El Consejo de Patrimonio Histórico amplía la protección de la montaña de Tindaya

Los expertos creen que debe ser entendida con todas las manifestaciones aqueológicas

Montaña sagrada de Tindaya. | | LP/DLP

Montaña sagrada de Tindaya. | | LP/DLP / LP / DLP

El Pleno del Consejo de Patrimonio Histórico de Canarias aprobó ayer la modificación de la delimitación del entorno de protección del Bien de Interés Cultural, con categoría de zona arqueológica, los grabados rupestres de la montaña de Tindaya, en el municipio de La Oliva.

Los expertos concluyen que Tindaya debe ser entendida como unidad principal de todas las manifestaciones arqueológicas allí registradas, tal y como establecen los principios de la arqueología y el territorio. Además, en base a la ponencia técnica que verifica la potencialidad arqueológica de la totalidad de la montaña y de su entorno de protección, circunscrito actualmente a las manifestaciones rupestres de la cima

La montaña de Tindaya, en el municipio norteño, alberga la que posiblemente sea la mayor concentración de podomorfos del mundo, una presencia de grabados rupestres que le valió su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que cuenta con la máxima figura de protección, aunque solo en la parte superior de la montaña.

En febrero 2020, el Área Insular de Cultura, Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura solicitó a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias la colaboración para que se realizaran los estudios y la documentación necesaria para que todos los valores de la montaña de Tindaya fueran protegidos.

Para ello se llevó a cabo un exhaustivo trabajo de prospección arqueológica, cuyo objetivo principal era «comprobar y verificar la potencialidad arqueológica de la totalidad de la montaña».

También estudiar, si fuese necesario, «ampliar los límites del actual BIC y de su entorno de protección, circunscrito a las manifestaciones rupestres de la cima, para acoger nuevos elementos patrimoniales o bien instruir un nuevo expediente de bien de interés cultural para incluir los elementos patrimoniales que en la actualidad no gozan de reconocimiento ni protección».

El trabajo de prospección arqueológica se centró en el estudio de todos aquellos elementos patrimoniales situados fuera de los límites del BIC, acotando este estudio por la base de la montaña.

Asimismo, durante la prospección, se registraron todos aquellos elementos que pudieran considerarse de carácter arqueológico y etnográfico, que podían ofrecer una visión global de los usos que el ser humano ha realizado a lo largo de la historia en este espacio.

También se llevó a cabo la topografía de las zonas y elementos identificados, la fotografía aérea de los yacimientos con dron para complementar la topografía y fotografías generales y de detalle, junto a una diagnosis para el conocimiento exhaustivo del grado de conservación y las afecciones reales y potenciales a las que está expuesto el monumento.

A partir del análisis a 95 elementos inventariados, se concluye la valoración de la potencialidad patrimonial de Tindaya, donde no sólo están presentes los bienes relacionados con el mundo aborigen, concentrados en la cima donde se sitúan los grabados podomorfos y en las dos zonas con materiales y estructuras de piedras, sino en toda ella.

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