El Ayuntamiento de San Mateo ha tenido que pedir una nueva prórroga al Gobierno de Canarias para no perder el millón de euros de una subvención que le concedió en 2020 para afrontar el proyecto de reforma del Museo Cho Zacarías en la que se ubicaría la Casa de la Cultura y un hotel emblemático. El motivo de que aún con la financiación disponible -la otra parte la aporta el Ayuntamiento- no se acometa este proyecto tan importante para la Vega es la falta de personal técnico que sufre el ayuntamiento. La concejal de Urbanismo, Davinia Falcón, explica que en enero de este año se jubiló el ingeniero responsable de este departamento, y también otro técnico en septiembre aunque esta plaza se repuso en febrero, pero aún así señala que disponen de poco personal ya que «se trata de un ayuntamiento pequeño para sacar adelante tanta obra».
Aunque en principio la prórroga de la financiación concluía en diciembre de 2022, según asegura la concejala se ha logrado ampliarla hasta diciembre de 2023.
Sobre estas limitaciones de personal añade que la obra de los aparcamientos del mercado municipal ha acaparado todo el trabajo del ajustado equipo de técnicos y eso es lo que ha impedido que se saque a concurso el proyecto de la transformación de esta edificación que albergaba un museo etnográfico además de un hotel rural y uno de los restaurantes más célebres de las medianías. El inmueble fue museo durante más de 45 años.
«Todas las actuaciones a la vez no se pueden hacer», señala la edil de Urbanismo
Asimismo insiste Falcón en que se ha dado prioridad no sólo a la obra del aparcamiento, de tres plantas, sino a otros trabajos de mejoras en los barrios como es el caso de la Plaza de la Bodeguilla. «Tantas actuaciones a la vez no se pueden hacer. ¡Qué mas quisiéramos que poner en marcha este proyecto que es muy importante para el municipio!», lamenta.
Por su parte, el edil socialista de la oposición, Rubén Díaz, denuncia que la «incompetencia» del grupo de gobierno municipal hace peligrar la subvención de un millón de euros, una infraestructura tan importante para el municipio y que lleva en manos del ayuntamiento desde hace ya diez años.
Edificio histórico
Toda la edificación en la que se va a intervenir se encuentra en el mismo casco del pueblo, dispone de una superficie construida de 1.837 metros cuadrados y se encuentra abandonada desde hace más de doce años, por lo que hay muchas zonas que están deterioradas y en estado de ruinas. Hasta finales del s. XIX el conjunto de viviendas eran casas de labradores y contaba con 18 habitaciones para alojar a los residentes de otro municipio.
En 1999 sus propietarios llevaron a cabo una obra de rehabilitación para darle uso de hotel y restaurante pero en 2012 el negocio no va bien, y los bancos expropian el inmueble a la familia Cabrera, situación que aprovecha el Ayuntamiento para adquirir el inmueble a Servi Habitat XXI por un millón de euros que se abonan entre 2012 y 2013. Y desde entonces se han intentado llevar a cabo mejoras. Primero se hizo una reforma del patio interior con una partida de 200.000 euros del Cabildo de Gran Canaria, y en 2018 el Gobierno aporta 15.000 euros de un convenio para la Reforma de Infraestructuras Turísticas. Ya en 2020 el Gobierno concede otro millón para el proyecto de construcción de la Casa de la Cultura y museo y fija un periodo de 18 meses para su ejecución.
Si bien el edificio está protegido en el catálogo municipal, sí que se permite su restauración y rehabilitación. El proyecto contempla que todo el nuevo conjunto arquitectónico esté formado por dos módulos complementarios que puedan funcionar de forma independiente. En el primer módulo estaría el hotel, que tendrá tres plantas y al que se puede acceder desde la planta baja o desde el patio. En la planta baja hay espacio para tres habitaciones con año y tres salas, y en la alta también se dispone de siete habitaciones y otra sala más.
En el segundo módulo se ubicará la Casa de la Cultura, que dispondrá de once salas para albergar exposiciones, actividades o talleres culturales. Se plantea que el público pueda hacer un recorrido por las once salas y después llegar a un restaurante. La obra se plantea en dos fases, y el presupuesto es de 2,3 millones de euros, de los que un millón lo aporta el Gobierno canario y el resto parece que está contemplado en las partidas municipales.
Tal y como recoge el proyecto el edificio se ejecutará sin barreras arquitectónicas en la medida de sus posibilidades, teniendo en cuenta que se trata de un edificio catalogado pero en el que la mayor parte de sus espacios se adaptarán a las necesidades específicas de personas con capacidades diferenciadas. Además, en la nueva edificación se han tenido en cuenta la incorporación de materiales que potencien el ahorro de energía y la sostenibilidad. A su vez se ha previsto espacio para el aparcamientos de bicicletas con el fin de potenciar el uso de medios de transporte sostenible.