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CRISIS DEL CORONAVIRUS La religión en tiempos de pandemia

Un Ramadán sin mezquitas

Decenas de miles de musulmanes en Canarias viven su celebración sin encuentros en los templos, que siguen cerrados

Rezos de la comunidad musulmana. ANKOR RAMOS

"Nuestras creencias y nuestra fe se mantienen inalterables, pero este Ramadán es diferente al de los demás años". Así lo explica Hamed Al-Lal, presidente de la Federación Islámica de Canarias (FIDC), quien recuerda que en esta ocasión la celebración se desarrolla en casa y junto a la familia. Reconoce que, después de dos meses de confinamiento para evitar la expansión del coronavirus Covid-19, lo llevan bien.

Al-Lal indica que "este es un mes muy especial para nosotros, casi festivo". Y reconoce que "echamos mucho de menos los encuentros en la mezquita". En las jornadas nocturnas, después de que se lleve a cabo el último rezo, se desarrolla la charla de algún "sabio" llegado de otro lugar. En estas disertaciones, con contenidos de carácter educativo, religioso, cultural o social, "uno aprende mucho", en palabras del representante de la Federación Islámica en el Archipiélago. Estos actos tienen lugar cuando se rompe el ayuno de cada jornada y se pueden prolongar, de media, unos 40 o 50 minutos.

Pero, además, están las reuniones con otros miembros de cada comunidad, bien sean conocidos, o bien amigos o familiares lejanos, "a quienes casi no ves durante el año", pues la actividad laboral o empresarial de cada uno se lo impide. Las conversaciones que se prolongan hasta más allá de la medianoche en algunas ocasiones provocan que se genere un ambiente especial para fieles que acuden a cada templo.

50.000 musulmanes

Hamed Al-Lal estima que en la comunidad autónoma de Canarias pueden residir unos 50.000 musulmanes o más, de diferentes procedencias.

Se trata de personas llegadas de países muy distantes y diferentes entre sí, como Marruecos, Líbano, Pakistán, Bangladesh, Argelia, Senegal o Palestina, por ejemplo.

Hay espacios de oración y encuentro en diversos núcleos urbanos de la región. Con la llegada de la Fase I de la desescalada, se pueden abrir con ciertas limitaciones los lugares de culto religioso. No obstante, el presidente de la Federación Islámica de Canarias asegura que "colaboramos para que haya prevención y seguridad". De hecho, explica que los templos no abrirán sus puestas hasta la llegada de la Fase II. El motivo es que no tienen la certeza de poder cumplir con las directrices fijadas por las autoridades para el actual periodo de desescalada.

Al-Lal nació en Melilla, tiene nacionalidad española y lleva en Canarias más de 42 años. Aquí reside la inmensa mayoría de sus familiares, como hermanos, hijos y hasta nietos.

Respeto e integración

En su comunidad religiosa tienen cabida personas de muchas procedencias. La mayoría de ellos son hispanomusulmanes, aunque también existen numerosos marroquíes, así como paquistaníes o bangladeshíes.

El lugar de procedencia, según el representante de la FIDC, deja de tener relevancia cuando se llega a la mezquita y "todos formamos una familia, conocemos a las personas". Hasta tal punto es así que Hamed manifiesta que Canarias es un lugar "único en el mundo", pues ciudadanos musulmanes de orígenes muy diferentes "conviven en paz, armonía, con respeto y con integración social".

Reconoce que esa situación se produce en un territorio en el que la actividad turística y el fenómeno de la inmigración son muy importantes. Apunta que "una de las cosas fundamentales es la relación social" e insiste en que la buena sintonía con las autoridades "es ejemplar".

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