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Crisis del coronavirus Atrapados por el mundo

Cuatro aeropuertos para volver a casa

María del Cristo López espera en Cork junto a siete menores un plan seguro para regresar a España

María del Cristo López, canaria atrapada en Irlanda, en el bosque de Gougane Barra. LP / DLP

Hace semanas que la movilidad se está complicando en todo el planeta y son numerosos los casos de españoles atrapados en países extranjeros que esperan una fórmula para volver a casa. María del Cristo López es una de las canarias que en este último mes se han encontrado confinadas sin quererlo lejos de casa, con pocas posibilidades de regresar. Viajó en enero hasta Cork (Irlanda) por un contrato de trabajo que se extendería hasta marzo, pero su billete de regreso fue cancelado tras comenzar la crisis sanitaria. Desde entonces ha estado continuamente comunicándose con la embajada en Dublín para informarse sobre opciones seguras para volver a la Isla, pero ha sido imposible concretar nada. "He mandado 16 mensajes explicando mi situación, pero me contestan de forma impersonal y no se mueven para ayudarme", explica con mucha impotencia y estrés.

Por si fuera poco, la situación aún se ha complicado más. "Conozco a la madre de una estudiante menor que había venido a cursar el semestre a Irlanda y desde que supe que esto se estaba complicando le aconsejé que se llevase a su hija de vuelta a casa; me hizo caso", empieza a relatar López.

Hace apenas unos días que un grupo de padres de los compañeros de clase de esta joven se pusieron en contacto con la canaria para informarse sobre lo que tenían que hacer para traer a sus pequeños de vuelta, pidiendo como favor que López marcara una ruta segura para que todos puedan volver a casa: un total de siete jóvenes de varias zonas de España en completa situación de vulnerabilidad. "He expuesto al Ministerio de Asuntos Exteriores nuestro caso, porque ahora ya no es solo un problema conmigo", explica, pues el hecho de que haya menores implicados debiera ser un asunto para que las autoridades movieran ficha.

"Me preocupa este asunto sobre todo por ellos", admite, pues las medidas que hay que tomar para intentar acceder a España son arriesgadas. Según ha estudiado, la forma más factible a día de hoy es trasladarse desde Cork hasta Dublín. "No es fácil porque no hay muchos medios de transporte ni frecuencias por el estado de alarma; así que lo único que puedes hacer es moverte el día anterior y pasar noche en Dublín para intentar coger un vuelo a Londres a primera hora de la mañana", explica. De este modo, en la capital habría más opciones de coger un vuelo hasta Madrid o Barcelona. El problema es que no tienen la seguridad de que si se mueven de Cork puedan realmente coger un vuelo, ya que corren el riesgo de que se cancele (como ya ha ocurrido en otras ocasiones en otros lugares del mundo). López espera que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores le garanticen un viaje de vuelta. "Es todo complicado, las familias de acogida de los jóvenes están deseando que vuelvan a casa porque en el caso de que se contagiasen es una responsabilidad muy grande; pero no hay forma segura de volver", expresa preocupada, además de que admite que ella forma parte de la población en riesgo porque sufrió "una neumonía".

López comenzó a buscar la fórmula para salir de Irlanda desde que se decretó el estado de alarma en España, el pasado 15 de marzo. "Estuve comunicándome con la embajada, mandando correos", explica, pero las respuestas que recibía no correspondían en absoluto a las preguntas que ella planteaba. "En los mensajes dejo bastante claro que no soy turista, he estado viviendo estos meses aquí por un contrato de trabajo que expiró al finalizar marzo y tenía un billete de vuelta; sin embargo, solo contestan que los turistas tienen que salir del país y los residentes extranjeros quedarse confinados", sostiene con rabia, pues "no se están molestando en hacer nada".

Desde que dejó clara su situación, las cosas han ido poniéndose cada vez más feas en el país inglés. Los casos de coronavirus en el estado de Cork ya suman más de 200. "Teniendo en cuenta que la población apenas asciende a 200.000 habitantes es una cifra bastante considerable", explica, añadiendo que en Dublín (la ciudad con mayor población del país) ya suman más de 3.000. "La sanidad aquí no funciona como en España, aunque ya han establecido que sea pública para todos los ciudadanos; pero no tienen mi historial clínico ni los mismos medios", sostiene alertada.

Desde el Gobierno de Canarias se pusieron ayer en contacto con ella para manifestarle que conocían su situación. "Me preguntaron por mis datos, así que habrá que ver qué hacen", sostiene e insiste en que las autoridades hagan algo para solucionar su situación y la de los menores. "Yo no me puedo quedar aquí", concluye.

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