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Los anfitriones del turismo (II)

Goretti Arencibia, todo gentileza

La subdirectora del hotel Maspalomas Resort By Dunas entró en la compañía hace 21 años un día después de rechazar una oferta para trabajar en una aerolínea

Goretti Arencibia Jiménez, subdirectora del Hotel Maspalomas Resort by Dunas, en las instalaciones del complejo. José Carlos Guerra

Goretti Arencibia Jiménez lleva 21 años, toda su vida profesional, vinculada al sector turístico en Gran Canaria, y salvo un año, siempre ha sido dentro del Grupo Dunas. Tras pasar por diferentes puestos y haber ido promocionando dentro de la empresa, ahora s subdirectora de un hotel al que tiene especial cariño y donde desempeña su labor de la mano de «un equipo que funciona». Se considera «de naturaleza servicial»

A Goretti Arencibia Jiménez no se le escapa ni un solo detalle de todo lo que ocurre en el hotel donde trabaja como subdirectora porque, aviso a navegantes, cada mañana en cuanto se incorpora a su puesto de trabajo lo primero que hace es una ronda por todas las instalaciones y los servicios del complejo. «Tengo la manía de hacer un recorrido por el hotel y realizar un pequeño reportaje fotográfico para luego corregir todo lo que no está en su sitio y ofrecer excelencia», relata. Se considera una mujer apasionada por el mundo de la hostelería, porque si no «este trabajo no se aguantaría», del trato directo con el cliente y se ve a sí misma de «naturaleza servicial». «Me gusta ver a nuestros turistas contentos, conocer gente de otros lugares, otras culturas, y que ellos conozcan la nuestra y ofrecerles el mejor servicio posible». Goretti es una de esas trabajadoras que cada día ofrece todo de sí para sacar adelante al principal sector de la economía canaria.

Goretti Arencibia Jiménez, subdirectora del Hotel Maspalomas Resort by Dunas, en las instalaciones del complejo. José Carlos Guerra

Tiene 48 años, nació en Las Palmas de Gran Canaria y desde muy joven tuvo claro que ella no quería heredar la profesión de sus padres, ambos dedicados al sector bancario, sino que prefería un empleo «con más movimiento». «Tenía claro que no me quería meter ocho horas al día en una oficina sentada delante de un ordenador, eso no me atraía para nada, a mi me gustaba el movimiento, algo más dinámico», confiesa.

Y justo en ese momento el Hotel Escuela Santa Brígida arrancó con la diplomatura de Dirección Hotelera y para allá que se fue de cabeza. «Nada más saberlo pensé que era un trabajo que me podría gustar», señala. Y no se ha equivocado porque lleva 21 años vinculada al sector turístico, prácticamente toda su vida laboral, salvo un año que ejerció como azafata de congresos.

Terminó sus estudios pero no se conformó y se matriculó en la diplomatura de Turismo en la ULPGC. «Trabajar en un hotel era una salida que veía cada vez más clara, sobre todo en una isla que vive del turismo», rememora desde su despacho en el hotel Maspalomas Resort by Dunas, «durante las prácticas me di cuenta de que estaba a gusto y esto me atraía».

Estudió dirección hotelera en el Hotel Escuela Santa Brígida y luego la diplomatura de Turismo en la ULPGC

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Además del castellano, habla inglés, alemán y un poco de francés, tres lenguas que sin duda bien le valen para comunicarse con la gran cantidad de turistas europeos que cada año pasan por el hotel que subdirige. Pero antes de llegar hasta aquí inició su vida profesional como azafata de congresos hasta que en 2001 recibe la llamada del Grupo Dunas para incorporarse a la compañía como ayudante de recepción. «Un día antes me llamaron de Iberia para entrar a trabajar, pero lo rechacé, yo quería trabajar en hoteles», señala.

Crecimiento profesional

Su carrera profesional en esta empresa la inició primero como ayudante de recepción en el hotel Dunas Mirador Maspalomas, donde estuvo unos años antes de trasladarse al Don Gregory y luego «dar saltos hasta Tenerife e incluso a hoteles que ahora mismo ya no son de la compañía». Casi podría decirse que Goretti consiguió todo ese «movimiento» que andaba buscando, y no solo entre hoteles, sino también de categoría, siempre para arriba. Porque después de unos años en la empresa alcanzó el puesto de jefa de recepción. Hace ocho años la compañía con la que lleva 21 años vinculada le confió la subdirección de otro complejo y luego la trasladó a donde ahora trabaja. Desde su puesto, su día a día es un ajetreo constante, pues tras la ronda inicial que hace cada mañana llega el turno de las reuniones con su director y con los jefes de todos los departamentos: pisos, maitre o recepción, entre otros, para coordinar el trabajo del día y planificar la semana. «Analizamos la ocupación del hotel y vemos si nos mantenemos o hay bajadas; depende de eso, vemos cómo vamos de personal en cada departamento y servicio o si hay que redistribuirlo. También preparamos acciones especiales y analizamos las tarifas medias que pagan los clientes», señala la subdirectora.

Instalaciones del hotel Maspalomas Resort by Dunas, donde Goretti Arencibia Jiménez trabaja como subdirectora. Grupo Dunas

La dirección y la subdirección coordinan una plantilla conformada por 112 trabajadores. «No es fácil, pero es muy llevadero si mi director y yo tenemos un equipo de jefes de departamentos que tiran del carro; si no los tienes todo se vuelve muy difícil, pero en este momento sí que tenemos un equipo que funciona», revela.

Goretti es una entusiasta de su profesión. «Me encanta conocer a mis clientes, pero sobre todo m encanta ver cómo se marchan del hotel con una sonrisa y vienen al despacho a agradecer la estancia que han tenido y decirnos que hemos cumplido con las vacaciones que buscaban; para mi eso es lo ideal», apunta.

Esa es la cara positiva de un trabajo, la hostelería, que no es tan sencillo. «Para dedicarse a este sector hay que tener una madera especial porque muchas veces se debe tener mucha mano izquierda con los clientes», cuenta, y recuerda que al iniciar su profesión recibió gritos de algunos clientes que aprendió a gestionar con los consejos de sus superiores y a base de la experiencia. «Poco a poco te vas haciendo un poco más fría, en el buen sentido de la expresión, porque si no no aguantas en esta profesión porque se trabaja con personas de todo tipo y condición».

Goretti Arencibia recuerda el cero en el turismo por culpa del estado de alarma como una etapa «horrible» al tenr que echar a los clientes

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Veintiún años en la empresa dan para tener numerosos recuerdos, algunos negativos, como cuando los Servicios Sociales tuvieron que acudir al hotel para rescatar a unos hermanos cuyos padres estaban bajo los efectos del alcohol o cuando se decretó el cero turístico por la pandemia y se tuvo que desalojar el hotel para que los turistas volviesen a sus países. «Aquello fue horrible, jamás pensé que viviría una situación así, fue un caos». Pero también positivos como una pedida de mano en la que involucró no solo toda la plantilla del hotel sino gran parte de los clientes que en ese momento estaban alojados. También guarda en su memoria anécdotas cuantos menos cómicas. «Recuerdo a un chico que estaba de prácticas en recepción que no dominaba mucho el francés y se dirigió al cliente diciéndole por la mañané, a mediodié y por la tardé; ese día a todos nos entró un ataque de risa, incluso al cliente», rememora con humor.

Si mira al pasado, Goretti está «satisfecha» con su trayectoria profesional, y si mira al futuro se ve en la misma compañía «aunque nunca se sabe las vueltas que da la vida», eso sí, tiene claro que le encantaría seguir creciendo profesionalmente y ocupar cargos de mayor responsabilidad. Al futuro, al sector le pide más sostenibilidad y digitalización. Y ni siquiera en vacaciones descansa porque, dice, siempre va echando un ojo en los hoteles donde se hospeda para coger ideas que luego propone para mejorar el suyo.

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