La Audiencia Provincial de Las Palmas ha concedido el tercer grado penitenciario a Marcos Santana, el hombre condenado por matar a su padre en el barrio satauteño de La Angostura en 2011. Tanto su familia como los vecinos, que han pedido el indulto, sostienen que mató a su padre con un sacho para defender a su madre de los abusos físicos y verbales de su progenitor.

Marcos Santana fue condenado a cinco años de prisión y ahora le ha sido concedido el tercer grado, la semilibertad en régimen abierto, por lo cual podrá hacer vida fuera de la prisión durante el día, aunque tendrá todavía que pernoctar en ella.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas lo condenó después de que éste hiriera a su madre durante una discusión familiar. Esta sentencia se produjo después de que un jurado declarase culpable al acusado de un delito de asesinato.

La condena se dictó con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental transitorio, el agravante de parentesco y la circunstancia atenuante de confesión.

Indulto

La Sala explicó en su día que contra esta decisión cabía interponer recurso de apelación y que si la condena impuesta fuera firme, la Audiencia procedería a "tramitar la solicitud de indulto conforme a lo acordado por el Jurado". En el juicio quedó probado que el acusado mantuvo una discusión con su padre cuando éste llegó a casa después de un día de cacería. Una vez en la casa, comenzó una discusión entre la víctima y su esposa, en la que el hombre, bajo los efectos del alcohol, arrojó sin mediar palabra un afilador de cuchillos que impactó en su cabeza, causándole una herida en la zona parietal derecha de 1,5 centímetros, una herida superficial en la zona ciliar derecha y un hematoma en ángulo interno del ojo.

Ante los lamentos de su madre, que increpaba a su marido diciendo: "Que me matas, que me matas", el hijo entró en el interior de la vivienda y dirigiéndose a su madre le gritó: "Denúncialo, denúncialo" -refiriéndose a su padre-. El padre comenzó a tirar entonces objetos a su hijo, entre ellos un palo, un martillo y un sacho. Al final Marcos recogió este apero de labranza y le cortó el cuello para defender a su madre. Vecinos de La Angostura se habían manifestado en apoyo de Marcos para que le dejaran en libertad.