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Santa María de Guía

La casa de Los Quintana

Originariamente el solar fue uno solo perteneciente al mismo propietario, aunque con el paso de los años se fuera dividiendo hasta presentar hoy la distribución que conocemos

Imagen de la fachada de la Casa de Los Quintana. LP/DLP

Por fin el Ayuntamiento de Guía se ha decidido a buscar una solución para evitar la desaparición de otra de las casas solariegas que quedan levantadas en aquella localidad. El alcalde, con buen criterio, ha ordenado el desalojo y la reforma de la popularmente conocida allí como la 'Casa de los Quintana' -como publicó este periódico el sábado-, cuya breve historia aportamos para conocimiento de quienes allí y fuera de allí estén interesados.

Escasos datos historiográficos poseemos sobre la casa que es conocida popularmente en Guía como 'de los Quintana' y es aquella que se encuentra lindando con la plaza principal, a un lado de ésta, y entre sus linderos tiene la calle que va al barranco y que posee un pintoresco balcón que también tiene su historia. Pero si la tradición popular la ha bautizado con este nombre porque se asegura que fue la que perteneció a la familia de este apellido de gran solera en la zona, la casona debe ser reconocida porque es el mismo solar donde tenía su vivienda, en 1526 Fernando Alonso de la Guardia, nombrado por el gobernador de la isla Martín Fernández Cerón primer alcalde de Guía con gran indignación de la vecina Gáldar, de cuya villa dependía y era hasta entonces un simple barrio.

Debemos advertir que después de estudiar concienzudamente los antecedentes y linderos de esta casa y los del edificio anejo que es frontera con la misma llamada Plaza Grande, tenemos la impresión de que originariamente el amplio solar fue uno solo perteneciente al mismo propietario, aunque con el paso de los años se fuera dividiendo hasta presentar hoy la distribución que conocemos.

Pero nos vamos a referir aquí a la que se conoce popularmente como casa 'de los Quintana' y es conocido que el genealogista e investigador Miguel Rodríguez Díaz de Quintana le otorga este privilegio; atribución -compartida„que se enriquece con la presencia en su frontis del blasón con las armas de Quintana y Guanarteme. Casa, además, conocida también porque fue en la que nacieron los políticos e ilustres y patrióticos paisanos hermanos González Martín, en memoria de los cuales el ayuntamiento rotuló con su nombre la calle que baja a su costado y que va a dar al barranco.

La primera referencia documental se refiere a que este solar fue la casa del primer alcalde de la entonces villa y se encuentra en la Relación Genealógica escrita por el franciscano guiense fray Juan Suárez de Quintana cuando dice "desde ese tiempo (desde 1526 en que Fernández Cerón lo nombró alcalde) eran casas del dicho Fernando Alonso y de su mujer (Francisca de Riverol) las que hacen esquina a la Plaza de dicha villa de Guía, que hoy son de Cristóbal Benítez de Quintana, mi primo hermano, y asimismo tiene parte en dichas casas el teniente coronel don Bernardino de Quintana Carbajal, mi tío carnal, como descendientes legítimos de los dichos Fernando Alonso y Francisca Riverol".

La finca fue reconstruida en la primera mitad del siglo XVII por Mateo de Carbajal y Quintana para vivirla y habiendo hecho información de nobleza ante el escribano José de Bethencourt Herrera fue amparado como tal por auto de 8 de abril de 1668 firmado por el corregidor de Gran Canaria Miguel de Chaporta.

Este señor colocó en su frontis -o quién sabe si lo aprovechó de la construcción anterior„ un blasón con las armas de los apellidos Guanarteme y Quintana, que aún se conserva en la fachada de la casona, como descendiente legítimo de Fernando Guanarteme y de la mujer de Mateo, Beatriz García del Castillo y Pinto. En la casa siguieron viviendo después el hijo de Mateo, Fernando Guanarteme y Quintana, y posteriormente la hija de éste, Magdalena de Quintana Guanarteme y del Llano Valdés al casar con Luis de Bethencourt Acedo a finales del XVII.

Presumiblemente, fallecido el anterior matrimonio heredó la casa su hijo Juan Antonio de Acedo Bethencourt y Quintana Guanarteme, nacido en Guía en 1695 y matrimoniado en Las Palmas con Ana de Bethencourt Amoreto Westerling, y de su numerosa descendencia fue a parar a la propiedad de Luis Francisco de Acedo Bethencourt y Bethencourt que casó con María Magdalena Suárez de Aguilar Medina, matrimonio ya citado en la historia de la casa de los Acedo.

En el siglo XIX

Por fallecido Luis Francisco en enero de 1817, pues su mujer había dejado este mundo en abril de 1805, la heredó su hija María de los Dolores Acedo y Suarez, que falleció soltera en Las Palmas el 17 de junio de 1887 a la edad de 95 años, dejando disposiciones testamentarias ante el notario José Benítez Llarena en las que designa como heredero de sus bienes a su sobrino José Acedo Martinón en calidad de usufructo vitalicio y al fallecimiento de éste debería recaer en partes iguales entre sus hijos llamados José, Agustín, Isidro y María del Pino Acedo Llarena.

Pero entre sus disposiciones había legados expresos como el que hace respecto a la casa de la plaza a favor de Teresa Valdés y Acedo, viuda de José Páez instituyendo que al fallecimiento de ésta recaerían en favor de los hijos de su otro sobrino Isidro Acedo Martinón. En consecuencia, en diciembre de 1887 María Teresa Valdés inscribe dicho usufructo a su nombre para lo que fue preciso realizar expediente pues la vivienda no aparecía inscrita en el Registro.

Por ello, inmediatamente después del fallecimiento de María Acedo Suárez, su primo José Acedo Martinón acudió al Juzgado de Guía para testimoniar los anteriores datos de procedencia de la casa para manifestar que desde que a pesar de haberla heredado aquella no aparecía inscrita a su nombre en el registro de hipotecas correspondiente que funcionaba entonces en el ayuntamiento, y solicita cumplimentar este requisito, seguramente para poder ejercitar su derecho hereditario. La petición fue admitida y requeridos varios testigos, que lo fueron Pedro Bautista Hernández y Antonio Galván Pagán, para que acreditaran la veracidad de lo informado respondieron afirmativamente. El expediente pasó al fiscal Ignacio Díaz Lorenzo, que lo aprobó y el juez Francisco Lorenzo Montesdeoca dictó auto aprobatorio por lo que fue inscrita en noviembre de 1887.

En noviembre de 1891 Teresa Valdés vende dicho usufructo a Antonio Medina Martín, quien en diciembre de 1908 conjuntamente con la nuda propiedad de que eran beneficiarios José, Agustín, Isidro y María del Pino Acedo Llarena, se traspasa a María del Carmen Martín Padrón, mujer que fue de Francisco González Santana. Por testamento de la dicha, de fecha 26 de julio de 1923, ante el notario Salvador García Pérez, declara como herederos a sus hijos Manuel, Santiago, Francisco, Alfredo, Aurelio y Asunción González Martín. En la partición de dichos bienes la casa correspondió a Santiago González Martín que la inscribió a su nombre en noviembre de 1928.

No nos resistimos a agregar otros datos que se refieren a la misma casa. Hay referencias escritas de que a finales del siglo XVIII o principios del XIX ocupaban la casona, posiblemente alquilada, los hermanos Montesdeoca, -Gaspar y Lorenzo, curas los dos, pues el segundo fue beneficiado de dicha iglesia y más tarde canónigo de la catedral-que encargaron a Luján Pérez la magnífica talla de la Virgen de las Mercedes. Se cuenta que en los bajos del típico balcón de esta casa se celebraban cada año el 24 de septiembre, representaciones teatrales, y en una de éstas fue donde el arcediano de Fuerteventura, José de Viera y Clavijo, descubrió las aptitudes de un niño de quien se constituyó en protector y que luego sería cura del Sagrario, político en las Cortes de Cádiz y canónigo de la catedral de La Habana: Pedro José Gordillo Ramos.

Pedro González-Sosa. Cronista Oficial de Guía

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