Jonathan Robaina, el asesino de su prima Vanessa Santana, ha sido condenado a 14 meses de prisión por tenencia ilícita de armas. A esta condena se suma los 41 años de cárcel a los que fue condenado por haber acabado con la vida de la citada joven. La Guardia Civil le requisó en su vivienda en Valle de Santa Inés, municipio de Betancuria, a raíz del horrendo crimen, un autentico arsenal de armas, algunas de ellas preparadas para disparar y abundante munición. La Fiscalía había pedido una pena de dos años y seis meses de prisión pero finalmente la defensa solicitó la conformidad de 14 meses de cárcel.

Jonathan Robaina se sentó de nuevo en el banquillo de los acusados aunque participó en la vista judicial celebrada en el Juzgado de lo Penal número 2 en Puerto del Rosario por videoconferencia desde la cárcel en la que se encuentra recluido, aunque finalmente no llegó a celebrarse ante la conformidad de la pena. En esta ocasión debía enfrentarse al delito de tenencia ilícita de armas sin disponer de la preceptivas licencias o permisos. El joven, que se hizo llamar Lorena en el juicio del crimen, y que aseguró que en la prisión había iniciado el proceso de cambio de género, disponía en su poder un revólver y pistolas semiautomáticas detonadoras aptas para su uso, así como una ingente cantidad de munición, como 595 cartuchos de calibre 9MMy 547 cartuchos de calibre 22MM, entre otros. El nombre de Jonathan Robaina, se conoció tras haber sido detenido en relación con el asesinato de su prima Vanessa Santana, el 4 de junio de 2018.

La Audiencia de Las Palmas lo condenó a penas que suman 41 años de cárcel, después de que un Jurado lo declarara culpable de asesinato, agresión sexual y allanamiento. El desglose de la condena es 25 años de cárcel por asesinato, 14 años y medio por agresión sexual y un año y medio por allanamiento de morada. Además, le obligó a indemnizar con un total de 350.000 euros a la familia de Vanessa.

El veredicto consideró probado que Jonathan de Jesús R.S., que entonces tenía 21 años, se introdujo de noche en casa de su prima Vanessa, tras comprobar que se había dormido y asegurarse de que nadie lo veía, utilizando para ello una llave que le había sustraído y cubriéndose la cabeza con una capucha para que no lo reconocieran. El procesado se fue directamente al cuarto de su prima y le golpeó en la cabeza con un martillo, con el que acometió contra ella unas 30 veces, y luego trató de estrangularla con un cinturón.

El Tribunal no solo dictaminó que el procesado atacó a su prima en pleno uso de sus facultades, de forma alevosa y con ensañamiento, sino que, además, le añadió un cargo que Jonathan nunca había admitido: que violó a Vanessa. La muerte de la joven no ha sido superado no sólo por su familia, dado que el asesino era primo de la víctima, sino por los vecinos.