Ingenio

Seis reivindicaciones en El Burrero

Vecinos del barrio critican el «abandono» y se quejan del deterioro de las áreas públicas | El Consistorio recuerda que ha invertido 2,3 millones en cuatro años

Mejores entradas al mar desde diferentes puntos de la avenida marítima, una obra de un paseo en la vertiente sur del litoral que se ha prolongado de nueve a 21 meses y no se termina, deterioro del mobiliario urbano que se encuentra en el muelle, desperfectos en el proyecto del mirador de la montaña de Vista Alegre, falta de drenaje en la avenida de la playa y ausencia de mantenimiento en un edificio de uso público. Los vecinos de El Burrero, en Ingenio, acusan al Ayuntamiento de sumir en el «abandono» a este núcleo costero. «El Ayuntamiento vive de espaldas a la playa», señaló este martes Carmelo Santana, presidente del Club Náutico de El Burrero y portavoz de vecinal. La alcaldesa de la localidad, Ana Hernández, por su parte, rechaza que el Consistorio haya dejado al barrio a su suerte y recordó que en cuatro años El Burrero ha recibido inversiones por importe de 2,3 millones de euros. 

El mobiliario urbano del dique presenta desperfectos tanto en el hormigón como en las tarimas de madera; el Ayuntamiento va a sustituirlos.

El mobiliario urbano del dique presenta desperfectos tanto en el hormigón como en las tarimas de madera; el Ayuntamiento va a sustituirlos. / Juan Castro

Los vecinos de concentraron de forma pacífica el pasado sábado en la propia avenida de la playa para mostrar su descontento con la gestión municipal en el barrio y denunciar el abandono al que, consideran, el Consistorio mantiene al pueblo y las infraestructuras públicas.

En una ruta por el litoral de este barrio costero el portavoz de los vecinos enumera hasta seis reivindicaciones de mejora para el entorno. La primera de ellas es la reposición del mobiliario urbano que se encuentra en el muelle, pues la acción del mar ha provocado desperfectos en las estructuras de hormigón y que los bancos de madera ya estén dañados.

Desde este dique hacia el sur, Santana y sus vecinos reclaman también la habilitación de accesos al mar, pues la presencia de rocas en la zona imposibilita la entrada al agua desde uno y otro lado del muelle. «Solo hay barreras y tenemos que meternos en el agua como podemos, y quienes podemos, porque para las personas mayores es imposible», señala.

La alcaldesa, Ana Hernández, niega el abandono de la playa que denuncian los residentes

Por la vertiente norte del espigón, consideran los vecinos, también hay dificultades para acceder al agua porque la altura de los montículos de piedras imposibilita el tránsito desde la escalera de la avenida hasta la orilla de la playa. «En 1994 se rellenó la playa con arena pero los agentes geológicos como el viento y el mar se la llevaron y al cabo de los años a las administraciones se le ocurrió la genial idea de poner aquí un relleno con piedras de obras que además de tener una altura considerable tienen trozos de hierro, maderas u hormigón», añadió ayer el portavoz de los vecinos.

Retraso

Los residentes critican también el retraso en la obra del paseo marítimo que se está habilitando entre El Burrero y la desembocadura del barranco de Guayadeque, además de mostrar su descontento con estos trabajos pues, entienden, son innecesarios y afectan a la práctica de kitesurf. «Tenía un plazo de nueve meses y ya va por 21, está a medias y encima hay una parte que ya se está deteriorando», señala Santana, quien consideró que esta se trata de «una obra política y nada social». Además lamentó que se vallase la zona y se impidiese el paso de los vecinos a un terreno de tierra que éstos utilizaban como aparcamiento.

Entre las reivindicaciones vecinales, este residente en El Burrero destaca también, a su juicio, la falta de drenaje en la avenida marítima, lo que provoca la presencia de numerosos charcos en época de lluvias, así como la falta de mantenimiento de un edificio compartido entre espacios municipales y la sede social del Club Náutico. Allí, explica Santana, existe un deslizamiento de la cornisa y se están desprendiendo los azulejos.

La obra del paseo marítimo de la zona sur impide la práctica de kitesurf por haberse prohibido durante los trabajos.

La obra del paseo marítimo de la zona sur impide la práctica de kitesurf por haberse prohibido durante los trabajos. / Juan Castro

Por último, los vecinos lamentan también la situación en que se encuentran las instalaciones del paseo y mirador de la montaña de Vista Alegre, que abrió al público hace año y medio y ya hay varias tablas del suelo rotas, así como una parte del cableado de la barandilla, y los pivotes que delimitan el espacio tirados.

El Ayuntamiento, por su parte, cree que las acusaciones de abandono son «injustificadas» porque, recordó la alcaldesa Ana Hernández, el Consistorio ha invertido allí más de 2,3 millones de euros en varios proyectos en este mandato: 175.000 euros en un parque infantil, 270.000 euros en la remodelación de una marquesina, 250.000 euros en nuevas luminarias, se ha instalado la fibra óptica, se ha hecho un puente y atajado los problemas en la red de abastecimiento de aguas, entre otros.

Actos vandálicos

Hernández reconoce que la zona del mirador registra desperfectos por constantes actos vandálicos y porque cuando se desarrolló el proyecto no se tuvo en cuenta el viento persistente en la zona, lo que ha provocado que los pivotes de madera acaben en el suelo por falta de cimentación, pero sostuvo que ya se trabaja en la mejora de ese proyecto.

Sobre el mobiliario urbano del dique, la regidora anunció que el Ayuntamiento ya cuenta con el material para reponerlo y se hará en las próximas semanas y explicó que la demora en la obra del paseo marítimo es consecuencia del retraso en la llegada de los materiales como consecuencia de los problemas logísticos derivados de la guerra en Ucrania. En este punto explicó que el terreno vallado es de propiedad privada. 

Sobre los accesos al mar, Hernández detalló que se está trabajando en la ordenanza de playas para consensuar con los ciudadanos los distintos usos y espacios de la playa, para habilitar nuevos accesos y delimitar las distintas áreas, como la de kitesurf, que se habilitará junto a la desembocadura del barranco de Guayadeque. En relación a la limpieza en la playa, la alcaldesa negó que hubiera suciedad y resaltó la labor de los colectivos medioambientales en la retirada de residuos. «Tenemos bandera azul desde 2018 y eso es garantía de que la playa está en condiciones», añadió.

Hernández cree que estas reivindicaciones llegan después de que los usuarios de la zona de kitesurf lleven dos años sin poder practicar este deporte porque se prohibió durante la obra del paseo marítimo.

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