En noviembre de 2004 comenzaba en un solar del barrio de San Francisco Javier en Arrecife la construcción de lo que tendría que ser la primera guardería municipal de la capital lanzaroteña. Seis años después, el edificio, que lleva terminado casi tres años, sigue sin poder abrirse. CC, PSOE, PIL y ahora el PP han intentado, sin éxito, poner en marcha una infraestructura en la que se ha invertido ya más de un millón de euros.

Un proyecto que tuvo que modificarse nada más terminar de construirse en el 2007 para adaptarse a la nueva normativa que exigía la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias.

Tres años después, deberá volver a corregirse para adaptarse a los nuevos parámetros que exige la Consejería de Educación del Gobierno canario, de quien depende ahora las escuelas infantiles.

Por el camino se han perdido también varias subvenciones concedidas por el Gobierno canario al no tramitarse correctamente. De hecho, una partida de 56.000 euros destinada al mobiliario tuvo que devolverse por no poder utilizarse.

La escuela infantil de Arrecife, que acogerá a 96 niños desde los seis meses a los tres años, tiene una superficie de 847 metros cuadrados y está situada en una parcela de 1.800 metros cercana a San Francisco Javier. Cuenta con ocho aulas y varios baños adaptados a los más pequeños, además de una sala de juntas y un despacho para la gerencia. Los despropósitos se han ido acumulando con el paso de los años hasta el punto de que las llaves del edificio desaparecieron del Ayuntamiento. Una circunstancia que obligó al nuevo grupo de gobierno a cambiar todas las cerraduras ante la imposibilidad de encontrar las llaves originarias.

El actual concejal de Educación del Ayuntamiento de Arrecife, Lorenzo Lemaur (PP), reconoce abiertamente que se han encontrado un edificio "hecho un Cristo", lo que obligará a invertir otros 200.000 euros en poner a punto la escuela para su posible inauguración a finales de este año.

El Ayuntamiento ha vuelto a contratar al estudio arquitectónico que diseñó la escuela para acometer las últimas reformas. Entre las nuevas obras figura la instalación de una cocina, la elevación de los muros que rodean el edificio y la colocación de toda la iluminaria de las instalaciones.

La actual inestabilidad política del consistorio (el grupo de gobierno del PIL, PP y PNL está en minoría por el cese de los dos ediles del PIL imputados en la Operación Unión) ha retrasado, además, la aprobación de la ordenanza reguladora para fijar los precios por la prestación del servicio de la atención educativa y del comedor. Habrá que esperar al próximo pleno para ver si es posible su aprobación.