La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francisco Sánchez del Rosario, el señor QA

El grancanario es ingeniero y trabaja como senior en la consultora Ernst & Young testando la calidad de las plataformas digitales de grandes empresas multinacionales

Francisco Sánchez del Rosario, el señor QA

Francisco Javier Sánchez del Rosario nació en Las Palmas de Gran Canaria el 9 de diciembre de 1984. Se crió en Arguineguín, Mogán. Estudia primaria en el colegio del Playa de Arguineguín, y luego en el colegio Arenas de San Agustín.

Su niñez en el sur grancanario es casi de manual. "De pequeño empecé a hacer deporte, kárate, fútbol, también tuve mi época surfera", pero destaca en baloncesto, deporte que practicó federado en el equipo de San Fernando hasta los 18 años. Francisco no despuntaba por altura, especialmente, según advierte, sino "por ser un base escolta peleón", expresa entre risas.

Era un momento en el que explotó el boom de la informática, "y yo era mucho de tecnología", así que opta por la Ingeniería Técnica de Comunicaciones, en la especialidad de Imagen y Sonido en la ULPGC.

Unos estudios que combina ayudando en el negocio familiar y buscando trabajos esporádicos. El último año cursa algunas asignaturas en la Politécnica de Madrid con la beca Séneca, y comienza allí su proyecto fin de carrera, "con un estudio de la contaminación acústica medioambiental de las vías ferroviarias en Vallecas".

¿Y hacía mucho ruido? "Pues Sí, sí. Cuando la gente me veía con el sonómetro me preguntaban que dónde tenían que firmar ellos también".

Regresa a la isla para terminar y presentar el proyecto, donde obtiene una Matrícula de Honor. Tras esto, consigue una beca para trabajar seis meses en Antena 3 Canarias, "pero era 2011 y la situación estaba muy difícil", así que decide hacer un curso para adaptarse al grado del nuevo plan educativo Bolonia.

"Ese año aproveché para coger experiencia con becas de colaboración en el Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA) y decido emprender la rama de investigación, hacer un doctorado, por lo que emprendo un máster en Soluciones TIC para Bienestar y Medioambiente".

Culmina el máster, pero no el doctorado. "Tuve la suerte de colaborar con el propio instituto que impartía el máster, BIMeTIC". Pero asegura, con algo de pena, que la investigación en España "es tan difícil por la falta de financiación pública y privada, que ya me veía frenado unos cuantos años, y sinceramente no tenía ganas de esperar".

Así que cambia de rumbo y entra en una primera pyme, Edosoft Factory, radicada en La Minilla que va a marcar su futuro y de la que tiene un muy buen recuerdo.

Su cometido allí es el de ejecutar una labor que se denomina Quality Assurance (QA) y que consiste en testear los productos de los desarrolladores, como una web o un entorno de trabajo informático, antes de lanzarlo al mercado llevándolo incluso a situaciones críticas para evaluar su calidad y resistencia así como superar los objetivos marcados por el cliente, "para que funcione al cien por cien".

Gracias a esa experiencia da el salto a Barcelona, donde entra en la multinacional Everis, una empresa de consultoría que trabaja en proyectos de desarrollo de negocio y el mantenimiento de aplicaciones tecnológicas, entre otros muchos servicios.

Su primer cliente: Gas Natural, para la que Everis crea una plataforma digital llamada Zeus para gestionar todo el negocio, y en la que trabajan un equipo de aproximadamente 80 personas dedicadas a las filiales de España, Brasil, México y Colombia durante un año y medio. "Supone un gran esfuerzo con jornadas de hasta 14 horas, cuando no fines de semana y madrugadas, y ahí empieza mi carrera profesional como QA", destaca, "certificando que lo que se desarrollaba saliera con una calidad perfecta".

Los encargos se encadenan y se involucra en otro proyecto para la multinacional Allianz Seguros, "un salto cualitativo", valora el isleño, por una relación más cercana con el cliente y la dirección de equipos.

Hasta que hace ocho meses da el salto a una de los emblemas internacionales de las consultoras: Ernst & Young, donde nuevamente como Quality Assurance está formando un nuevo equipo con varios proyectos, uno de ellos para la cadena hotelera americana Radisson, testeando su web y su plataforma de comercialización digital (e-commerce) para todo el mundo, lo que implica dar una cobertura de más de mil hoteles.

Él y su grupo se encargan de tratar de 'sabotear' los sistemas que implanta el equipo que desarrolla esas plataformas y portales. "Programo, pero también tengo herramientas específicas que se encargan de validar otros aspectos del producto que se está desarrollando. Yo voy a buscar el fallo, y de hecho cuando digo que soy QA me miran mal", ríe, para subrayar que en cualquier proceso de calidad siempre hay conflicto.

"Tengo que determinar la fiabilidad del sistema en su conjunto, si por ejemplo las contraseñas que se utilizan para un determinado proceso son visibles para otras personas. Además, también se hacen pruebas de carga o pruebas de estrés, porque igual entran a la vez 2.000 personas en un momento determinado, como puede ser una reserva de hoteles a las ocho de la mañana, y si eso se puede soportar, entonces tus beneficios son mayores y aumenta la productividad y rentabilidad".

"Esto supone la implantación de metodologías ágiles, de microservicios, tecnología basada en la programación de pruebas de regresión web con tecnologías como Cucumber y Selenium, que son sistemas automatizados super innovadores porque en este campo también la tecnología va cambiando". Francisco en este momento es senior en la consultora, y gestiona equipo. Es su responsabilidad vascular las prioridades, identificar los riesgos, implementar los refuerzos "y apagar los fuegos", todo ello con un marcado calendario de entregas. Y su próxima meta es crecer dentro de este mercado y llegar a puestos de cargo con mayor responsabilidad, por ejemplo "presentar proyectos a clientes por el mundo". Algo que, al menos de momento, le aleja de su tierra natal.

"Volver a la isla es un lujo que muy pocos se pueden permitir debido a su escasa oferta". En este aspecto afirma que hay mucha diferencia con Barcelona u otras ciudades grandes donde esta parte de la tecnología -y el papel de las consultoras en estos procesos-, está creciendo bastante por la apuesta de las corporaciones por renovar y actualizar continuamente sus medios de negocio.

"Al fin y al cabo, la información es poder, y cuanto más tengas, mejor. Y esto, en las islas, sencillamente, pues no existe", sentencia Francisco Sánchez del Rosario.

Compartir el artículo

stats