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Un grupo de mujeres aprende a montar en bicicleta en ArucasJavier Bolaños

Un grupo de mujeres aprende a montar en bicicleta en ArucasJavier Bolaños

Arucas

Bicicletas solo para mujeres para subir la cuesta de la autoestima

Un proyecto municipal de Arucas para el empoderamiento femenino ayuda a cumplir el sueño de infancia de aprender a dar pedales

Cumplir un sueño de pequeña que solo estaba al alcance de los niños, alcanzar una mayor autoestima, compartir experiencias en grupo que se trasladen luego a la vida cotidiana, hacer deporte, y hasta moverse de otra forma más saludable por la ciudad y ganar en independencia. El Ayuntamiento de Arucas ha puesto en marcha el proyecto Empedales, la primera experiencia para que las mujeres de todas las edades aprendan a montar en bicicleta, al mismo tiempo que refuerzas su capacidad para mejorar la autoestima y empoderarse en unas situaciones personales que, en algunos de los casos, les están siendo adversas.

Montar en bici puede parece una experiencia rutinaria. Pero para muchas mujeres se convirtió en un regalo que nunca pudieron ver cumplido. Ahora esas mujeres, que en algunos de los casos están próximas a la jubilación, han podido verlo cumplido. Y la cara de satisfacción de todas ellas es comparable al día de Reyes para un niño.

La iniciativa promovida por los concejales de Igualdad, Beatriz Herrera, y Deportes, José María González, ha sido financiada por el Consejo Superior de Deportes, como un método para fomentar la actividad. Y es un proyecto único en Gran Canaria, que ha sido desarrollado por Mejorenbici. Esta empresa trabaja en Las Palmas de Canarias desde hace años en programas para enseñar a manejarse sobre las dos ruedas pero, en este caso, la propuesta tiene la particularidad de que va dirigido exclusivamente a mujeres, y está asociado a un trabajo paralelo para conseguir su liberación de un estado de opresión o dependencia, adquiriendo la capacidad de utilizar sus propios derechos en plenitud. O, lo que es lo mismo, empoderarse. De ahí que, aunque está abierto a toda la población femenina de Arucas, algunos de los participantes provengan de programas sociales.

El primer paso es caminar con la bicicleta, antes de levantar el segundo pie y coger el equilibrio para avanzar

El proyecto se está desarrollando con dos grupos, con un total de 20 mujeres. E incluye una primera tarea teórica de unas cuatro horas, para pasar luego a la práctica, que se ha venido celebrando durante esta pasada semana en la cancha del barrio de Cardones, al que se le ha dedicado el doble de tiempo. El primero de los grupos acaba de cumplir su ciclo, y hoy lunes se pone en marcha el segundo.

Caminar con la bicicleta

La primera tarea en el aprendizaje es caminar con la bicicleta. «Se da a veces por hecho que se sabe, pero es el primer paso», señala el monitor Yeray Bombín. Y luego el momento principal es subirse a la bicicleta y dar los primeros pedaleos, para que coja la suficiente inercia y mantener el equilibrio. Ese es, según el educador, una de las complicaciones para todos, aunque en la mujer aprecia una mayor agilidad y mayor capacidad de adaptación. «Hay que tener en cuenta que se trata de actuar ante las distintas órdenes que la mente recibe».

El concejal José María González compara ese momento con una prueba deportiva de orientación, en la que hay que correr, leer las instrucciones y tomar decisiones inmediatas al mismo tiempo.

Y eso, a su vez, requiere también autoestima. Sobre todo, cuando se han registrado las primeras caídas, que pueden echar para atrás a los principiantes por miedo a sufrir nuevos golpes.

Tampoco falta el aprendizaje de frenar, antes de emprender los pequeños recorridos sorteando conos.

«La mayoría empezó de cero, pero aprenden tan rápido que parece que me engañaban», según Yeray Bombín

«Casi todas han empezado de cero, pero es que han aprendido tan rápido que parecía que me estaban engañando. Es que ponen un interés que no había visto antes». Yeray Bombín, que junto con Yurena González y la educadora social Verónica Hernández han planificado este programa, destaca en el primer curso el esfuerzo y motivación que han demostrado las participantes, que les haya permitido poner en práctica en un tiempo récord estas habilidades.

Mujeres de entre 45 y 64 años

El grupo ronda entre los 45 y 64 años, aunque hay también alguna adolescente que se unió junto a su madre en esta experiencia.

Pero, sobre todo, en lo que coinciden todas es en que fue un deseo que no pudieron cumplir. Sobre todo, por el periodo en el que les tocó vivir, que hacía que en muchos casos no estuviera bien visto, y en otros porque la situación económica lo impedía. Y otras nunca se atrevieron a lo que denominan como «dar el segundo paso», esto es, el momento de el coger velocidad y equilibrio.

Yeray Bombín reconoce que el problema de las últimas generaciones de jóvenes es que existe un menor uso de la bicicleta, que achaca a la mayor protección de los padres y a que estamos en una etapa en la que los niños pasan más tiempo con los aparatos electrónicos y predomina el sedentarismo.

Igualdad y Deportes se unen para fomentar la actividad física sin límite de edad y apoyar el crecimiento personal

Los concejales de Arucas resaltan que también se ha querido trabajar en este programa con mujeres que se encuentran en proyectos sociales municipales de Igualdad, por lo que supone para promover su empoderamiento.

«Con constancia se puede aprender». Esta es un de los retos de este programa, que ha hecho realidad algunos deseos incumplidos de las mujeres.

También hay casos en los que las mujeres no han tenido la ocasión de aprender, porque les ha faltado la persona que les adentraran en esta práctica, al igual de que hay ejemplos de quienes no disponía de este velocípedo.

Confianza en poco tiempo

Las participantes han logrado en muy poco tiempo afianzarse sobre las dos ruedas, abriéndoseles la oportunidad de fomentar la movilidad en bicicleta, lo que reduce también el uso del vehículo particular. Pero, sobre todo, abre una nueva vía para la interrelación social y la mejora de la autoestima. De ahí que se haya trabajando también esta faceta.

Al mismo tiempo, las mujeres reconocen el esfuerzo deportivo que requiere, que les hizo llegar el primer día agotadas y con agujetas en sus cuerpos a sus casas, que no les amilanó para continuar. Pero eso es salud física, y mental para ellas.

Es una forma de hacer grupo y se eleva el compañerismo. Y de superar el miedo, la vergüenza, en definitiva, una forma de mejorar la confianza y la transformación social, como reconoce Beatriz Herrera, ya que también se consigue que muchas ‘arrastren’ a otras vecinas o amigas. «Tengo ganas, pero...». Y eso se supera dando el paso, en muchas ocasiones, en grupo. En definitiva, valora que se trata de una forma de ayuda personal.

Más carriles bici

Este trabajo con mujeres coincide con un periodo en el que se fomenta el uso de la bicicleta como sustituto del transporte privado, y se abren carriles específicos para llevarlo a la práctica. Y en Arucas se encuentra con algún ejemplo, que esperan se vaya expandiendo con el nuevo trazado desde el Mesón Canario hasta el pasaje Venezuela, cuyas obras vuelven a reactivarse tras meses paralizadas.

Ante todo, Empedales persigue, según los promotores, superar todas esas barreras que han sufrido las mujeres, y aquellas otras se han impuesto por distintas razones personales, sociales y económicas. De ahí que la satisfacción de algunas de ellas les lleve a manifestar que les da igual si alguien pasa y las ve con las dudas propias de su aprendizaje.

Como el marido de una de ellas respondió a otra persona, se aprende a montar en bicicleta, como otras personas van a cursos para aprender a bailar. El todo es aprender, sin límite de edad y sexo, y sin tener miedo a las barreras. 

Proyecto Empedales en ArucasAndrés Cruz

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Las historias de tres mujeres que se estrenan como ciclistas


Rosa Rodríguez (64 años): «Cuando era pequeña era solo para los niños ricos»

«La actitud es lo importante, y ¿por qué no lo iba a intentar?». Rosa Rodríguez recuerda que siendo pequeña era poco habitual ver a las niñas con una bicicleta. «Con ocho o nueve años solo veías a los niños ricos que venían al campo con su bicicleta, y te la podía prestar». Pero también tuvo de niña algún contratiempo. «Me escaché la cara y la cabeza con el picón por una caída», recuerda ahora. La deportista recalca que no practicarlo es solo un impedimento mental, y por eso hay que ponerle empeño.

En este sentido, esta mujer de 64 años, la más veterana de todas, cuenta como anécdota que le comentó a una conocida que iba a aprender a montar en bicicleta, y la respuesta que recibió es: «a estas alturas, que te caes y te compes un hueso». Pero ello no se echó para atrás. Y menos cuando recibió el apoyo de su hijo de 45 años.

Reconoce que lo que más cuesta mentalmente es el miedo a caerse. Pero, ella lo tiene claro, «lo recomendaría, y yo he tenido la oportunidad y la he aprovechado». Y, sobre todo, asegura que no tiene ninguna vergüenza por si pasa alguien y la ven cuando están practicando.


Antonia Navarro (56 años): «Fue un regal de Reyes, pero no encontré ‘ruedines'»

«Ha sido mi sueño de toda la vida, porque nunca había podido montar en bici». Antonia Navarro señala que era tal su interés por esta actividad, que recibió el pasado día de Reyes una bicicleta. Pero, claro, carecía de la pericia para mantener la estabilidad, y durante meses estuvo buscando unos ‘ruedines’ como las de los niños para seguir la línea recta. Y nunca los encontró. Por eso cuando se enteró de este curso, su alegría fue inmensa «Vengo de una familia humilde y, claro, no había bicicletas entonces. Solo el más pequeño de mis hermanos tuvo una, cuando ya era adolescente».

También narra como anécdota que su marido le comentó a sus amigos que iba a comenzar esta actividad. «Y le preguntaron si para aprender a montar en bici había que ir a un curso», a lo que él salió en su defensa y respondió que «si para aprender a bailar hay cursos, por qué no va a haberlo para esto». Esto le dio muchos ánimos. Además, en su caso podrá ir a partir de ahora a su trabajo en este medio de transporte, usando para ello la llamada ‘avenida del colesterol’ de Arucas. Señala que lo difícil es la estabilidad y «poner el segundo pie», pero ya ha cogido en pocas horas la soltura para echarse sola a la calle, y ella está «encantada» de esta nueva aventura.


Alicia Machín (61 años): «Mi abuela me decía que era como desvirgarme»

«No sabía montar. Eso en mi época era una cosa de hombres. Y mi abuela me decía que era como desvirgarme». Alicia Machín nunca pensó a sus 61 años que iba a poder aprender a montar en bicicleta, aunque este proyecto del Ayuntamiento de Arucas le ha dado una oportunidad. «Desde los 12 años ya era una niña ama de casa, y tenía que hacer de comer porque mi madre estuvo 40 años enferma. Estoy feliz, era un gran reto».

En su caso está en este programa con su hija adolescente, que también está dando pedaladas. Y se lo ha planteado como un reto personal, ya que trata también de superar con este tipo de retos situaciones personales dolorosas.

Alicia Machín se sacó con 40 años el carné de conducir, pero cuando intentó hacer lo mismo con el de motos, le dijeron que cómo lo iba a hacer si antes no aprendía a montar en bici. «Era una espinita que tenía. Pero se puede y, si no hoy, será mañana». Y con su rostro de felicidad sigue a toda velocidad montada en bici sin perder un minuto, cogiendo un mayor adiestramiento y pericia, sorteando sin temor los conos y a las restantes aprendices de ciclistas.  

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