Las vallas publicitarias en carretera están prohibidas por ley según el artículo 24 de 25/1998 que dice que no puede haber publicidad en lugar visible desde la zona de dominio público. Dado que esta norma se incumple sistemáticamente ya que una carretera como la del aeropuerto a Las Palmas está prácticamente cercada y enmarcada en ambas direcciones por multitud de vallas y dado que las instituciones no parecen querer o poder hacer cumplir la ley, nos preguntamos si habrá algún otro interés, -además del económico de las empresas- en seguir manteniéndolas en pie.
La asociación ADAPA para la defensa del árbol y del paisaje de Gran Canaria viene denunciando este hecho desde su fundación hace cinco años pues son estas vallas, junto con los escombros y los plásticos de invernaderos abandonados, los que dan a este paisaje y a esta carretera -presentación de la isla a los turistas que vienen del aeropuerto- ese aspecto desolador y sucio. A nuestras repetidas denuncias, escritos y reuniones con las administraciones responsables nos han respondido las más de las veces, ciertamente, con promesas y buena voluntad pero igualmente con ausencia de prácticas efectivas, o con acciones de suma lentitud: ahí siguen las vallas. Y ahí está como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo, esa horrorosa carretera flanqueada de escombros, de enormes y llamativas vallas, amén de esos plásticos hechos jirones que vuelan hacia el mar y que los peces engullirán acabando en nuestros estómagos con la contaminación remanente de los plaguicidas de los viejos invernaderos que cubrían.
Pero el caso es que si la Administración está convencida (¡si ellos mismos han puesto la ley!), si los responsables, pese a las promesas en diferido, están sensibles al tema, si nos han recibido amablemente en repetidas ocasiones, ¿por qué -nos preguntamos- toda esa basura sigue ahí desafiando cualquier criterio ambiental, paisajístico y de seguridad vial, hurtándonos la vista de la ciudad, de la bahía y contaminando la costa?
Y cuando vemos en tiempos de campaña electoral que los mismos que deberían prohibir, se anuncian en esas vallas ilegales, quizá encontremos una respuesta: puede que les interese que sigan ahí. Pues ¡vaya contradicción! Resulta que los que se proponen al electorado para dirigirnos, para mantener la ley y el orden, empiezan por saltarse la ley, anunciándose en un soporte ilegal según las leyes que ellos mismos han elaborado.
ADAPA ha enviado una carta a los partidos políticos que concurren en estas elecciones haciéndoles ver esta flagrante contradicción y avisándoles de que procurará mover al electorado para que no voten a quienes se anuncien en estas vallas ilegales. Y lo hacemos porque desde el momento en que alguien ponga su fotografía en un soporte ilegal para pedir el voto, ya está anunciando que es capaz de saltarse la ley por su cara bonita (o fea).
