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Juan Castro
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Juan Castro / Juan Castro
Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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Juan Santana y Soledad Ortega abrieron un pequeño quiosco en Alcaravaneras que era prácticamente una tienda de abastos. Sin embargo, Juan Santana aspiraba a más. Después de trabajar en Colomar se percató de su pasión por la pastelería y viajó hasta Francia para conocer los secretos de la repostería en uno de los países cumbre en este sector. Gracias a ese viaje culinario, desde 1984 la Pastelería San Martín ofrece el lado dulce de la vida tanto con los postres más clásicos, como con algunos innovadores.
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