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Javier Santaolalla, la partícula de la risa

El isleño formó parte del equipo que descubrió en 2012 el bosón de Higgs y hoy se dedica a la divulgación científica con 60 millones de reproducciones y un millón de seguidores en You Tube

El grancanario Javier Santaolalla Camino nació en Burgos. Fue un 31 de agosto de 1982 y allí vivió hasta los 9 años, cuando por motivos laborales la familia se muda a la capital grancanaria.

Primero a Ciudad Jardín, y luego a la avenida marítima. Muy cerca del Metropol. Estudia en La Salle Antúnez y remata el bachillerato en el Claret, mientras compagina estudios con el fútbol y el tenis, deporte éste último con el que llega a jugar algún torneo nacional. También le encantan los videojuegos. Pero, sobre todo, las ciencias.

"Matemáticas y física me resultaban entretenidas, era curioso y se me daban con facilidad".

Así es como se matricula en Ingeniería Superior de Telecomunicaciones en la ULPGC. Pero debe ser que se le hacía poco el programa porque en tercero le añade la carrera de Física por la UNED, que remata en la Complutense de Madrid tras finalizar ingeniería en la isla.

Pero antes de todo esto culmina el proyecto fin de carrera con la Agencia Espacial Francesa, (CNES), con una investigación sobre los satélites del sistema Galileo, el equivalente del GPS europeo. Al mixturado le añade un máster en Física Fundamental con una beca del CIEMAT en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear). Sí, el mayor laboratorio del mundo de física de partículas. "Ahí sí que me tocó el gordo", sentencia.

Durante cuatro años investiga una tesis sobre el bosón W, observado por primera vez en 1983, y que según explica, "es como un hermano del bosón de Higgs, y por tanto es importante conocerlo bien para dar con el de Higgs, ya que la única forma de buscar una partícula es conocer bien todas las que se crean con ellas".

Y en estas está Javier cuando en 2012, eureka. Dan con el bosón de Higgs. "Éramos un equipo de 2.000 personas, con un presupuesto de mil millones de euros al año, y no lo descubres en un día, sino que te vas enterando poco a poco y la cara de emoción se te va poniendo durante meses. Hay unos que creían, otros que no, muchas incógnitas. Fue algo muy peculiar, porque la comunidad científica llevaba 40 años buscándolo".

Santaolalla afirma que para un físico trabajar en el colisionador del CERN es como para un actor hacerlo en Hollywood, y encontrar el bosón de Higgs es ganar un Oscar, "y de hecho nos dieron un premio Príncipe de Asturias" y a Peter Ware Higgs le otorgan el premio Nobel en el año 2013.

La experiencia es algo similar a los que vuelven del Espacio. Primero se toma un año sabático, que es un decir, porque no para. "Viajo por Europa y Brasil, este último porque era mi sueño aprender portugués y su cultura. Hago tres estancias largas allá, y después de vivir en la fría Ginebra me recordaba mucho a Canarias, cómo vive la gente, la calle, sus playas... E incluso trabajo en la Universidad de Río, investigando también para el CERN".

Pero ese mismo año pica en algo nuevo. Empieza a hacer comedia científica. "Toda aquella experiencia de la búsqueda del bosón fue tan intensa, tan bonita, que tienes que contarla, difundirla".

Y ese proyecto va cogiendo carrerilla, de tal forma que a mitad de ese postdoctorado de Río lo deja y se viene a España.

Es 2014. "Aquí me cambió la vida. Decido jugármela. Tengo dos carreras, un doctorado, pero una maleta pequeña y sin casa y sin ahorros".

Con ese patrimonio se va por los bares contando chistes de ciencia. "Me recorro toda la península, también Canarias, en teatros, colegios, bibliotecas, museos... Hubo de todo, qué locura". Si se le pregunta que cómo terminó haciendo esto, contesta que tenía la curiosidad por experimentar, por emprender "algo diferente. Me atrajo esa misión, ese objetivo y me doy cuenta de que no tengo razón alguna para no atreverme".

De los chistes pasa a los monólogos. "Y la cosa empieza a crecer, me pongo a escribir libros, a crear sketches para el canal de televisión del periódico El Mundo, hago proyectos de educación con Telefónica, "y empiezo poco a poco a meterme en el mundo audiovisual".

En 2015 le llaman para desarrollar un canal en You Tube, "y a partir de ahí se disparató todo, con conferencias y televisión".

Los números impactan. En You Tube registra más de 60 millones de reproducciones y un millón de seguidores en sus tres canales, Date un Voltio, Date un Vlog y Date un Mí, con unos 300 vídeos producidos. En ellos diserta sobre viajes en el tiempo, agujeros de gusano, relatividad cuántica, colisiones de partículas..., "para un público curioso pero sin formación científica".

Acaba de estrenar esta semana su participación en el programa de televisión Órbita Laika, que se emite todos los lunes en La 2, "a las nueve en Canarias", apunta fino, como colaborador de Física.

También acaba de sacar su sexto libro, aún calentito. Life Hacks extremos, de la editorial Planeta, para jóvenes, "y que trata sobre las cosas más bestias de la física: cómo crear, si existiera ese hipotético superlaboratorio, una máquina de teletransporte, cómo montar un Big Bang, fabricar una nave interestelar de Star Trek o un agujero negro, "a la venta desde febrero", afina de nuevo.

Y así suma y sigue. Con varios proyectos de televisión ya cerrados para el futuro inmediato, y la preparación de giras en teatros con un espectáculo científico.

Sin dejar atrás su tierra. "Estoy continuamente yendo y viniendo de Gran Canaria a Madrid y, de hecho, estaré el próximo 2 de mayo en el teatro Guiniguada para grabar en directo un postcard invitado por el programa de radio El cadáver exquisito".

Tampoco olvida a todos esos estudiantes enfrascados ante libros de Física, su ojo derecho de la ciencias. "Les digo que es duro estudiarla, pero que realmente compensa todo ese esfuerzo, y si dudan, que nunca dejen de olvidar el por qué la estudian: porque la aman y la quieren".

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