El pueblo de La Aldea ha visto cómo las fiestas en honor a su patrono, San Nicolás de Tolentino, que viene mimando año tras año, hoy no pueden celebrarse a causa de la pandemia. Sin embargo, les queda la fe y su devoción que vuelcan en las misas ofrecidas por la iglesia que lleva el mismo nombre de su santo. El coronavirus ha impedido que los vecinos se echen a las calles a celebrar los diferentes actos religiosos y populares que suelen empezar desde agosto, como las actividades para niños, la Feria de Ganado, la Bajada de La Rama, la romería-ofrenda, las verbenas y El Charco. Este último ha sido motivo de visita, tanto para autóctonos, como turistas, que acuden a participar en el ritual que hoy se llevaría a cabo.

Los vecinos del municipio grancanario sienten tristeza al no poder rendir honores a su patrono como lo hacían hasta hace un año, pero eso no les ha quitado el acudir a la iglesia a cumplir con la imagen. Y es que la fe y el compartir en familia mantiene motivado al los habitantes de este pueblo.

El alcalde de La Aldea de San Nicolás, Tomás Pérez, explicó ayer que los únicos actos que se están realizando son los religiosos. El regidor señaló que esta decisión se tomó al inicio de la pandemia y fue poco a poco adaptándose a la normativa impuesta por la Consejería de Sanidad para contribuir a ponerle un "freno" al virus.

Una decisión que se tomó con tristeza pero también con "mucha responsabilidad", ante la crisis sanitaria que se vive actualmente. "El pueblo está con mucha resignación, pena y tristeza", apunta Pérez. También narra que las calles que siempre se han caracterizado por estar repletas de personas en estos meses, hoy se "encuentras solas, sin ruido y sin esa alegría que denota esta época" que los vecinos viven con mucho amor, intensidad y a la que acude mucha gente. "Es congojo lo que te da al ver que por primera vez en la vida no podremos celebrar las fiestas en honor a nuestro patrono", lamenta Pérez.

"Solo celebramos las misas por el día de San Nicolás de Tolentino que se oficiaron a las 7.00, 11.00 y 19.00 horas, esto sí se llevo a cabo. El resto de actividades han quedado eliminadas, sin procesión, sin fuegos artificiales, nada. Decidimos no celebrarlo desde el principio por el coronavirus", cuenta Pérez. El alcalde también recuerda a su pueblo que, en estos momentos, "tenemos que ser muy responsables con una situación complicada de la que saldremos según nuestro grado de compromiso". "El mejor guardián de la salud son las personas, por eso no podemos dejar de utilizar las mascarillas, lavarnos las manos constantemente, mantener las distancias de seguridad con el fin de evitar el aumento de casos en contagios, que, en La Aldea, suman ya dos personas afectadas que están bajo control", informó el regidor. Añadió además la importancia de mantener viva "la ilusión y esperanza" de que muy pronto las autoridades sanitarias darán con la vacuna para "atajar la expansión del virus y del daño que éste ha causado a toda la humanidad".

En particular, el primer edil reveló que se siente apenado por la cancelación de los actos tradicionales de su municipio. "No puedo ser diferente al resto, estoy triste e incrédulo con la situación. Todavía no creo que es nuestra realidad, pero no hay otra y tenemos que hacer mucho esfuerzo en comprender que no tenemos alternativa".

Este 2020 es, a juicio del alcalde, uno de esos años que es "mejor olvidar". "Hemos tenido un año de sufrimiento continúo, incendios en Tasarte, la expansión del coronavirus que generó el Estado de Alarma, el incendio de La Palma. Es un año que ha sido negativo", reseñó. "Que pase pronto este 2020, a ver si nos viene mejor el 2021". De hecho, ya tiene un deseo para el año venidero que se basa en que "podamos tener avances científicos y tecnológicos que permitan luchar contra esta enfermedad", además, espera que la zafra tomatera sea beneficiosa, que los agricultores puedan vender sus productos, aumentar la lucha por la rentabilidad del sector, que el invierno sea "bondadoso" en lluvia para que las presas se llenen de agua y se puedan mantener los riegos de las plantaciones. Pérez también desea que se favorezca el mercado interior de frutas y verduras del municipio y "que se siga avanzando nuestra carretera de La Aldea - Agaete. Es importante todo ello para este futuro inmediato", añade.

Por su parte, José Pedro Suárez, coordinador del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea, expresó que los vecinos del municipio se muestran muy conscientes ante la situación de la Covid-19 y "se lo toman bien, no nos queda de otra, las fiestas las celebran en familia, cada uno en su casita". Eso no quita, explica el maestro, que los residentes se sientan nostálgicos, porque esta tradición les trae "recuerdos imborrables de cuando ibas con tus padres y abuelos, es un tema muy sentimental. Es de las pocas fiestas prehispánicas que nos quedan", indicó. Asimismo narra que los vecinos siguen cumpliendo con su patrono y acuden a la iglesia a presenciar la misa en su honor, aunque no todos puedan entrar por la capacidad y las normas sanitarias.

Suárez recuerda que El Charco es más que "ir a beber o vestirse con un traje especial". "Queremos mantener la esencia de ese charco, es una tradición viva y la gente se piensa que hay que vestirse de abuelos para ir a pescar. No hay que vestirse de nada, hay que ir con cualquier ropa y es la lucha que tenemos. Esta tradición es para compartir en familia, pescar y celebrar con música de parranda".

El párroco de la iglesia, José Miguel Rodríguez también explicó que la población esta "frustrada y no se sienten a gusto al no poder celebrar sus fiestas". "Pese a esto, ha habido un grado de aceptación responsable de los hechos porque la situación es la que hay. Mucha gente tiene temor y miedo, quizás algunos jóvenes lo viven de otra manera, pero en general lo aceptan con la esperanza de que el próximo año será distinto", resaltó. "Añoran y desean celebrar las fiestas".

Agregó que han impulsado "el sentido bonito de la fiesta y hemos creado los actos propios de la celebración para vencer el miedo a venir". La misa también ha llegado a los hogares de La Aldea, ya que ha sido transmitida por la radio y televisión del mismo nombre.

Hoy a las 17.00 horas se tocan las campanas de la iglesia como gesto simbólico al Charco. "Como un recuerdo solidario de que estamos ahí a pesar de todo y que cada uno se reúna en casa y viva las fiestas en familia". También se proyectará un documental llamado Historia de la Fiesta de El Charco en la Aldea durante la misa que cuenta con la participación de jóvenes provenientes de Malí, ya que en el país africano tienen una tradición similar.