CC se escribe con ‘m’

En las pasadas elecciones del 28 de mayo, tan solo en cuatro comunidades autónomas se constató la paridad en las listas electorales. Canarias fue una de ellas. El número de candidatas mujeres fue del 51%, mientras que el de hombres alcanzó el 49%.

Para Coalición Canaria en Gran Canaria, esta normalización va en aumento, de forma natural, según aseguran. En los últimos años, la organización ha venido trabajando en una reorganización y renovación de sus órganos, apostando por nuevos liderazgos y nuevos talentos profesionales, con ideas y visiones ajustadas a la realidad de una sociedad grancanaria en constante evolución, explican desde el grupo nacionalista.

La diputada Vidina Espino; la consejera insular Vidina Cabrera; la directora general de Transportes del Gobierno de Canarias, María Fernández; la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Beatriz Calzada; y la directora de Servicios Sociales e Inmigración, Elisabet Santana, son ejemplos de la nueva ola de mujeres que ocupan en estos momentos cargos de responsabilidad en la política en Canarias dentro de las filas nacionalistas.

María Fernández, coordinadora general de Coalición Canaria Gran Canaria, destaca que actualmente el porcentaje de mujeres en la organización es mayoritario, siendo una de las formaciones que más representación femenina tiene en las administraciones locales.

«Somos fruto de la regeneración del partido, por la que el secretario insular actual, Pablo Rodríguez, ha apostado desde hace años. En esa búsqueda de nuevos profesionales se topó con mujeres muy preparadas, que provenían de sectores profesionales diversos, con nuevas ideas y visiones que podían enriquecer y hacer crecer nuestro proyecto de isla», apunta la dirigente de Coalición.

En este sentido, Beatriz Calzada, que se ha convertido en la primera presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en más de cien años de historia de la institución, reconoce que aún guarda en su retina los difíciles comienzos de su carrera política. «Ahora estamos normalizando algo que siempre tuvo que ser normal. Nosotras estamos aquí hoy porque un día algunas decidimos no rendirnos y abrir camino», lamenta.

Al mismo tiempo, Calzada recuerda que hace tres décadas las mujeres que querían seguir ascendiendo y desarrollando su carrera política, «debíamos esperar a que la única líder se retirase para que otra pudiera ocupar su puesto. No se concebía que pudiéramos hacer equipo. Daba igual lo que te prepararas, había un muro infranqueable».

La difícil conciliación

Para Vidina Cabrera, que debutó en las listas de la formación nacionalista en la pasada legislatura y actualmente es consejera de Coalición Canaria en la administración insular grancanaria, los partidos políticos deben hacer una apuesta decidida por el relevo generacional, porque solo de esta forma los dirigentes pueden tener una visión más cercana a la realidad ciudadana, «para detectar necesidades y desarrollar políticas que verdaderamente aporten soluciones y mejoren la vida de las personas».

La formación grancanaria destacaba hace unos meses, durante un desayuno informativo con medios de comunicación, el proceso de renovación en el que está inmerso la organización insular, apostando por la incorporación de perfiles profesionales «que permitan contar con un nacionalismo abierto y vivo, de progreso, y que sea garante de una política que vela por los intereses de todos los grancanarios, adaptado a la realidad y necesidades actuales».

La organización nacionalista ha manifestado su intención por apostar por una mayor integración de las organizaciones locales aliadas, con el objetivo de reforzar su presencia en los 21 municipios grancanarios, para sumar esfuerzos y reforzar su proyecto dentro de la isla.

Casualmente, también estas organizaciones aliadas cuentan con mujeres líderes, como es el caso de Juntos por Mogán, con la alcaldesa Onalia Bueno al frente; la Asociación de Vecinos San Mateo (Avesan), con Davinia Falcón, y La Fortaleza de Santa Lucía, con Ana Mayor.

La celebración del 8 de marzo es un buen momento para que ellas sigan reivindicando nuevos pasos en esferas en las que las mujeres tienen más dificultades para alcanzar los puestos que les corresponde en los distintos ámbitos.

El 51% de los integrantes de las listas electorales eran mujer, pero sobre todo ese peso se ha trasladado luego a la designación de altos cargos, una vez han alcanzado puestos de representación en la política insular.

Y, aunque la representación de la mujer en la política es cada vez mayor, ellas aún deben navegar también entre las aguas que separan la vida profesional y la personal, según su relato.

Precisamente, las dirigentes políticas creen que este es uno de los principales desafíos de las Administraciones, «que tienen que acompañar a la mujer en esa conciliación, proveyendo de instrumentos suficientes para que dentro de los núcleos familiares haya recursos para que no tengamos que elegir entre progresar profesionalmente o quedarnos en casa cuidando de nuestros hijos o padres», apunta Vidina Espino, diputada de Coalición Canaria en el Parlamento de Canarias, tras su paso por el mundo de la comunicación.

Este es un tema que conoce muy de cerca, y con el que lidia actualmente su departamento, Elisabet Santana, la actual directora general de Servicios Sociales e Inmigración del Gobierno de Canarias. «Estamos reorientando nuestras políticas para afrontar el reto demográfico y poner en marcha acciones que retrasen, todo lo posible, la dependencia de nuestros mayores, y también la de nuestros hijos, y que la mujer no se vea atada y pueda desarrollarse profesionalmente», señala.

La llave

«Sin duda, nuestro reto también debe pasar por conciliar a los hombres y a las mujeres, para que ambos convivan en un ecosistema de iguales, donde se puedan desarrollar al mismo nivel, y donde podamos también luchar por la igualdad de derechos sin llegar al ataque, apostilla Esther Monzón, consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias por CC.

Han sido muchas las anécdotas y vicisitudes por las que han tenido que pasar a lo largo de sus trayectorias profesionales, abriéndose paso, en muchos casos, en sectores muy masculinizados. Pero todas coinciden en un mismo punto: la política tiene la llave para seguir avanzando en derechos y oportunidades, y en normalizar «eso que siempre tuvo que ser normal». Ellas, desde dentro, lo están consiguiendo.