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Teror.

El Pino se ilumina dos años después

Unos 50 kilos de pólvora pondrán color hoy y durante diez minutos al cielo de Teror

Imagen de archivo de la Virgen del Pino iluminada por fuegos artificiales. | | FRANK HERNÁNDEZ

El Pino vuelve a iluminarse tras dos años sin los tradicionales fuegos que dan color a las fiestas de la patrona. El espectáculo de pirotecnia fue suspendido en 2019 tras el gran incendio iniciado en Valleseco y en 2020 a debido a la pandemia por coronavirus. Es este año cuando el pueblo terorense retoma sus tradiciones y rinde honor a su virgen repletos de fe.

Algunas de las voces más prometedoras del panorama de la tradición folclórica de Canarias se dieron cita anoche en el Espacio Cultural Estable Sintes para rendir tributo a Mary Sánchez. En la imagen, la artista junto con el alcalde de la villa, Sergio Nuez. | Frank Hernández

Los encargados de dar luz al cielo serán, como todos los años, Pirotecnia El Pilar, de Benjamín Dávila Sosa, para quien es un «honor» retomar esta tradición hoy a partir de las 22.30 horas. El espectáculo saldrá desde el aparcamiento de las oficinas municipales y tendrá una duración aproximada de diez minutos y «va a ser mas sencillo de lo habitual dado que todavía la situación sanitaria producto de la pandemia por coronavirus no permite uno de mayor categoría». Sin embargo, Dávila matiza que esto no impedirá que den una exhibición digna de la Virgen del Pino por lo que planean realizar uno repleto de «cariño y bonito aunque no sea del mismo calibre». A diferencia de años anteriores en los que la cantidad de pólvora lanzada equivalía a entre 60 a 100 kilogramos, en esta edición se utilizará una cuantía «inferior a 50 kilos». «En 2019 se dejaron de hacer por los incendios, después vino la pandemia y es en este año cuando se vuelve a poner color a la noche del Pino», expresa con ilusión.

Asimismo, recuerda como si fuese ayer que en 2019 estuvo previsto lanzar los fuegos artificiales «pero vino una ola de calor y se trasladaron para el domingo 13 de septiembre -el siguiente a la celebración del Pino- cuando se celebraba la festividad de Las Marías, ya que es más intima entre los vecinos del pueblo y se dispararon algunos», sostiene Dávila. Los recuerdos de este empresario le generan nostalgia por el hecho de no haber podido rendir homenaje a su patrona como siempre lo ha hecho pero también por las consecuencias económicas que ha enfrentado producto de la crisis sanitaria. Y es que para él ha sido una época «muy dura. Desde que empezó la pandemia fue un golpe muy fuerte para el sector porque se paró todo de repente y por tanto llegó la suspensión de las fiestas» tanto del Pino como del resto de municipios.

El 2021, por su parte, ha pintado mejor para los negocios de pirotecnia, en el caso del empresario terorense «este año se ha empezado a ver la luz al final del túnel» pero esto se debe en parte a que «hay establecimientos que han optado por añadir los fuegos en sus eventos y el Ayuntamiento de Teror que nos ha elegido para ponerle color a las fiestas de la Virgen del Pino». Admite, a su vez que no ha sido suficiente y es que «sigue siendo un año complicado porque no facturamos como para generar beneficio, nos mantenemos pero no como antes», ha lamentado Dávila. Más aún para este empresario cuyo negocio es familiar y para quien iluminar el Pino significa más que un ingreso monetario.

«Somos una empresa familiar de Teror y tenemos más de 100 años de historia. De hecho, soy la séptima generación ya que hemos ido de padre a hijo y nos hemos encargado de los fuegos de la virgen desde que se abrió este negocio, es decir, tenemos más de un siglo iluminando y poniéndole color a las fiestas de la patrona», narra el terorense con emoción.

«Para nosotros es un orgullo disparar en una noche como la del día 7 en la que todos los caminos llevan a Teror y todas las miradas conducen al cielo, es una responsabilidad y un orgullo», recalca, al tiempo que destaca que para ellos la Virgen del Pino «lo es todo», no solo como grancanario, sino como terorense. «Significa mucho, es nuestra patrona, la que nos guía, es muy grande», apostilla. Dávila también espera que, pese a que la normalidad llegue lentamente, pronto se puedan recuperar las fiestas en todos los municipios de la Isla. «Es verdad que este año hay algunos que las han retomado pero hay otros con miedo a que el virus se descontrole.

Yo creo que estamos a la mitad del camino y esperamos que para el año que viene la cosa pueda estar mejor», resalta al tiempo que añade que no pierde la esperanza de poder celebrar las fiestas del Pino como en ataño, así como las de todos los patronos y patronas del Archipiélago, aunque reconoce que las celebraciones en los barrios pueden dilatarse aún más ya que entiende que, al tener menos recursos, sumado al tema de la pandemia y los parámetros de seguridad que se deben cumplir para frenarla, hace que se vuelvan «complicadas de retomar». Pero es el momento de dejar la tristeza guardada en una gaveta y bajo llave porque la Virgen del Pino regresa acompañada de color y luces para recordarle a sus feligreses que, aunque el incendio y el covid hayan apagado el fuego hace dos año, ha llegado la hora de renacer.

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