Lluvia para más calor en Gran Canaria

Lluvias. Retenciones. Obras. La vuelta al cole. Con el avance de septiembre se nota la vuelta a la rutina tras el regreso de muchos de las vacaciones de verano y con ello en la mañana de este miércoles, 13 de septiembre, se ha formado colas de coches para entrar y salir de Las Palmas de Gran Canaria en plena hora punta con la incorporación de la población a la jornada laboral y de los más pequeños a los colegios, que comenzaron esta semana.

Debido a la cola de coches se ha cerrado los túneles de La Laja debido a la alta concentración de vehículos.

También ha destacado la caída de agua a primeras horas de la mañana en distintos puntos de Gran Canaria. Tal y como pronosticó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), esta semana la tónica meteorológica en Canarias vendrá marcada por cielos nubosos y caída de chubascos ocasionales 

Para este miércoles se espera que en Gran Canaria haya intervalos nubosos en el norte con probabilidad de precipitaciones en general débiles durante la madrugada y al final del día. En el resto, cielos poco nubosos durante la mañana, con formación de nubosidad de evolución en zonas de interior orientadas al sur durante las horas centrales con probabilidad de precipitaciones débiles en medianías orientadas al sur. En la segunda mitad del día, abundante nubosidad de tipo alto. Temperaturas con pocos cambios, con algún ligero descenso en medianías del sur. Viento moderado del nordeste, con algún intervalo de fuerte en el extremo noroeste y en la vertiente sureste.

Canarias vive una semana con la lluvia como protagonista

Mientras que el jueves, 14 de septiembre, los cielos estarán más nubosos en el norte a primeras y últimas horas de la jornada. Todo ello acompañado de más precipitaciones ocasionales. 

Todo ello para un ascenso de las temperaturas, principalmente el fin de semana, donde la jornada dominical, en una primera predicción, la AEMET vaticina que será el día de la semana que más precipitaciones caigan. 

El calor encoge al cerebro

En su estudio, Stibel analizó cómo cambió el tamaño del cerebro de 298 especímenes de Homo en los últimos 50.000 años, en relación con los registros naturales de temperatura, humedad y precipitaciones globales. Las conclusiones muestran que cuando el clima se volvió más cálido, el tamaño promedio del cerebro se hizo significativamente más pequeño que cuando las temperaturas eran más bajas.

Según el investigador, “comprender cómo ha cambiado el cerebro con el tiempo en los homínidos es fundamental, pero hasta el momento se ha trabajado muy poco sobre este tema. Sabemos que el cerebro ha crecido entre especies en los últimos millones de años, pero conocemos muy poco sobre otras tendencias macroevolutivas", dijo Stibel en un artículo publicado en el sitio PsyPost.

El científico obtuvo datos sobre el tamaño del cráneo de diez fuentes independientes publicadas, para un total de 373 mediciones de 298 huesos humanos, que abarcan 50.000 años. Incluyó estimaciones del tamaño del cuerpo que se ajustaron por región geográfica y género, para estimar el tamaño del cerebro. De acuerdo a una publicación de Science Alert, los fósiles se agruparon en función del período temporal en el cual habían vivido. Stibel realizó su investigación utilizando cuatro intervalos de edad fósil: 100 años, 5.000 años, 10.000 años y 15.000 años. 

Profundos cambios climáticos en el pasado

Posteriormente, comparó el tamaño del cerebro con diferentes registros climáticos. En los últimos 50.000 años, se ha producido el Último Máximo Glacial, que provocó que las temperaturas medias fueran constantemente más frías hasta el final del Pleistoceno tardío. Luego, el Holoceno vio aumentar las temperaturas promedio, llevándonos hasta el día de hoy. En concreto, Stibel concluyó que el tamaño del cerebro humano fue significativamente mayor durante el desarrollo de temperaturas medias más frías, en comparación con temperaturas más cálidas en períodos de 100 años y 10.000 años.

"Considerando las tendencias recientes en torno al calentamiento global, es fundamental comprender el impacto del cambio climático, si existe, en el tamaño del cerebro humano y, en última instancia, en el comportamiento humano", destacó el científico en su estudio. Los resultados obtenidos por Stibel y la realidad de la Tierra nos obligan a estar especialmente alertas.