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Entrevista | Margarita Ramos

"En Teror nadie se queda en casa en las Fiestas del Pino, no se puede faltar"

"Nunca esperas un reconocimiento como el de Hija Predilecta, es algo que te abruma y una gran satisfacción", destaca la Hija predilecta de Teror

Margarita Ramos recibe la distinción del alcalde Gonzalo Rosario. FRANK HERNÁNDEZ.

¿Recuerda cuándo asistió a las Fiesta del Pino por primera vez?

A las Fiestas asistí antes de tener conciencia de haber ido porque mis padres iban todos los años. En Teror nadie se queda en su casa el día de las Fiestas del Pino, era típico y habitual que a las Fiestas no se podía faltar. Ya sea a la bajada de la Virgen o a la romería, que antes no se llamaba así, antes eran las carrozas del Pino, o a la subida de la Virgen. A ese tipo de actos todas las familias acudían y llevaban a sus hijos prácticamente desde que nacían. Yo creo que nunca he faltado a las Fiestas del Pino porque para una persona que vive en Teror son uno de los días más especiales del año.

Ha sido catedrática y decana en la Universidad de La Laguna

A través del Ayuntamiento y para mí fue una gran satisfacción. Primero porque nunca esperas que suceda una cosa así y porque te abruma en alguna medida ese reconocimiento, porque significa que entre los hijos e hijas del pueblo de Teror se ha decidido que ocupes un determinado lugar de distinción y relevancia.

Si pudiera describir el momento en el que recogió la distinción, ¿cómo lo haría?

El sentimiento primordial es de una gran y profunda gratitud al Ayuntamiento de Teror, a todo el pleno municipal, y por supuesto a todo el pueblo.

¿Ha vivido toda su vida en Teror?

Vivía en Teror hasta que en el año 1977 me vine a estudiar Derecho a la Universidad de La Laguna, y cuando terminé los estudios pues me quedé a vivir definitivamente en esta ciudad, donde sigo viviendo hasta el día de hoy.

¿Cómo fue su infancia?

El recuerdo más vívido que tengo es el del colegio. En Arbejales había una escuela unitaria y en ella tuve a un gran maestra. No era solo una maestra escolar, también lo era de la vida, se llamaba doña Dolores Ramírez Suárez y cada vez que tengo oportunidad rindo homenaje a su recuerdo y su persona. Esta maestra inculcó en mí el gusto y el deseo por acceder al mundo del conocimiento. Se lo debo a esta mujer.

¿Cuando se marchó para estudiar en La Laguna, le costó irse?

No, nada en absoluto. Quiero decir que cuando eres joven iniciar una nueva etapa de tu vida, incluso desplazarte a un lugar diferente, donde vas a conocer nuevos ambientes y amistades, es siempre motivo de ilusión, de gran entusiasmo el poder dar el paso de acceder a la universidad.

¿Le gustaría volver?

Siempre que vuelvo a Teror observo su paisaje, hablo con su gente, recorro todos los lugares que transité durante la infancia y la adolescencia. Siempre se siente esa especie de nostalgia del pasado, emergen los recuerdos de la familia, de los padres, de los abuelo, de nuestros amigos... Todos esos seres que en el momento de la niñez, y de la primera juventud formaban una parte esencial de nuestra vida así que mis recuerdos de la infancia y de la juventud están indisolublemente vinculados a Teror y a su paisaje, su gente, y a los amigos.

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