La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con mucho tino | Talento Gran Canaria (93)

La química automática de Christopher Pollinini

El grancanario gestiona desde Estrasburgo 83 unidades automatizadas de producción de oxígeno, nitrógeno y argón distribuidas por Francia, Alemania, Bélgica y Países Bajos

La química automática de Christopher Pollinini

Christopher Pollinini Molina nace el 31 de mayo de 1984 en Nueva York, donde su padre trabajaba como comercial de telecomunicaciones. Con un año viene a la Gran Canaria, a Santa Brígida el pueblo natal de su madre. Al fin y al cabo, como decía ella, "Nueva York no es una ciudad ni para niños ni embarazadas".

Vive una infancia en El Monte y en el antiguo colegio Almas. Si se le pregunta por algún deporte empiezan los líos. "Iba cambiando. Primero natación. Luego lo intento con el tenis, pero era bastante inútil. Como con el fútbol tampoco servía, mi deporte favorito derivó a jugar a las palas en la playa".

Cuando cumple 15 años acompaña a su padre a Madrid, donde se traslada por motivos de trabajo. "Estoy hasta los 18 años. Lo de ser canario allí tiene su tirón..., hasta que aparece otro canario, claro", ríe. Pero no deja de visitar asiduamente la isla, con toda su familia aquí.

A Christopher le priva la biología. "Pero tengo un profesor que no me ponía buenas notas, así que le cojo tirria a la materia y dedico todos mis esfuerzos a la química, que además me la daba la monjita sor Eva, que nos caía muy bien a mi padre y a mí. Bueno, sobre todo a él."

Con esa base se matricula en Ingeniería Química en el Instituto Químico de Sarriá, donde remata una excelente carrera, de forma que dos meses antes de acabar lo selecciona la firma Dow Chemical, una de las más grandes del mundo.

Es 2006 y la firma los envía a Alemania. Los dos auguraban una gran metrópolis de sofisticado ambiente. Craso error. "Cuando llegamos era en la Alemania del Este, en una ciudad enmedio de la nada: Halle an der Saale. En la guía Lonely Planet te proponía algo así como que, por favor, pasaras de largo".

Pero el trabajo que se hacía allí lo califica de impresionante. "Diseñábamos fábricas de la empresa para el mundo entero y para todo tipo de productos y sistemas. Una para poliuretano, otras de ósmosis inversa, epoxis, automovilísticas, adhesivos, espumas, plásticos?, todas".

Durante seis años va ascendiendo casi en la misma medida en la que perfecciona su alemán e inglés. Y así, de un primer puesto como ingeniero básico, pasa a especialista de procesos, a responsable de equipo y culmina como responsable de producción en la procesadora de residuos peligrosos.

Son vísperas de la crisis. Dow Chemical comienza a vender fábricas. "Me escapé antes de que me vendieran. Recibí una oferta para otra gran compañía, Air Products & Chemicals, que engloba en España a Carburos Metálicos". La entrevista fue extremadamente difícil. "Salí sudando", confiesa, "pero cuál es mi sorpresa cuando me explican que tienen una planta en Telde". Pero no va a ser su caso. Air Products tiene otras ideas para él. Destinarlo a Francia para responsabilizarse del mercado del norte de Europa. "Me lo pienso dos días, cojo mi pequeño Clio de 55 caballos, meto todas mis cosas y le pido a un amigo que me acompañara hasta Estrasburgo. Pero había tanto tareco allí dentro que no cabe".

Empieza como responsable de mejoras para Francia y Alemania, aplicando procesos Lean Six Sigma, un método para reducir fallos y defectos. "Lo que hago es estudio de fábricas para abaratar costes y mejorar la calidad, algo que hoy en día tiene una gran demanda en Industria 4.0, que es la que aplica tecnologías inteligentes en las organizaciones, personas y activos".

En ese destino está dos años hasta que le ofrecen el puesto de jefe de fábrica de Estrasburgo, donde procesa oxígeno, nitrógeno y argón. Algunos de sus clientes son los hospitales, lo que implica "una responsabilidad enorme", así como el nitrógeno, que es vital para la industria de la alimentación y la refrigeración De ahí que sean considerados como un sector estratégico con protocolos legislativos propios para garantizar el abastecimiento.

Más tarde es ascendido a la dirección del OSC, Centro de Servicios Operacionales. Desde ese punto "controlamos fábricas total o parcialmente automatizadas, con nodos de inteligencia artificial en Francia, Alemania, Bélgica y Países Bajos. Ahora mismo llevamos 83 unidades, que abarcan desde enormes plantas de cientos de toneladas de producción diaria hasta otras pequeñas, apenas más grandes que 3 camiones juntos".

Pero las destrezas de Christopher no acaban aquí. También es autor del libro Cuatro muertos más para el desierto, ambientada en la pérdida del Sáhara en un formato de novela negra.

La escribe en 2015 como reacción "al desconocimiento que veo a estos episodios fundamentales de la historia de nuestro país, donde muchos no saben siquiera que el Sáhara había sido una provincia española".

Cuando la obra llega a Amazon se coloca un tiempo entre los diez mejores títulos de novela negra. A ese se añade otro volumen, The MBA Guide, sobre su MBA realizado en el Imperial College London. "Ahí publiqué todo lo que aprendí, los apuntes y exámenes necesarios para aprobar un MBA en una gran universidad. "No le hizo mucha gracia al Imperial College..., pero lo compra mucha gente".

De vuelta a la ingeniería y a sus estudiantes, les ordena que estudien programación. "En seis años todo será automatizado y es indispensable que sepan código, aunque sea en VBA o en otro más estándar como Java o C#. Si sales con ellos te rifan, y podrá acceder a los mejores trabajos del mundo, que son aquellos que haces desde tu casa compaginándolos con el surf, como hace mi primo". En ese mismo sentido, "Canarias el mejor lugar del mundo para invertir en cerebros que puedan trabajar a distancia. Al fin y al cabo, no tenemos más materia prima".

Compartir el artículo

stats