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Baldes de agua para las ovejas de Guía

Los pastores recorren hasta 10 kilómetros para buscar garrafas con las que poder saciar la sed de sus animales tras la evacuación

Un helicóptero recoge agua de un depósito. p. l. mateos

Las ovejas empiezan a recuperar la rutina de pastar en determinadas zonas seguras del monte. El fuego se ha llevado buena parte de las tuberías para saciar la sed de los animales, que han resistido al incendio forestal. Y, aunque la zona alta de Guía permanece cerrada a la vida cotidiana hasta que los equipos especializados terminan de sofocar los rescoldos, los pastores todavía evacuados se las ingenian para recorrer hasta diez kilómetros para conseguir garrafas con las que llevar agua a garrafas hasta sus animales, ordeñarlas y hasta sacar camiones de estiércol de una granja para evitar la muerte de gallinas.

Parece mentira. La zona cero afectada por las llamas se ha llevado laderas de montañas enteras, pinos, matorrales, unos pocos cuartos de aperos, algunos cultivos de hortalizas y hasta medio merendero del área recreativa de Monte Pavón; pero los daños en propiedades privadas son mínimas en la zona y los barrios limítrofes de las medianías con Gáldar. El trabajo de tierra con el apoyo de los medios aéreos ha logrado evitar la pérdida de muchas propiedades.

Cerca de un centenar de vecinos de los pagos de la alta de Guía permanecía hasta ayer tarde evacuado, mientras las carreteras de Montaña Alta hacia Pinos de Gáldar y a Fagajesto continúan cerradas al tráfico general.

El alcalde, Pedro Rodríguez, apunta que la mayoría se ha refugiado en las casas de familiares, aunque alguna persona mayor permanece en la residencia y en instalaciones públicas, mientras dura esta circunstancia excepcional.

Unos pocos vehículos particulares de dueños de ganado y de empresas para reponer los servicios estropeados por llamas logran sortear los controles de la Policía Local, ya que en la zona siguen los equipos contraincendios tratando de dar por extinguido el fuego.

La bruma y el tiempo ayudada en estas tareas en la jornada de ayer, aunque después de mediodía volvía despejarse. Tan solo se observa a lo lejos algún punto humeante, aunque de cerca sí se descubren fuegos subterráneos en lugares como el merendero, ya que el fuego quemó las raíces subterráneas y se ha quedado el calor dentro.

Algunos camiones pasan retirando estiércol de una granja de gallinas de Moya, que llevaba aislada algunos días, para garantizar su salud e higiene de los animales. Y grupos de personas salen para ayudar a los ganaderos a ordeñar las ovejas, ya que los animales llevan muchas horas sin sacar la leche, y sus dueños tampoco disponen de todo el tiempo para realizar el trabajo, mientras la zona sigue resguardada de las visitas. Y también llevan las empresas de tuberías de agua y de la compañía eléctrica para reponer la luz, que se ha visto afectada en algunos puntos.

El domingo fue un día duro, ya que los vecinos tuvieron que salir corriendo en zonas como Marente y Lomo del Pino, porque el fuego se les echaba encima, obligando a los lugareños a concentrarse en la plaza de Montaña Alta. Tanto, que los equipos de emergencia se llevaron algún susto y tuvieron que retroceder para garantizar su vida.

Un rebaño de una treinta de ovejas camina Montaña Alta hacia arriba en su pequeña transhumancia, para pastar en zonas limpias de los caminos tiznados. Los ganaderos tratan de recuperar la normalidad, porque al fin y al cabo se trata de su medio de vida para todo el año.

Por la carretera de la zona alta de Guía, una pareja de trabajadores de la empresa Servi Rain refresca los márgenes de las carreteras y las casas. Gerardo Jiménez y Juan Luis Santana llevan también agua a los bebedores de algunas ovejas, en este caso en bañeras, ya que las tubería de plástico se han fundido por el calor, y tardarán algunos días en reponerse.

Limpio por el ganado

Félix Díaz es uno de los pastores que está improvisando para echar agua a sus diez ovejas, dos perros, dos cochinos y gallinas, que se han quedado aisladas en la finca. La familia salió el domingo del domicilio, y ahora va a recorrer en coche unos diez kilómetros para buscar garrafas con las que llenar el agua para los animales. "Se quedó todo atrás, porque no dio tiempo a nada".

"Lo que estaba limpio por el ganado es lo que se ha salvado; como tenía que ser en toda la Isla", recalca Félix Díaz, resaltando la labor que realizan los animales como naturales cortafuegos para este tipo de catástrofes ambientales.

Los animales estuvieron todo el lunes sin comer. Y ahora se sube a su todoterreno para buscar en otra finca garrafas y cacharros, que le sirvan para llenarlas de agua y saciar la sed de su ganado, formado por una treintena de animales.

El suministro provisional lo tiene a unos dos kilómetros de los animales, en otra propiedad privada, pero antes debe conseguir los recipientes. "No tenemos luz, ni red de abasto. Las mangueras se quemaron y no tenemos agua. Pero lo bueno es que se salvó la casa y los animales".

El ganado no puede pasar más de un día sin ser ordeñado. De ahí la urgencia de los ganaderos para cumplir con sus tareas cotidianas. Porque, si bien ayer la jornada se presentaba de forma optimista para lograr estabilizar el fuego, nunca se sabe si las condiciones dan un giro y puede renacer el problema.

Menos suerte tuvieron sus judías, que "quedaron asadas con la calor". Pese a todo, "me siento satisfecho, porque las llamas respetaron las casas y a los vecinos". El alcalde Pedro Rodríguez señaló ayer que "la noche había transcurrido "sin incidencias y no se ha reactivado ningún foco en las zonas evacuadas', informando al pueblo de Guía que "se informará si se produjeran cambios en las instrucciones dadas por la dirección del Plan de extinción del incendio. Se ruega seguir las instrucciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad".

Mientras, distintos voluntarios de Protección Civil están colaborando en la zona con la Policía Local para tratar de controlar las vías, ya que el lugar continúa cerrado, así como servir de apoyo a los equipos que continúan trabajando en las áreas quemadas, para evitar la reactivación.

Una humareda

En el aire el trabajo tampoco cesa. Los helicópteros siguen operando en las inmediaciones. Sobrevolando la zona para detectar un posible foco, y otros para recoger agua en algunos de los estanques que existan en esos pagos. El único foco visible se observa en la distancia en las inmediaciones de una torre de vigilancia en Pinos de Gáldar. Hasta el lugar se han desplazado algunos aparatos para echar agua, aunque siguen sin ahogarlo.

En cualquier caso, no parece una prioridad para los gestores de este incendio, ya que existen otras zonas que pueden ser más vulnerables en caso de que vuelvan a tomar fuerza.

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