En la tarde de ayer hubo tiempo para muchas cosas, no sólo para firmar la romería más multitudinaria y solidaria que se recuerda en varios años en Teror. Varios fueron los protagonistas que, en la sombra, atrajeron los minutos de atención de los asistentes al acto junto a la Virgen del Pino, envuelta en uno de sus mantos más emblemáticos. El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, aprovechó la intervención con el que cerró el evento, cerca ya de las ocho de la tarde, para dar las gracias tanto a la imagen "por haber acercado este año a nosotros tras bajar a la capital" como a los 27 años de episcopado de su antecesor en el cargo, Ramón Echarren, fallecido en agosto "y que tras ser nuestro pastor durante tanto tiempo quiso quedarse con nosotros".

Cases aludió a su compromiso con las clases más desfavorecidas y recitó la frase que consta en la lápida del prelado, que recibió sepultura en la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria. "Es de San Pablo, pero reflejaba muy bien su personalidad: ´Sólo nos pidieron que nos acordásemos de los pobres", citó.

El obispo también despidió con todo tipo de honores a quien durante una larga década ha ejercido de párroco en Teror. Manuel Reyes asumirá en octubre la parroquia de Gáldar, por lo que la de ayer fue su última romería al frente del templo. "Gracias, Don Manuel, ha sido una alegría encontrarme con usted", le espetó ante el frontis de una basílica que ya se preparaba para acoger de nuevo a la patrona.

Misión

El sacerdote quiso desprenderse de cualquier tipo de loas y, minutos antes y tras ser también ´piropeado´ por el alcalde Juan de Dios Ramos, manifestó que su única misión "había sido la de estar con Teror, que es lo que he hecho. Hoy la virgen les bendice a todos por el sacrificio que han hecho y por eso le pido que les siga protegiendo y vele para que hayan puestos de trabajo para todos".

El regidor terorense fue el primero en tomar la palabra en el turno de cierre, y lo hizo para anunciar a las miles de personas que aún se congregaban en la plaza del Pino y en la calle Real que el desfile vespertino y su ofrenda habían sido el más multitudinario en muchos años. "Esta romería ha sido una de las mejores que he vivido y ha sido también el año que más productos han llegado. Las fiestas son propiedad de todos nosotros y es de aplaudir el civismo y comportamiento que todos han demostrado. Don Manuel se va ahora y se lleva nuestro recuerdo porque ha hecho una convivencia magnífica entre Cáritas y los Servicios Sociales municipales. Ha estado a la altura".

El alcalde sumaba así este reconocimiento al que minutos antes había hecho al periodista Antonio Cruz Domínguez por sus 50 años de crónicas de la fiesta de Teror y a Pepe Martín Ramos, El Moroco y José Prudencio Rodríguez, nombres propios todos ellos de la jarana desde sus múltiples facetas como informadores o participantes del gran tenderete de la villa.