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Betancuria | Arquitectura religiosa

La pieza cerámica más misteriosa

Los arqueólogos descubren en agosto en el convento de San Buenaventura un objeto hasta ahora desconocido - Hallada una conducción para el riego con sus tapas

La pieza cerámica más misteriosa

Una gran pieza cerámica única, una conducción para el riego con sus tapas originales, paredes encaladas, pasillos empedrados, restos de la construcción inicial de la ermita o abundantes restos humanos. Estos son los elementos que hasta el momento han descubierto los arqueólogos que trabajan en las excavaciones en el convento de San Buenaventura, trabajos que son fundamentales para comprender la conquista y colonización por parte de los europeos no solo de Fuerteventura sino de todo el Archipiélago.

El Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, en colaboración con el Cabildo de Fuerteventura y el Ayuntamiento de Betancuria, puso en marcha hace varios días una nueva intervención arqueológica en el citado convento, que lleva a cabo la empresa Tibicena, con el objetivo no solo de recuperar sus valores históricos y patrimoniales sino para garantizar su correcta y efectiva protección.

En 2018 se llevó a cabo una primera actuación que permitió recuperar parte del trazado de la antigua zona conventual. En esta segunda campaña los arqueólogos se centran en una pequeña parcela donde podría encontrarse el claustro del convento. " Ya sabemos de la existencia del convento, ahora lo que queremos es saber como funcionaba y conocer la evolución arquitectónica del mismo, que sabemos fue larga y dilatada, casi cuatro siglos", señala Marco Moreno, codirector de la empresa Tibicena,

El citado convento se construye en una fase muy temprana de la colonización, en 1413, en un momento donde todavía ni La Palma, Tenerife o Gran Canaria habían sido conquistada, por lo que el convento majorero se convierte en el epicentro de la cristiandad del momento.

El elemento estrella, por el momento, de los hallazgos es una gran pieza cerámica que podría tratarse de algún tipo de lampara o sahumerio. Los investigadores apuntan que la pieza puede tener origen canario y se realizara en algún alfar de Tenerife, Gran Canaria o Fuerteventura. "Esta pieza es única ya que no tenemos referencia alguna para poder compararla", señaló Moreno.

Otro de los elementos que también los arqueólogos han documentado en esta segunda campaña es la aparición de una pequeña conducción para el riego, que incluso aparece con las tapas originales " o con diferentes paredes encaladas que nos están mostrando una complejidad arquitectónica que no esperábamos, donde aparecen pasillos empedrados, y huellas de elementos arquitectónicos por definir", apunta el codirector de Tibicena. Además, desvela que "además hemos documentado una estructura, ya conocida, que podría ser la ermita o parte de la construcción inicial. Sin embargo, la aparición de abundantes restos humanos, y la falta de tiempo, nos impide seguir investigando. Pero creemos que podríamos estar ante los restos de la iglesia original".

La actuación que se está desarrollando en el convento majorero no tiene sentido sin la elaboración de un plan o planteamiento mayor por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno canario con el objetivo de dar continuidad a los trabajos de investigación. "Creemos que este espacio y su historia se merecen un plan integral de recuperación que facilite el rescate de las arquitecturas existentes, convirtiéndose así en otro reclamo a las infraestructuras culturales y turísticas que tienen Betancuria", señala Marco Moreno. También, reconoce que para llevar a cabo la citada iniciativa "haría falta concretar un plan de trabajo ambicioso que incorpore a las diferentes partes, como Cabildo y Ayuntamiento. Conocemos el interés de la Iglesia, que es la propietaria del inmueble, para que se pueda recuperar el lugar, y del impulso que le quiere dar la Dirección General de Patrimonio Cultural, sin embargo falta se decida que hacer, ya que mientras eso falte, nosotros no sabremos si habrá continuidad o no, de hecho cuando terminemos la excavación tenemos que tapar todo lo descubierto, perdiendo días tanto en tapar, como cuando se reanuden los trabajos, si se reanudan, destapando otra vez".

La excavación que vienen realizando los especialistas de Tibicena se plantea para un mes y medio de trabajo de campo, que además de excavación contará de restauración de aquellos elementos descubiertos, como muros y cerámicas. También están documentando audiovisualmente los trabajos a través de Desenfoque Producciones permitiendo con posterioridad conocer de forma atractiva y amena los resultados arqueológicos e históricos realizados.

"Calculamos que solo para excavar y consolidar de forma correcta la parcela entera sobre la que estamos trabajando haría falta al menos 15 meses de trabajo. No continuados, no es recomendable, sino en varias campañas de meses", dice Moreno.

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