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Vega de Acusa y Agala ganan las medallas de oro de la Cata Insular de Vinos de Gran Canaria

Los caldos Aya de Valsequillo y Los Berrazales obtienen el premio en la categoría de plata

Presentación de los vinos ganadores en la XXVI Cata Insular en el Patio del Cabildo LP/DLP

Vega de Acusa, en la categoría de tinto joven, y Agala/Altitud 1318, en la de blancos secos o fermentados en barrica, han ganado las medallas de oro de la XXVI Cata Insular de Vinos de Gran Canaria, cuyo resultado se ha desvelado este miércoles en un acto en el que el presidente del Cabildo, Antonio Morales, sostuvo que los caldos de la isla tienen cada vez más proyección en el exterior y aseguró que su gobierno sigue apostando por el desarrollo de este cultivo por sus beneficios económicos y medioambientales. 

Por su parte, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegido (DOP), Pedro Suárez, resaltó la influencia de este concurso vitivinícola en la mejora de las bodegas de la isla en los últimos 25 años y auguró que la cosecha de este 2022 superará en cantidad y en calidad a la de años anteriores.    

El vino tinto ganador, Vega de Acusa, procede de viñas de Artenara, propiedad de Eduvigio González Ortega, y se ha criado y embotellado en las bodegas de Javier Ventura, en Santa Brígida. La medalla de oro en la categoría de blancos ha recaído en el ya reconocido Agala, de la bodega Bentayga de Tejeda, de la familia Armas. Ambos obtienen un premio en metálico de 1.000 euros y, al igual que los demás galardonados, representaran a los vinos grancanarios en las ferias gastronómicas y turísticas en las que participe el Cabildo.

Las medallas de plata de esta vigesimosexta edición de la Cata Insular, que se celebró el pasado 16 de junio, son para Aya en la variedad de tinto joven, un vino de Valsequillo presentado por Isaac Florido. En la categoría de blancos se lleva ese galardón Los Berrazales de Agaete, de la finca de Inocencio Lugo García. Estos premios se compensan con 500 euros.

La medalla de bronce del tinto joven es para Las Tirajanas Barrica, de la SAT Tirajanas, y la de blancos para Rincón del Guiniguada, de Santa Brígida, del viticultor Domingo Déniz Santana. Recibirán 300 euros en metálico.

Además de las medallas, se ha otorgado una mención especial en la categoría de semiseco, semidulce, dulce y licorosos, que ha recaído en Señorío de Agüimes, de la Sociedad de Turismo Rural de ese municipio, y un reconocimiento a la mejor imagen y presentación, que ha ganado el vino Lava, de Santa Brígida, presentado al concurso por Mari Carmen Martín Monzón. Ambos conllevan un premio de 1.000 euros. 

El presidente del Cabildo recordó que a la Cata Insular de este año se presentaron 34 vinos de las vendimias de los 2020 y 2021, en representación de 15 bodegas. «Concursos oficiales como este, y así lo avalan sus 26 ediciones, permiten a los propios productores comprobar las mejoras técnicas y de calidad que implementan al fruto del esfuerzo de todos los hombres y mujeres que trabajan en la vitivinicultura», recalcó. 

Morales subrayó que el gobierno insular «apuesta por fomentar y consolidar el desarrollo de la viticultura insular, dado que es consciente de la importancia vital que tienen las explotaciones vitivinícolas, no solo como generadores de empleo y riqueza, y de fijación de la población al territorio, sino como verdaderos cortafuegos en los incendios forestales y agentes que frenan la desertificación y la degradación del suelo de la Isla».

El objetivo, apuntó, es «mejorar la productividad y consolidar el aumento de la superficie cultivada, para que, de forma inexorable, la actividad vitivinícola se convierta en un motor económico y social del sector primario insular», lo que ya se constata en los galardones en los concursos regionales y nacionales en los que han participado los vinos de la Isla».

La superficie de viñedos ha aumentado en 15 hectáreas en el último año, frente al retroceso en el resto de las islas. Los nuevos terrenos cultivados de vides se encuentran en Artenara, San Mateo, Tejeda, el Monte Lestiscal y San Bartolomé de Tirajana, explicó Miguel Hidalgo, consejero de Sector Primario y Soberanía Alimentaria e impulsor del Programa Insular de Fomento de la Vitivinicultura de Gran Canaria, con el que se persigue «recuperar una actividad ligada al sector primario agrícola; diversificar y complementar la oferta, aportando un valor añadido al paisaje de la Isla; hacer visible el producto local y su creciente calidad, y proteger el medio agrícola y forestal de incendios, dado que, al aumentar la producción vitícola, se incrementa la cantidad de hectáreas cultivadas que hacen de cortafuegos».

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