El pregón marcó el pistoletazo de salida a unas fiestas muy ansiadas por todos los vecinos del pueblo de Fontanales. Pequeños y mayores tenían marcado en rojo en el calendario unas fechas especiales en las que buscan volver a reír, disfrutar y compartir en las calles para llenar el pueblo de vida y olvidar el pasado. El pregón contó con la presencia del alcalde de la Villa de Moya, Raúl Afonso, y con el Consejero de Soberanía Alimentaria del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, el párroco, Roberto Rivero, la Asociación de Vecinos de San Bartolomé, presidida por Ángel Rivero y la corporación, además de unos vecinos que llenaron la plaza del pueblo. 

Fontanales es un pueblo con tradición quesera y es por ello, que haciendo un guiño a la historia y a los reconocimientos internacionales cosechados por muchas de ellas, ocho de las queserías que se mantienen en activo, han dado un pregón muy emotivo. Las queserías homenajeadas fueron: Francisco Díaz González, en representación de 'El Cortijo de las Hoyas', Francisca Moreno Mendoza de 'Los Altos de Moya', Gloria Quintana Arencibia de 'La Solana del Tablero', Eli Ramos Quintana de 'Los Castañeros', María del Carmen Montesdeoca Pérez de 'Camino de los Inciensos', Yolanda Arencibia de 'El Caidero', María del Carmen Pérez Castellano de 'Madre Vieja' y Olga Lantigua Arencibia de 'Aguas de Fontanales'.

Las ocho queserías decidieron que Carmen Montesdeoca, María del Carmen Montesdeoca Pérez e Isabel García, hija de Gloria Quintana, fueran las encargadas de tomar la palabra para agradecer a los vecinos su elección y realizar un recorrido por todas y cada una de ellas, desde Moya hasta Fontanales. 

El pregón comenzó con un recuerdo a las últimas fiestas, a los que ya no están y un agradecimiento a los vecinos de Moya, por su apoyo durante el gran incendio que paralizó a todo el pueblo. Fontanales y su tradición quesera van de la mano desde sus primeros habitantes, aquellos pastores que cuidaban de las cabras, vacas y ovejas, esas brindan la materia prima del producto que los ha llevado al reconocimiento internacional.

Un pueblo cuya vida se desarrolla en una "rutina de trabajo que es similar, constante y dura, prolongada durante los 365 días del año sin importar las inclemencias climáticas. La rutina solo cambia los días de las fiestas, concretamente el 24 de agosto, cuando acudimos a darle las gracias a San Bartolomé". Es así como esperan con una inmensa alegría volver a reencontrarse en las calles del pueblo y volver a disfrutar.

Posteriormente, emitieron un vídeo homenaje a todas y cada una de ellas. Las queserías recibieron un obsequio del presidente de la Asociación de Vecinos de San Bartolomé, Ángel Rivero, y del alcalde de la Villa de Moya, Raúl Afonso, como recuerdo a un día inolvidable. El acto concluyó con la actuación de la parranda de Vitolo, que amenizó una velada cargada de emotividad.