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Gran Canaria luce los mejores almendros del siglo

El saludable aspecto de estos árboles, con el brote de flores más exuberante de los últimos veinte años, presagia una excelente cosecha que olvide la ausencia de fiestas

Los mejores almendros del siglo

Una serie de casualidades climatológicas pocas veces tan favorables ha dado lugar a que los imponentes almendros en flor, repartidos principalmente entre los municipios de Valsequillo y Tejeda, sean los más radiantes de las dos últimas décadas. Por eso, y a pesar de que este año no se celebren las afamadas fiestas que tienen lugar durante la primera semana de febrero y que puede afectar a la afluencia turística de la zona, sí se espera una mayor recolección de almendras que, por tanto, incida en la economía de estos municipios y pueda suplir este problema.

Realizar un viaje por el centro de la Isla, durante estos días, por tanto, supone poder disfrutar de una vegetación excepcional en donde, durante muchos tramos, predominan esos árboles de casi diez metros de altura cuyo llamativo aspecto entre blanco y rosado sobresale entre el verdor generalizado. Saliendo de Telde y entrando en Valsequillo, la fisonomía del campo va variando en ese sentido a medida que uno se acerca cada vez más al centro. Mientras, muchos agricultores trabajaban ayer la tierra en plantaciones de papas, olivos, o fresas, y la mayoría de ellos coincidían en que este 2021 ha sido el año del mejor florecimiento de almendreros de todos los que llevamos de siglo XXI.

Uno de ellos es el agricultor Francisco Déniz, de la finca del guachinche La Cantera, que se centra en la plantación de parras y fresas, aunque incluya también ejemplares de estas hermosas rosáceas. “Los almendros están preciosos”, señala. “El problema es la pandemia y no podemos disfrutarlos como otros años, pero vienen muy bien florecidos porque ha llovido más y ahora se están produciendo factores medioambientales que los están beneficiando”. Curiosamente, destaca la uniformidad de las plantas en cuanto se ven zonas amplias con la misma fisonomía exuberante, aunque la excepción sean los bordes de las carreteras donde casi en todos lados aparecen los árboles secos. “Los de las carreteras están así porque han venido años malos y les ha afectado más”, señala el agricultor. “Pero los que han sobrevivido están imponentes, parece como si quisieran exhibirse tras muchos años secos. Hacía mucho que no y ahora el huracán Filomena ha venido fenomenal para ellos”, añade.

Los mejores almendros del siglo

A medida que uno va recorriendo los distintos barrios de Valsequillo este aspecto va adquiriendo mayor consistencia, y ya en Tejeda resulta algunas veces deslumbrante. Un experto en este tipo de plantaciones es José Antonio Quintana, propietario de la tradicional dulcería Nublo, donde trabajan unas veinte personas, que lleva funcionando desde 1946, y en cuya fábrica se realizan los dulces típicos de este municipio con la almendra siempre como principal componente gastronómico. Quintana posee una finca en la entrada del pueblo llamada El ventoso, con una plantación de almendros de 18.000 metros cuadrados que ha ido ampliando en los alrededores. Su negocio se abastece de todos los almendros de las Islas y de la Península.

“Es sin duda, uno de los mejores años que recuerdo”, señala este veterano repostero y agricultor. “Los árboles están mucho mejor porque ha llovido y la buena temperatura del frío también ha ayudado y ha venido bien”, añade. Uno de los aspectos a destacar es que hay muchas zonas “que ha estado floreciendo en su época, no adelantado ni atrasado al periodo correspondiente porque ha hecho frío y ha llovido, pero todavía es muy temprano para hacer un diagnóstico global porque te puede venir una calima o un viento fuerte y echar lo florecido abajo”.

Finales de marzo

Sea como fuere, el momento actual es el de la llamada polinización “y mientras estén los días así está bien”, pero se verá el verdadero resultado a finales de marzo o abril, que es cuando la almendra empezará a salir. Pero a pesar de todos estos factores “aún puede venir también un viento fuerte, porque el agricultor siempre tiene esa duda y depende de muchas inclemencias”. Pero, por lo pronto, Quintana afirma que “vamos muy bien, se ve que los campos están verdes y hay elementos que están influyendo en los almendros como que está calentando el sol y ha hecho mucho frío”, con lo que ahora “los matos salen con fuerza”, porque otro factor negativo contra los árboles es que hay muchos que florecen y luego en sus hojas no se ve esa fuerza.

Los mejores almendros del siglo

Con los siempre imponentes contornos del Roque Nublo y el Roque Bentayga como acompañantes, la presencia del Teide con mayor nitidez de lo habitual, y un sol agradable que no llega a molestar, la siguiente parada es el propio Ayuntamiento del municipio cumbrero. El alcalde, Francisco Perera, se muestra igual de entusiasmado que los agricultores y empresarios. “Antes de la lluvia el año venía malo y éramos bastante pesimistas en cuanto la floración y el producto fina”, señala. “Pero, afortunadamente, ha llovido, el campo ha reverdecido y uno de los árboles frutales beneficiados ha sido el almendrero, que se ha visto acompañado con la actual ola de frío y que el sol haya hecho acto de presencia durante más horas del día de lo habitual”.

Normalmente en la segunda quincena de diciembre se suelen ver los primeros almendros en flor, pero este año no aparecieron en esa fecha, lo que contagió de pesimismo a muchos agricultores, pero el cambio fue radical con las primeras lluvias. Por todo esto, “los almendros están agradecidos y brotando incluso de una manera casi uniforme que es muy difícil que eso ocurra ya que a razón de la variedad de la almendra algunos florecen antes que otros”.

Francisco Perera espera que en 15 o 20 días estén casi todos florecidos aunque a veces tarden dos meses para ello. “Tengo la esperanza de que vuelva a llover con la misma intensidad, que volvamos a ver los embalses a rebosar y que el campo canario se vea aprovechado de esas lluvias tras los estragos producidos por los incendios. Desde entonces casi no había llovido, y había lugares donde todavía la ceniza estaba candente. Ya ha cambiado y no solo por ese verdor sino también por nuestro nivel freático que estaba bastante esquilmado”, aclara. “Estas lluvias alentaron un agua serena que la tierra absorbió prácticamente toda, para que nuestros nacientes puedan recargarse y seguir emanando con destino al riego o al sector primario”. Precisamente el incendio de 2017 afectó bastante a los almendros en flor, sobre todo en la zona sur. “Y el almendrero una vez que se estropea no suele brotar”, recuerda a continuación.

Por último, un aspecto importante, que no se suele abordar, es cómo este afortunado brote afecta psicológicamente a la población del municipio. “Le afecta muy positivamente”, señala. “Porque el almendro en flor es signo de alegría, te da esperanzas a seguir luchando y más con la pandemia”, añade con entusiasmo. Por tanto, tan solo el hecho de “que nuestros campos se vean con ese verdor de fondo nos da ánimos para tener esperanzas en que todo este lío actual va a cambiar”.

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Almendros en flor en la Cumbre de Gran Canaria Juan Carlos Castro

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