"Cuenta una antigua leyenda canaria que, el 1 de septiembre de 1730, en Timanfaya, se estaba celebrando una boda. Los afortunados en aquella ocasión serían una pareja conformada por el hijo de uno de los habitantes más pudientes de la isla y una hermosa joven cuya familia se dedicaba al cultivo de plantas curativas", así comienza la leyenda del Diablo de Timanfaya que esta semana ha captado la atención del National Geographic gracias a una fotografía de Juán Méndez Quesada que reconoce que tuvo que esperar nueve meses hasta poder tomar esta instantánea.

"Dicen que, en mitad de la ceremonia, una gran explosión hizo temblar la tierra. Del cielo comenzaron a llover cientos de rocas y pedazos de lava que destrozaban todo a su paso. Como no podría ser de otro modo, tanto los invitados a la boda como las gentes del pueblo huyeron despavoridos en busca de refugio. Muchos se salvarían, sin embargo, en esta ocasión el destino quiso que la desgracia cayera sobre la joven pareja", prosigue la historia.

Inmortalizada por Méndez, para este lanzaroteño de Arrecife no es la primera vez que la prestigiosa revista le publica una de sus obras. Ya anteriormente logró captar a un 'Ícaro', cerca del pueblo de la Villa de Teguise y logró captar a un parapente surcando los cielos y cómo este se alineaba con el sol. Con la publicación del Diablo de Timanfaya, ya es la quinta vez que la revista publica imágenes del fotógrafo lanzaroteño, que acumula ya cuatro de Lanzarote y una de La Palma. 

"Así, una gran roca procedente del volcán aplastó a la novia, dejándola sepultada. El novio, al ver la escena, tomó una forja de 5 puntas para intentar mover la enorme piedra y salvarla. Pero cuando por fin lo logró, para desgracia de ambos, tristemente se percató de que su amada ya había fallecido. Entre su desesperación y el sentimiento de desolación, sin soltar la forja, tomó el cuerpo de su esposa y empezó a correr por el valle buscando un refugio que ya ningún lugar del mundo podría ofrecerle", prosigue la leyenda.

"Para mi es un orgullo y pura motivación que una página o revista como National Geographic se fije en mis fotos y las comparta", señala Juan Méndez.

"A pesar del humo y las cenizas, algunos habitantes del pueblo pudieron divisar en una colina al joven iluminado por la Luna. Este levantó la forja de 5 puntas con sus dos brazos y, antes de desaparecer en el ardiente terreno de Lanzarote, los testigos allí presentes suspiraron de pura tristeza: -pobre diablo-", finaliza la leyenda.