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Mogán

El aguacate recupera su trono

La feria del oro verde regresa tras la pandemia y los asistentes arrasan con las cuatro toneladas a la venta atraídos por su coste: entre cuatro y seis euros el kilo

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Los agricultores de aguacates del municipio de Mogán no pueden estar más satisfechos porque este domingo, en apenas cuatro horas, lograron dar salida los más de 4.000 kilos de este producto que se pusieron a la venta en la feria que esta localidad celebra para ensalzar al denominado oro verde. Los asistentes a la sexta edición de la Feria del Aguacate, unas 5.000 personas según la organización, arrasaron con todas las existencias y la demanda fue tan elevada que algunos de los productores tuvieron que desplazarse rápidamente hasta sus fincas a recoger más mercancía para poder atender todos los pedidos. Y esto no es casual: el kilo de aguacate se vendió casi a precio de saldo, entre los cuatro y seis euros el kilo, en un año en el que en los supermercados su precio ha llegado a registrar cifras récord de entre ocho y doce euros.

Willy García pesa los aguacates que sirve a una clienta LP/DLP

Ofrecer estos precios fue posible precisamente porque los productos viajaron directamente desde la finca, todas ubicadas en el municipio, a la bolsa de los consumidores, sin intermediarios. Y eso se notó porque no había ni un asistente a esta feria que saliese con las manos vacías. Y el éxito ha sido mayor si cabe al ser la primera vez que este mercado agrícola se celebra desde que se inició la pandemia. El aguacate ha recuperado su trono en todas sus variedades: Fuerte, Pinkerton, Orotava y las híbridas guatemaltecas.

En esta feria han participado 15 agricultores del municipio, asociados en 11 puestos, y además de aguacates también se pusieron a la venta 2.500 kilos de mango, otro de los manjares que produce la localidad moganera, 3.000 kilos de naranjas, y otros productos tropicales como pitayas, carambolas y piñas.

La alta demande de aguacate provocó que algunos agricultores tuvieran que ir a buscar más

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Los productores están contentos y Willy García lo atestigua. Cultiva aguacates desde hace 10 años en una finca que tiene en Cercados de Espino, en el barranco de Arguineguín, y para él esta edición de la feria ha sido la más importante de todas porque ha supuesto un impulso a esos agricultores que durante la pandemia no han logrado darle salida a sus productos. «Es una buena oportunidad para darle un empujón a todos los pequeños productores del municipio que este año nos hemos visto afectado porque no hemos podido vender todo el producto o no producimos lo suficiente», cuenta, mientras remueve cajas de aguacates sin parar de atender a la cada vez más creciente clientela de la feria, «cada día nos cuesta más el agua y la luz y esto es un empujón para que podamos seguir plantando y cosechando».

Vista general de la carpa durante la celebración de la feria. LP/DLP

Willy vendió sus aguacates a tres euros el kilo, por debajo de la media debido a que su producto era de menor tamaño. «Podemos hacerlo porque es una venta directa», dice, al tiempo que critica que los grandes intermediarios eleven el precio de los aguacates cuando a los agricultores les pagan «una miseria». «A mi me lo compran a 1,5 o dos euros, y luego en el supermercado lo ponen a ocho y diez euros; así el pequeño productor muere y el gran empresario crece», lamenta. 

Pese a todo, quedó más que satisfecho porque fue uno de esos agricultores que tuvo que volver a su finca a buscar más mercancía: inicialmente había llevado a la feria 300 kilos de aguacates y 400 de mango y tuvo que aumentar la venta con otros 700 kilos más de estas frutas. «Me voy demasiado contento», afirmó.

«Están más baratos que en un gran almacén y además se nota la calidad», dice una clienta

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En la feria participó también el grupo Lopesan para poner a la venta 150 kilos de aguacate y 70 de naranjas, productos que cultiva en su finca de Veneguera. En su caso, la recaudación de las ventas la destinará al Banco de Alimentos de Las Palmas, según informó Antonio Álvarez, representante de la compañía.

En la feria apenas se preguntaban los precios porque los asistentes ya tenían claro que serían mucho mas asequibles que en las grandes superficies. Fue el caso de Mari Carmen y Agustín, dos teldenses asiduos a una feria que esperaban como agua de mayo después de que no se celebrase en 2020 por la pandemia. «Venimos porque la primera vez que lo hicimos nos agradó el ambiente y nos gustaron los precios», confiesa Mari Carmen, «además, aquí tenemos los mejores aguacates». Para estos clientes los aguacates estaban ayer «muy bien de precios». Y es que hacía «mucho tiempo» que no comían este producto por el elevado coste que ha alcanzado en los últimos meses. «Llegué a verlos a 12 euros el kilo y aquí los hemos comprado a cuatro, un precio bastante más razonable», argumentaron victoriosos después de hacerse con 3,5 kilos de este preciado alimento.

Los aldeanos Masi y Guacimara portan dos plantas de aguacateros. LP/DLP

De la ciudad de los faycanes llegaron también, y por primera vez a esta feria, Jennifer y Toni. «Además de que están más baratos que en el supermercado, se nota mucho la calidad del aguacate de Mogán», señaló la teldense, «son bastante grandes, de la isla y de la tierra a la mesa, sin haber estado en cámaras frigoríficas».

Muchos de los asistentes salieron de la feria cargados con bolsas llenas de aguacates, pero otros prefireron ir al origen y marcharse a casa con el mismísimo aguacatero para cultivar este alimento ellos mismos. Masi y Guacimara llegaron desde La Aldea para hacerse con dos matas de aguacateros, los dos primeros que plantarán en su finca. «Como aldeano que soy, me crié entre tomateros, pero ahora la agricultura es un hobby, tengo menos tiempo y el aguacatero requiere menos atención», confesó este apasionado por la fruta.

Por la carpa de la Plaza Pérez Galdós de Arguineguín pasaron 5.000 personas que no solo compraron aguacates y mangos sino también productos como miel, aceites, aceitunas, pan, quesos y hasta artículos de artesanía.

La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, destacó el éxito en la vuelta de la feria «para intentar ir normalizando la situación» y porque «se acerca la Navidad y nuestro aguacate debe estar en la mesa». Por su parte, el edil de Desarrollo Rural, Ernesto Hernández, se confesó «satisfecho» con el resultado, tanto por la promoción local que ofrece como por el impulso que supone para los agricultores del municipio.

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