«Empecé en el fregadero», contesta espontáneo el joven grancanario Kibsaim Lugo, elegido, junto a cinco aspirantes más, a ser pastelero revelación en el concurso Madrid Fusión, en su quinta edición en esta categoría.
Muy convencido de que lo puedo lograr, «estoy muy seguro, convencido», Kibi asegura que sus compañeros nominados «son también muy buenos pero yo tengo una sensación muy optimista», explica y espera ansioso que llegue el 28 de marzo, fecha para la celebración del evento en la capital española.
Defensor acérrimo del buen producto, «de la tierra, porque aquí en Gran Canaria tenemos una materia prima que no desmerece en absoluto la del cualquier lugar de España», este orgulloso pastelero trabaja en el restaurante Casa Romántica, en el Valle de Agaete, donde «hasta servimos café cultivado en la zona».
Los finalistas de este concurso han sido seleccionados por la organización madrileña entre jóvenes que destacan por la originalidad y perfección técnica de los trabajos que realizan en sus respectivos puestos, ya sean restaurantes o obradores de pastelería y buscarán un galardón con el que se quiere reconocer «la gran labor» que están llevando a cabo en España «algunos de los más prometedores talentos del universo dulce».
Kibi se siente muy cómodo en este campo profesional, «porque creo que tiene mucho futuro», y opina que, triunfar en este evento nacional, «me daría un respaldo definitivo para poder darme a conocer e introducirme en determinados circuitos».
A sus 28 años, recuerda con cariño cómo se empezó a meter en la cámara del frío con una compañera con la que trabajaba «y fue entonces cuando me día cuenta que la repostería era mi camino y empecé a formarme en este campo hasta hoy».
Su oportunidad de salir de las fronteras del Archipiélago se fundamenta, según el criterio de los especialistas que han elegido a estos finalista, en su caso por «los juegos de textura, volúmenes y contrastes de temperatura» que hay en su catálogo de postres.
Cada vez que alguien intenta averiguar con qué plato de respostería se va a presentar en Madrid se niega a dar la más mínima pista, «aunque todo el mundo cree que tedrá mucho que ver con el café que cultivamos en una finca de este Valle de Agaete y así lo voy a dejar. Ya veremos si al final es así o no», sonríe maliciosamente.
Kibi también se ve reforzado por el entorno donde desarrolla actualmente su trabajo, «en este Valle maravilloso de la zona norte de Gran Canaria donde hay frutas con unas características muy concretas que le da un aroma muy especial a todo lo que hacemos.
El repostero grancanaria tendrá enfrente a otros cinco candidatos para este reñidísima final, de La Coruña, Ibiza, Huesca y Donosti y Madrid.
La mayoría de ellos trabajan en obradores y dos en restaurantes. «Los repeto al máximo como cintricantes», cuenta Kibi, «pero ninguno tememos al contrincantes, al contrario se trata de aprender unos de otros, tanto desde el punto de vista técnico como del uso de los productos más significativos de su entorno y yo creo que, en ese aspecto, mi propuesta es muy especial», asegura este joven grancanario.
Con un hermano mayor chef, de casta le viene al galgo, como dice el refrán, Kibsaim Lugo espera que este escaparate nacional, «que cuando me llamaron para decirme que estaba seleccionado casi me quedé sin habla», le sirva para una proyección fuera del Archipiélago.
«El mes de marzo se me va a hacer muy largo», sonríe.
