Policía Local. Unas vallas en medio de la carretera son la única señal de que el tráfico está cortado, aspecto que ha generado confusión entre las personas que no habitan en el barrio, sino que solo van de paso.
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A unos meses para que se cumpla un año desde que el carril de bajada en la calle Orquídea, ubicado en el barrio de La Garita cerrara, los vecinos siguen sin soluciones al problema. El muro que da a la carretera está en riesgo por un posible derrumbe, bloqueando la entrada al barrio teldense y creando un ambiente de peligrosidad entre los coches que no se percatan de que el carril está cerrado. Una situación que ya ha empezado a cansar a los vecinos de la zona, que han visto cómo su día a día ha cambiado desde que se cerró el carril a petición de un informe de la Policía Local. Unas vallas en medio de la carretera son la única señal de que el tráfico está cortado, aspecto que ha generado confusión entre las personas que no habitan en el barrio, sino que solo van de paso.
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