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Yolanda Arencibia.LP / DLP

Esta isla es una fiesta San Roque, en Firgas

"Es difícil hallar entusiastas galdosianos entre quienes detentan el poder"

"Donde menos se estudia a Galdós sigue siendo en su patria chica", señala Yolanda Arencibia, catedrática emérita de la ULPGC y directora de la Cátedra Pérez Galdós

Si usted ha nacido en Las Palmas de Gran Canaria, ¿a qué se debe esta distinción?

A que soy de Firgas por los cuatro costados, mis padres eran de allí, y también mis cuatro abuelos. De pequeña toda la familia veraneaba en el municipio, en una casa que todavía conservo. Pasábamos largas temporadas en Firgas mientras vivió mi abuela, a la que mi padre adoraba. Cuando era niña me mandaba a vivir con ella, para que me engordara, porque era una niña muy delgada, y hay que reconocer que tenía unas recetas tradicionales muy efectivas.

¿Entonces para usted Firgas solo ha sido un sitio donde veraneaba?

No, me considero muy de Firgas, y no sólo porque pasé todos los veranos allí hasta que me casé. Por ejemplo, recuerdo que íbamos al cine a ver la misma película seis veces. También durante un tiempo asistí a la escuela pública con Doña Conrada, una amiga de mi tía Pepa que me daba mucho miedo porque pegaba a las alumnas. Sin embargo fui mi feliz allí, pero me daba mucha vergüenza porque me ponía de ejemplo ante el resto de alumnas. Mi relación con Firgas ha seguido viva porque fui pregonera en 1991, antes de serlo de Las Palmas, Teror y del Rosario de Vegueta.

¿Este es el primer reconocimiento que recibe del muni- cipio?

De ninguna manera, ya recibí uno en 2007 de la Sociedad Liceo de Firgas con motivo de su 75 aniversario.

¿Por qué cree que se ha tomado esta decisión?

El alcalde conoce a toda mi familia, tengo primos viviendo allí, así que lo considero un reconocimiento a todos nosotros más que únicamente a mí.

¿Entonces lo esperaba?

En absoluto, pero por eso mismo me ha alegrado mucho, especialmente sabiendo que ha sido una decisión tomada por toda la corporación, que está compuesta por gente joven, y que por lo tanto no han conocido a mis abuelos. Estoy segura que ellos y mis padres estarían contentos.

¿Cómo ha sido su trayectoria profesional?

Toda la vida he estudiado y trabajado, primero fui profesora en el Instituto Isabel de España, luego catedrática y directora del Instituto Saulo Torón de Gáldar, en una época en la que ser catedrático de instituto era mucho más difícil que ahora, pero que fue un periodo magnífico. Volví al Instituto Isabel de España y recién doctorada en crítica textual, de la noche a la mañana me nombraron profesora en la universidad, porque tras la histórica manifestación del siete de julio de 1982 que pedía una universidad, de julio a noviembre se me nombró profesora, así que tuve muchísimo trabajo.

¿En qué aspecto?

Figúrate que daba clases en el instituto por la mañana y en la universidad por la tarde. Jesús Páez y yo nos buscamos una asignatura: crítica literaria, y tuvimos que rastrear toda la bibliografía, pero a pesar de las dificultades de los cursos que he impartido es del que más satisfecha me siento.

¿Y del resto de su trayectoria educativa?

Como dijo Dámaso Alonso en un poema: si tienes un solo alumno que te preste atención no estás perdiendo el tiempo. Estoy muy contenta de mi etapa en la educación secundaria y la superior, creo que más no hubiese podido hacer, me consta que todos tienen sus fallos y no soy una excepción.

Supongo que cuando comenzó a dar clases no se estudiaba la literatura canaria.

Efectivamente, empecé con la literatura canaria cuando era un tema que se estudiaba muy poco, recuerdo que fue con un comentario de texto de Saulo Torón y otro de Viera y Clavijo. También escribí un libro sobre este tema destinado al profesorado que me pidió el Gobierno de Canarias. Luego pasé a la Academia Canaria de la Lengua.

¿Cuál es su situación actual?

Soy profesora emérita, dirijo la Cátedra Pérez Galdós y estoy trabajando a piñón en dos aspectos de Galdós: su biografía y un proyecto del ministerio para el tratamiento del epistolario de Galdós en una herramienta informática, pero tengo otros compromisos ya que nunca acabo de aprender a decir que no.

¿Cómo están los estudios galdosianos hoy por hoy?

Alfonso Armas dejó muy alto el listón de los estudios galdosianos, pero estamos trabajando mucho para seguir adelante y ampliar este campo, aunque a veces no podamos evitar ser un poco pesimistas respecto al futuro.

¿A qué se refiere?

A que en la sociedad canaria faltan quienes conozcan plenamente quien era Pérez Galdós, a veces tenemos que sacar a rastras cosas de la universidad.

¿Qué se está haciendo para remediarlo?

Hay un grupo de personas trabajando en proyectos, pensando en el centenario de su muerte que se cumple en el 2020, y en realizar la segunda convocatoria del congreso de jóvenes galdosianos. Pero lo que hay que hacer es formar a la gente que comienza, sin embargo miramos al centenario con ilusión y queremos poner en escena dos obras suyas, así como una zarzuela basada en Marianela que se estrenó en Barcelona en 1921 y no se ha vuelto a representar.

¿Cree que todavía Galdós es más apreciado fuera de España?

Se ha adelantado mucho, porque cuando una trabaja algo queda, pero sigue habiendo mucha ignorancia, es difícil encontrar entusiastas galdosianos entre quienes detentan el poder.

Y hay más galdosistas nor- teamericanos que españoles ¿o no?

A día de hoy los galdosianos españoles no tienen nada que envidiar a los norteamericanos, que se han ido centrando en los estudios culturales y son algo mayores. Ahora hay un grupo pequeño de galdosistas en nuestro país que está trabajando mucho, pero donde menos se estudia a Galdós sigue siendo en su patria chica.

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