¿Qué hace un buque de Sea Shepherd en el Puerto de Las Palmas?

El ‘Ocean Warrior’ y su tripulación se reponen en el Puerto de Las Palmas tras una operación contra la pesca clandestina efectuada por la Armada de Gambia y Sea Sheperd

La organización lucha desde 1977 por la defensa, la conservación y la protección de los océanos

Es el único colectivo no gubernamental con patrulleros civiles a disposición de los gobiernos locales que colaboran con la Interpol

El buque 'Ocean Warrior', de Sea Shepherd, atracado en el Puerto de las Palmas.

El buque 'Ocean Warrior', de Sea Shepherd, atracado en el Puerto de las Palmas. / José Pérez Curbelo

Defender, conservar y proteger el océano, tanto de la pesca ilegal como de los plásticos o de los vertidos y las perforaciones que dañan el ecosistema marino. Esa es la misión global de Sea Shepherd, una organización no gubernamental con sede en Amsterdam que el mes pasado dio un duro golpe a las mafias pesqueras a este lado del Atlántico.

La organización, en colaboración con la Armada de Gambia, ha participado en una redada contra ocho arrastreros industriales que operaban de manera ilegal en la costa occidental africana. Los buques Majilac 03, Majilac 05, Majilac 06, Majilac 07, Zherui 100612, Hao Yun 1, Hao Yun 2 y Hai Hao 2 están detenidos en el puerto de Banjul por delitos graves, como pescar dentro de aguas protegidas, sin autorización y empleando mallas prohibidas que afectan al tamaño de las capturas, explica Sea Shepherd en un comunicado.

Patrulleros civiles

Y de Banjul, precisamente, viene el Ocean Warrior, uno de los tres barcos que este colectivo de voluntarios ha desplegado en aguas africanas para combatir la pesca furtiva mediante acuerdos de colaboración con países como Gabón, Santo Tomé y Príncipe, Liberia, Benin, Gambia, Namibia, Sierra Leona y Tanzania. 

Buque Ocean Warrior | 22/04/2024 | Fotógrafo: José Pérez Curbelo

Buque Ocean Warrior | 22/04/2024 | Fotógrafo: José Pérez Curbelo / José Pérez Curbelo

Estos tres buques son «patrulleros civiles» que colaboran con la Interpol y ayudan a las autoridades locales a vigilar sus costas. El Ocean Warrior destaca porque es el primer barco diseñado de manera exclusiva por la organización para combatir la pesca clandestina. Salió de los astilleros turcos en 2016 y se estrenó ese mismo año en la operación Némesis, que fue la undécima campaña en defensa de la ballena de la Antártida realizada por Sea Shepherd. Desde entonces ha estado también presente en África, tanto en la costa occidental como en la oriental. De ahí la escala en el Puerto de Las Palmas tras zarpar de Banjul, epicentro de la última operación efectuada para preservar los océanos.

Las aguas gambianas son «particularmente ricas en biodiversidad» porque el país está ubicado en la desembocadura del río Gambia, que es «rico en nutrientes y se encuentra con la corriente de Canarias», destaca Sea Shepherd. 

Un caladero importante

Dicho de manera más directa: la vida de más de 300.000 gambianos depende directa o indirectamente de la pesca local, pero más del 46 % de las poblaciones de peces evaluadas en el Atlántico central y oriental sufren sobrepesca, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). De ahí la importancia de esta última acción realizada en Gambia, cuyo gobierno, además, ha creado un Área de Gestión Especial de doce millas náuticas para conservar las aguas frecuentadas por pescadores artesanales, los cuales viven especialmente de la captura de sardinas y pequeñas especies pelágicas. El colapso de este recurso, entre otros motivos, está detrás del fenómeno migratorio hacia Canarias por la ruta del Atlántico.

Sea Shepherd batalla por preservar los mares desde 1977. Han lanzado campañas por todo el mundo para proteger la fauna marina: tortugas en Cabo Verde, pulpos en Italia, delfines en Hawái y Francia, ballenas en la Antártida y las Islas Feroe o focas en Canadá son algunas de sus intervenciones más sonadas. En África, contra la pesca ilegal, comenzaron en 2016, año en el que nació el Ocean Warrior. El patrullero, de 54 metros de eslora y 16 tripulantes, alcanza los 30 nudos. Es el más rápido de la organización. Del diseño destaca ese aspecto de lancha de guerra y de carreras que tiene su casco, con una línea de flotación construida para hundir la proa y avanzar con menor resistencia, con un 20 % menos de consumo de combustible. En el muelle Pesquero, que es donde está atracado para reponer víveres, no ha dejado a nadie indiferente.