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La excavación de la Sima de Jinámar será más complicada de lo esperado

Dos arqueólogos del Cabildo bajan al fondo del tubo volcánico para preparar la búsqueda de los represaliados del franquismo

Primer descenso a la Sima de Jinámar en busca de represaliados del franquismo

Primer descenso a la Sima de Jinámar en busca de represaliados del franquismo La Provincia

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Primer descenso a la Sima de Jinámar en busca de represaliados del franquismo Jesús Montesdeoca

El arqueólogo José Guillén emprendió a las 11.24 horas de este martes el descenso a la Sima de Jinámar en busca de restos de los represaliados del franquismo que fueron lanzados a ese tubo volcánico en los meses posteriores el golpe de estado de 1936. Minutos después bajó Xabier Velasco, el otro inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo encargado de una primera inspección del terreno para preparar las futuras excavaciones en la cueva, que tiene una profundidad de 80 metros. 

Tres bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria les acompañaron en esta primera bajada para velar por su seguridad, mientras que otros seis permanecieron atentos en la entrada por si surgía algún contratiempo. 

Esta exploración inicial duró unas cuatro horas y la primera impresión, según comentó Velasco al salir, es que los trabajos van a ser más complicados de lo que se esperaba. También sacaron un hueso de la zona de máxima acumulación de materiales para analizar en los próximos días si es humano o de algún animal.   

Por los restos ya recuperados a partir de la década de 1960, en descensos de grupos montañeros o de particulares interesados en investigar la Sima, se cree que en el fondo y en las grietas laterales se encuentran los cuerpos de los vecinos de Agaete, Gáldar, Arucas o Las Palmas de Gran Canaria que no fueron encontrados en las excavaciones de los pozos del Llano de las Brujas y Tenoya. 

No lejos de la boca de la Sima, sentada en unas toscas, Pino Sosa, con 85 años cumplidos y ya poca visión, lloró emocionada y agradeció a los dos arqueólogos y al presidente del Cabildo, Antonio Morales, esta tercera misión en busca de las víctimas del franquismo en la isla. 

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Primer descenso a la Sima de Jinámar en busca de represaliados del franquismo La Provincia

Tras cuarenta años de lucha contra la dictadura y otros tantos de presión sobre las instituciones democráticas a través de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas (AMHA), ella pudo recuperar en 2018 y enterrar un año después a su padre, el hojalatero José Sosa Déniz, uno de los quince cuerpos rescatados en el Pozo de Tenoya. Por ello, puso su ejemplo para rogar «encarecidamente» a los familiares de los desaparecidos que entreguen muestras de ADN para identificar los cuerpos que se están encontrando. 

«A esas personas hay que darles sepultura en los cementerios, no pueden seguir en esa oscuridad, hay que sacarlos del olvido», reclamó Pino Sosa, quien aseguró que esta búsqueda «ya es imparable» y arengó a los descendientes de las víctimas «a perder el miedo y a exigir sin rubor la reparación del daño que les hicieron».

Excavar en la Sima de Jinámar, según la presidenta de AMHA, «es el final de un largo viaje y un sueño cumplido», pues es el emblema de la represión franquista en Gran Canaria, y posiblemente, ha sido hasta ahora la tumba anónima de los 27 desaparecidos en la Vecindad de Enfrente, en el Valle de Agaete, un lugar también conocido como el barrio de las viudas

«Los familiares siempre nos han dicho que los tiraron aquí», recordó. También se piensa que en Jinámar puedan estar algunos de los 13 represaliados de Gáldar y los 66 de Arucas que no aparecieron en los dos pozos ya investigados, aunque aún que otros por abrir en la ciudad norteña.  

Primer descenso a la Sima de Jinámar en busca de represaliados del franquismo

Complicaciones

Las primeras noticias de los dos arqueólogos son esperanzadoras. «Es un espacio más complicado de trabajar de lo que inicialmente habíamos pensado, pero sí que es muy probable que la mayor parte de los restos humanos, aunque no hemos visto nada en superficie, se encuentre acumulado en el último derrubio antes de llegar al fondo», declaró Velasco al salir de la gruta.  

El arqueólogo detalló que se encontraron una concentración de restos de animales y de basura en el fondo de la Sima, por lo que piensan que debajo pueden estar los restos humanos. «Como durante décadas han seguido cayendo sedimentos y materiales en el  interior de la sima, es probable que estén a uno o dos metros por debajo del nivel actual y en la vertical de la caída desde la boca de la cueva», apuntó. Al tener «una idea aproximada» de donde están los cuerpos, tomaron como muestra un fragmento de hueso, aunque aún con dudas de que sea humano o de algún animal grande lanzado con posterioridad.  

Velasco anunció que a partir de ahora se abren varias líneas de trabajo. Una de ellas será la de la investigación en el exterior de la Sima, para ver cómo fueron arrojados al fondo y tratar de certificar si hay restos de casquillos o de munición, como se hizo en el pozo del LLano de las Brujas. En el interior, y de forma simultánea, se pretende realizar una primera aproximación arqueológica «antes de fin de año», lo que conlleva contratar los trabajos y montar un dispositivo para garantizar la seguridad.  

La tercera línea de trabajo es ofrecer información actualizada en estos lugares vinculados a la memoria histórica y mostrar los hallazgos y las circunstancias históricas. Antes de entrar en el tubo, Velasco resaltó que «además de la reparación y de hacer justicia, esta excavación tiene como objetivo dar contenido a una parte de nuestra historia que no está escrita, con el ánimo de evitar que se repitan las circunstancias que dieron lugar a este enclave de la memoria traumática».  

La cobertura técnica y de seguridad de los trabajos que se lleven a cabo en el interior de la sima las proporciona un equipo de bomberos encabezado por el cabo, Ismael Mejías, que ya tiene experiencias en operaciones similares en Perú, en el entorno de las ruinas de Machu Picchu. Los dos arqueólogos recibieron formación previa sobre desplazamientos con cuerda, aunque ya están acostumbrados a escalar y a patear los montes en su trabajo habitual, por lo que no hubo ningún problema dentro de la sima. «Han estado saltando como cabras ahí abajo, están en su medio», bromeó Mejías.

Día histórico para reparar los daños causados


El presidente del Cabildo, Antonio Morales, asistió a la entrada de los arqueólogos a la sima junto a los consejeros de Presidencia y Patrimonio, Teodoro Sosa, y de Seguridad y Emergencias, Pedro Justo Brito. En la boca de la cueva calificó este martes como «un día histórico y trascendental», al tiempo que recordó que el gobierno insular trabaja en este proyecto desde finales del año 2020. «Desde el Cabildo -puntualizó- entendemos que es un momento de compromiso y de romper con el silencio, y que deben hacerlo las instituciones democráticas, para reparar el daño causado; este olvido responde muchas veces a desidia, a cobardía, a revanchismos ideológicos, pero creemos que, de la mano de las asociaciones de memoria histórica, debemos ponernos al lado de las personas que sufrieron el daño causado por la Guerra Civil». Para reparar esa injusticia, pues «la verdad siempre se acaba imponiendo», señaló que el Pleno del Cabildo ha aprobado la creación de siete enclaves de la Isla especialmente significativos y referencias de la memoria de Gran Canaria. La Sima de Jinámar fue declarada en 1996 Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Sitio Histórico, y quedó amparada en la máxima figura de protección que contempla la legislación sectorial en materia de Patrimonio Histórico. La zona sirvió como lugar para el asesinato extrajudicial y ocultamiento de un número sin determinar de personas durante la represión que siguió al intento de golpe de estado y la sublevación militar del 18 de julio de 1936. | J. M. N.

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