A nada más y nada menos que 13.000 kilómetros de sus casas, un grupo de unos 250 filipinos participan cada domingo en las canchas de la calle Churruca, en la plaza Alcalde Fernando Ortiz Wiot, en un campeonato de baloncesto entre equipos de esa colonia de este país en la capital, y que este fin de semana celebró su final entre los conjuntos del restaurante Gambrinus y el Mercado Central.

Durante meses, y con más de una treintena de partidos a sus espaldas, estos inmigrantes que llegaron a las Islas en busca de un trabajo han luchado por vencer en una reñida competición. Entre ellos está la escuadra de Yoyo, un alero, admirador del jugador de los Portland Trail Blazers Rudy Fernández.

Éste explica cómo comenzó esta idea: "Antes jugábamos los domingos por la mañana junto al Club Náutico, pero las pistas abrían tan tarde que tuvimos que irnos a las de Churruca que lo hacían más temprano", debido a que la gran mayoría de ellos trabajan en la hostelería, por lo que se ven obligados a madrugar para practicar así este deporte y posteriormente acudir al tajo.

Fue entonces cuando "al ver que venían más filipinos decidimos organizar el torneo", que ya el pasado año celebró sus primeras eliminatorias, en la que tan sólo participaron cuatro equipos, y que para esta segunda ya son siete "y esperamos más para la próxima", adelanta. "Hasta ha venido un árbitro desde nuestro país", apunta este joven, que formó parte de uno de los finalistas, el Gambrinus.

Aunque si Yoyo ha llegado hasta la final, otros se han quedado por el camino. Este es el caso de Albi, que entrena a los jugadores del restaurante Asturias. "Nos eliminaron en una de las rondas", dice, mientras asegura que existe "algún jugador muy bueno que podría jugar en un equipo de Canarias, aunque también es verdad que el trabajo nos impide entrenar para llegar más lejos. Pero sí que hay jóvenes que son muy buenos".

Esta afición por la canasta la traen arraigada desde su país. "Allí es el deporte principal, como aquí el fútbol", señala Bernardo, el organizador de la competición, que se muestra más que satisfecho con la implicación que todos -ciudadanos, empresas y jugadores- están teniendo con esta iniciativa.

Y, es que, Gambrinus, Asturias o Mercado Central son sólo alguno de los nombres de los siete equipos que participan, y que apoyan a los participantes aportando los uniformes de cada una de las formaciones. Esto refleja la seriedad de estos aficionados al baloncesto, cuyos mejores jugadores tendrán como regalo viajar en el mes de marzo a Mallorca para participar, junto a formaciones de filipinos de otras regiones de la Península, en una gran final, se podría decir que 'nacional'.