El inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, Javier Velasco, y la arqueóloga de la empresa Tibicena Verónica Alberto han dado a conocer este jueves el resultado de la intervención que se ha llevado a cabo en una de las mayores cuevas funerarias prehispánicas ubicada en el sureste de Gran Canaria, así como los estudios realizados, entre ellos la datación con carbono 14, lo que les ha permitido viajar al pasado "más reciente" y estudiar la muerte infantil.

Así se desprende de las declaraciones que tanto Velasco como Alberto han realizado en relación a los trabajos desarrollados en dicha cueva funeraria, que datan su utilización a los siglos VIII, IX y X d.c. Ambos han incidido en lo valioso y excepcional de esta cueva funeraria, el mayor hallazgo arqueológico desde los que se realizaron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como fuente de información para conocer la forma en la que vivían los antiguos canarios, así como su forma de actuar, ya que la arqueóloga Alberto matiza que si bien en Gran Canaria "hay muchas cuevas funerarias", hay "pocas como esta".

Añade que las cuevas habitadas y de enterramiento suelen estar cerca, de ahí que en el caso de esta nos sitúa en el movimiento que se produce con los primeros pobladores de la isla que al llegar de África por la costa, "no se quedan en el litoral, se adentran", siendo la zona donde está la cueva, en el barranco de Guayadeque, uno de los espacios "más importantes" de la isla en cuanto a proporcionar la información de los antepasados.

Por ello, Alberto expuso que con la inspección de esta cueva funeraria han tenido la sensación de que estaban teniendo "un privilegio de hacer un viaje no solo al pasado remoto para conocer cómo vivían estas poblaciones, sino un viaje a un pasado más reciente, del siglo XIX, principios del siglo XX, donde aún se conocían y se mantenían algunos yacimientos de estas características".

La cueva, que está inventariada junto a otros 1.200 más o menos espacios en la isla, se encuentra en una zona de difícil acceso, a unos siete metros de altura, por lo que es necesario acceder a la misma a través de la escalada, si bien la existencia del posible enriquecimiento patrimonial que tenía la misma fue gracias a que el grupo 'El Legado' lo puso en conocimiento del Cabildo después de ver las imágenes facilitadas por un dron que emplearon.

Por todo ello, la especialista incide en que "no fue una actuación arqueológica al uso" pero admitió que una vez en la misma el panorama era "increíble" arqueológicamente por la cantidad de restos que había en la cueva, de carácter colectivo, estableciendo en un mínimo de 72 las personas que están allí enterradas, entre ellas diez bebés, y varias generaciones aunque aún no se puede establecer cuantos años estuvo usándose.

Cuerpos de menores

La arqueóloga ha incidido en la importancia de encontrar cuerpos de menores, de recién nacidos, de pocos años de vida. Ella sustenta la relevancia de este dato en que antes no se encontraban en la proporción que se debía en otro tipo de cementerios, mientras que en las cuevas sí. "Los antiguos canarios, a lo largo de todo su desarrollo vital, van a implementar distintas estrategias en cuanto a la mortalidad infantil y a su deposición en el cementerio. En el caso de las cuevas, los recién nacidos, están presente", explica.

Añade que este es un tema "realmente importantísimo porque hasta hace muy poco tiempo los ejemplares tan pequeños, de recién nacidos, de pocos años de vida, no estaban presente en las investigaciones porque no se encontraban", por lo que "no aparecían en los discursos". Sin embargo, ahora se está viendo que donde "están presente es en este tipo de cementerio, en cuevas", mientras que en el resto no aparecen "en la proporción que deberían".

Tratamiento del cadáver

En cuanto al tratamiento que se le da al cadáver, los estudios de la cueva permiten exponer que "todos" los cuerpos fueron "preparados de la misma manera", que consistía en atarlos y hacer un paquete con pieles o con juncos.

"Esa es la imagen de las momias que se conservan en el Museo Canario... Todos estos cuerpos y toda la población que se moría en los antiguos canarios fueron preparados de la misma manera y en esta cueva encontramos pequeños retazos que nos están confirmando que así fue", apuntilló.

Al respecto, expone que si no se han encontrado las momias como las que están en el Museo Canario "es por una cuestión ambiental, si las condiciones de la cueva hubieran sido las adecuadas", se podrían tener momias como las del citado Museo.

Así, indicó que el nivel de conservación de la cueva "no es óptimo, no es el mejor", si bien eso no se debe a la acción humana, sino a las condiciones naturales de la cavidad, ya que puntualizó que hay una "parte importante" de la cueva que está al descubierto y la pendiente que tiene que hace que muchos huesos caigan, así como a componentes biológicos que le afectan y "degradan la composición del registro".

También se han realizado muestra de carbono 14 a un hueso humano y los restos de una mortaja que proporcionaron una fecha que va entre el siglo IX y X d.c., que coincide con un momento en el que se están implementando en la isla "otras fórmulas funerarias".

Para la conservación de la cueva y sus restos, los siguientes pasos a dar, explicó el inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, Javier Velasco, pasan por la recuperación de los restos humanos que "corren mayor peligro de desaparición" por estar en la parte descubierta, así como actualizar el inventario de cuevas, ya que se identificaron otras en la zona.