Ingenio

Los testigos del derrumbe en Guayadeque, aún con el susto en el cuerpo

Un grupo familiar celebraba un cumpleaños cuando fue el derrumbe exterior en Guayadeque

Derrumbe en una casa en Guayadeque

LP / DLP

Un grupo familiar no olvidará la casa cueva del barranco de Guayadeque para la celebración de un cumpleaños y que terminó con un derrumbe en el exterior. No hubo daños personales.

«Alguno de ellos estaba todavía hoy [ayer para el lector] en shock por lo vivido el pasado domingo. Sintieron miedo por ese derrumbe que hubo fuera y por el ruido fuerte que escucharon. El susto lo llevan aún dentro». Así describieron fuentes cercanas respecto a cómo se encontraban los siete jóvenes y menores que se encontraban en la casa cueva Ca’ Juani, que se halla en Montaña de las Tierras, en el barranco de Guayadeque, en el municipio de Ingenio, cuando fue el derrumbamiento en el exterior de la vivienda vacacional, y se llenó de grandes piedras y de rocas el patio del inmueble y el camino público que está delante de la casa cueva.

Se trataba de un grupo familiar: dos chicas, una de 19 años y la otra de 18 años que acababa de cumplir, y que para celebrarlo se había hecho la reserva en la citada casa cueva. Los otros cinco son menores. Todos ellos, los siete, son hermanos y primos, y son naturales y residentes en Gran Canaria.

«Estaban todos en el salón cuando sobre las 03.00 horas del domingo comenzaron a escuchar el estruendo fuera de la vivienda. Imagine el miedo y pánico que vivieron al escuchar tanto ruido y sin saber qué les iba a pasar », indicaron esas mismas fuentes.

La mayor de todos, de 19 años, sale la primera de la casa cueva, entre piedras en la terraza, y pide auxilio a la vecina

Cuando parecía que la caída de piedras y rocas había terminado, la chica de 19 años fue la que se aventuró a salir cómo se podía, entre tantas piedras y rocas que estaban en la terraza, y corrió a pedir auxilio a la vecina de la casa cueva ocupada que estaba más cercana. La mujer avisada fue la que alertó a la Policía Local de Ingenio, al tiempo que la chica volvía a Ca’Juani para guiar a sus familiares en la salida, para después refugiarse en un lugar más seguro.

Los policías locales acudieron al lugar de derrumbe y auxiliaron a los afectados, al tiempo que precintaban la zona.

Durante esa madrugada, tras contactar con las madres y padres de cada uno, las jóvenes y menores, que tuvieron esa experiencia que tardarán en olvidar, pudieron regresar a sus domicilios con sus progenitores y familiares. La alcaldesa Ana Hernández estuvo en el lugar del accidente el domingo, por la tarde, cuando había garantías de que no continuase el derrumbe. El martes volvió al lugar.

«Además de estar allí y verlo de forma directa, pues he conversado con las madres de varios de los afectados. Ellos están bien, aunque con miedo. Le he mostrado nuestro apoyo, como también a la propietaria de la casa cueva», asegura la regidora.

Durante la mañana del domingo volvieron a estar en el lugar la Policía Local, esta vez con la unidad del dron, y los Bomberos del Consorcio de Emergencia. Las imágenes y datos tomados por el dron fueron facilitados a los técnicos municipales. La concejala de Urbanismo, Victoria Santana, explicó que «estuvo allí nuestro técnico, quien aún no ha terminado su informe. Él describirá lo que se ve. Me comentó que se aprecia estabilidad, no más. Nosotros tenemos nuestras limitaciones técnicas en la materia».

La propietaria de la casa Cueva, Juani León, residente en Vecindario, en el término municipal de Santa Lucía de Tirajana, espera que el Ayuntamiento limpie el sendero. A lo que la alcaldesa respondió que «se hará lo antes que se pueda». El problema que se plantea ahora es quién limpiará la terraza. Desde el Ayuntamiento se entiende que «eso es más delicado por ser propiedad privada la vivienda y el risco». La dueña destaca que «aún estoy esperando que vengan los técnicos del Cabildo, y así se podrán aclarar muchas cosas. Sé que dentro no pasó nada. Tomaré más medidas de protección fuera».

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«El peligro de los derrumbes es una realidad que existe en la mayoría de las cuevas», explica Honorio Martel. de 60 años, prejubilado, que desde hace tres optó por vivir en la casa cueva que heredó de su padre y que fue la primera que se construyó en Montaña de las Tierras en torno a 1840. «De las piedras que cayeron en el exterior de Ca’Juani, varias rompieron la barandilla de la casa cueva de mi hermana, que está dos más arriba. Hace unos 25 años otro derrumbe afectó a otra de la zona y se cerró», señala. «Vivo aquí por la tranquilidad. Tengo mi huerto y gallinas. Con coche, no hay problemas», sentencia. | M. Á. M.

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