Frío, calculador y celoso. A Raúl Díaz se le ha visto paseando por las calles de Arrecife sin dar muestras de que su mujer habría muerto en su propia casa y que, según se propia versión ante la Guardia Civil, habría arrojado el cuerpo al mar. Incluso fue capaz de llamar a una radio y a una televisión local para desmentir que pudiera estar relacionado con la desaparición de Romina Núñez.

"Hasta el día 7 yo no tengo conocimiento de que ella no había hablado con su familia tampoco y es cuando realmente me alarmo", aseguraba sin un ápice de remordimiento a Radio Lanzarote pidiendo además que se respetara su anonimato. Raúl Díaz y Romina Núñez contraían matrimonio por lo civil el pasado 10 agosto del pasado año en Lanzarote después de que se conocieran en Madrid. La boda se celebraba en un local de Puerto del Carmen.

Sin embargo, la relación con su nueva pareja estuvo marcada por los celos prácticamente desde que empezaron a vivir juntos. En su corta relación aparece un episodio de malos tratos, confirmado por fuentes cercanas a la investigación, aunque no seguiría su curso judicial tras retirarse días después por la propia Romina.

Ingeniero en una multinacional eléctrica, Raúl empezó a trabajar en Lanzarote en el año 2013, estando con anterioridad en la central térmica de Teruel y en la Central Térmica de Ciclo combinado de Besòs (Barcelona).

"Dejó todo por Romina", cuentan quienes lo conocían. Ese todo incluye la familia que había formado con su anterior esposa con la que tiene dos hijas. Desde Paraguay, una de las hermanas de Romina lanzaba ayer un grito desesperado: "Te odio Raúl Díaz desde lo más profundo de mi corazón por arrebatarle la vida a mi hermana, te odio porque no pensaste que puede pasarle lo mismo a tus hijas, a tu hermana y tu madre. Le robaste la vida le robaste la ilusión de ver crecer a sus dos hijos. Maldito el día en que te conoció . Maldito vos. Maldito. Ojalá que te llegue la justicia divina. Tenía 28 años y la mataste", aseguraba.

Entre sus amigas también se ha solicitado ayuda económica para su familia paraguaya residente en el barrio de Ñemby en la capital Asunción. "Pedimos ayuda para recaudar fondos para ayudar a la familia de Romina, ya que ella estaba construyendo una casita en Paraguay para vivir con su pequeño angelito. Dicha casa no está terminada y la familia no dispone de fondos para poder terminarla. Pedimos la colaboración con muy poquito que pueda cada uno para construir ese rinconcito donde se asegure un techo para ese niño al que han dejado sin su mamá como su última voluntad. Entre todos podemos conseguirlo", era el mensaje.