Felip Martín habla con pasión de su oficio artesanal. Sus manos buscan el sonido perfecto y los mejores diseños para los timples y ukeleles que decoran el pequeño stand de la Feria Insular de Artesanía de Mancha Blanca a la que ha acudido por primera vez. Tras realizar un curso de construcción de timples en la villa de Teguise cuando tenía 18 años decidió que quería dedicarse a esta profesión.

Ahora con 20 años Martín no ha dudado en viajar hasta Hawaii y a Estados Unidos para profundizar en la construcción de los ukeleles, otra de sus debilidades al igual que la de los timples. Este joven de Costa Teguise defiende el uso de los barnices naturales elaborados por él a base de escamas de insectos procedentes de la India e incluso de huesos de vaca y camello para las cejillas de estos instrumentos.

"Los huesos de vaca los pedí en la carnicería pero el de camello me lo regalaron", señala mientras muestra una pequeña piedra de olivina que decora uno de sus timples. "Me gusta realizar a mano todo el proceso de la elaboración de mis instrumentos y cuidar todos los detalles", afirma.

La feria de Artesanía, que se celebrará hasta este domingo, acoge a un total de 110 artesanos, repartidos en 134 stands, fundamentalmente de Lanzarote pero con presencia de otras islas como Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y La Palma. La región invitada este año es Galicia, a través de la Asociación Galega de Artesanos.

En esta edición el artesano homenajeado es Manuel Perdomo Cabrera, natural de Haría, con una extensa y extraordinaria obra, centrada sobre todo en vehículos con ruedas, desde carruajes a bicicletas de madera, hechas con técnicas artesanales de carpintería y ebanistería.

En la feria tampoco faltan las degustaciones de pella de gofio elaboradas por la familia Arráez conocidos como "Los del Gofio". La peña de "Los Dolores" como es popularmente conocida lleva entre otros ingredientes el gofio de millo,queso de cabra, plátano, aguacate, pasas, coco rallado, azúcar moreno, miel de palma, ron miel, licor de plátano, aceite de oliva virgen y leche de cabra o vaca. Una delicia que se agota casi al instante cada vez que se elabora durante todos los días de la feria. "¡Está rica", aseguraba Melo mientras invitada a los primeros visitantes de la feria.

Uno de los veteranos de la Feria es Víctor Manuel Socas, que en esta edición cumple 20 años de asistencia al que considera uno de los eventos más importantes del sector artesanal en Canarias. Víctor trabaja el cuero curtido, fundamentalmente de baifos que adquiere en el matadero insular para la elaboración de soletas (calzado tradicional). "Realizo un curtido vegetal a base de aceite de pescado y el tanino de las cortezas de los árboles, es decir, nada de productos químicos", indica Socas.

Las soletas de Socas, cuyo diseño se debe al artesano y folclorista Juan Brito, son muy codiciadas en Lanzarote. No en vano acaba de terminar un pedido de 50 pares para la agrupación folclórico Rubicón de Yaiza. "Han sido un total de cien soletas, todas ellas elaboradas de forma personalizada para cada componentes", destaca.

Alfarero tradicional

Victor Manuel, que cuenta con uno de los puntos de venta del Mercado Artesanal de la Casa-Museo El Campesino de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, reconoce que hay que potenciar al sector artesanal para evitar que los antiguos oficios se sigan perdiendo. Por ello, cree que hay que llevar la artesanía a la escuela.

El alfarero tradicional José Miguel Clavijo también es partidario de dar más valor a la artesanía. Para la elaboración de sus piezas, realizadas a mano sin torno, inspiradas en la cerámica aborigen de Canarias utiliza tierra de la montaña de Haría, ceniza volcánica de Timanfaya y tierra roja de montaña Bermeja. "Se corre el riesgo de que la tradición se pierda, en mi caso que tengo 46 años, creo que soy de los más jóvenes de Lanzarote que se dedican a este oficio", señala.

Clavijo, que tiene un puesto en el Taller de Artesanía de Haría (abre de lunes a viernes de 08.30 a 14.00 horas, considera que las instituciones tendrían que dar más ayudas a los artesanos. "En unos años se terminará perdiendo", apunta con pesimismo.

Quien también se queja de las numerosas trabas administrativas que padecen los artesanos es María de los Ángeles Gil que lleva 14 años como costurera y se ha especializado en la almueza, la confección de piezas textiles a partir de retales y trozos de ropa en desuso. En su stand de la Feria de Artesanía se pueden adquirir pequeños bolsos realizados a partir de pantalones vaqueros y otras telas con diseños relacionados con Lanzarote.

"En nuestro trabajo nos piden muchas exigencias y da la sensación que los artesanos somos todos como Inditex (el imperio de la moda de la marca Zara)" se lamenta. "Para seguir, te tiene que gustar mucho este oficio".

Los artesanos demandan también que la feria forme parte del circuito turístico durante el mes de septiembre, con la finalidad de poder aumentar sus ingresos. "Vamos a ver que tal sale este año la feria", indica María de los Ángeles mientras coloca algunas de sus creaciones.

"Tenemos que dar valor a lo nuestro", insiste Joaquín Reyes que también ha acudido este año con la cerámica tradicional que también realiza y lleva a cabo talleres en el Monumento al Campesino.