La oferta cultural de la capital grancanaria tiene su territorio bien definido. La ciudad ha enriquecido su mapa de ocio gracias al fortalecimiento de proyectos públicos, espacios escénicos con una programación regular entre música, teatro, danza y otras manifestaciones culturales, y por el empeño de contados empresarios privados que ha hecho posible que la noche capitalina recupere el tono que el ladrillo municipal se encargo en sepultar a finales de 1999.

Lo que ofrece la ciudad a vecinos y foráneos posibilita una diversificación con propuestas que bien podrían encontrarse en cualquier localidad española de las más populosas. Eso si, en una liga menor, pero con categoría de nivel medio.

La noche se parte en dos entre el entorno de Vegueta y Triana, y la zona Puerto-Canteras desde La Puntilla hasta El Rincón. El casco antiguo es un amplio triángulo en el que se cruzan todas las artes: la palabra reside en el Teatro Cuyás, que este fin de semana estrena su temporada con tres funciones del espectáculo Angelina o el honor de un brigadier, de Enrique Jardiel Poncela, a la espera de que el 8 de octubre el teatro Pérez Galdós haga lo propio, también con una propuesta teatral, en este caso con un guiño a Shakespeare y El mercader de Venecia.

Vegueta es centro activo del arte. Anoche, la galería Saro León inauguraba la muestra Carne, de Rocío Arévalo; el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) agota los últimos días de la exposición sobre el diseñador madrileño Manuel Estrada, a la vez que mantiene en San Antonio Abad el proyecto Tengo el control con la duda, de Tomaso Hernández. El centro museístico de Los Balcones celebraba igualmente anoche el arranque de la muesra +Vídeo, proyecto del colectivo Mascero con la presencia de cinco artistas, y que después de medianoche se movía al otro extremo de la ciudad donde se cuece el grueso de ocio: la plaza de la Música, con una fiesta electrónica en Mojo Club.

La oferta plástica se completaba ayer en Vegueta-Triana con la exposición Ciénaga que Carlos Rivero mantiene en el Gabinete Literario, y la retrospectiva que sobre Felo Monzón se puede descubrir en el Cicca. Más hacia el Puerto, el centro de arte La Regenta ofrecía al visitante la muestra colectiva Espacio Privado, Espacio Imaginado.

De vuelta al Cicca, su sala noble era anoche sitio de paso obligado para degustar el aperitivo musical con el que iniciar una noche con múltiples convocatorias. La banda barcelonesa Facto Delafé y las Flores Azules presentaba su nuevo disco Vs las trompetas de la muerte. Sin salir de la manzana, por la sala Cuasquías pasaba igualmente el grupo tinerfeño Brixtol Tapes, finalistas de La Caja Sonora 2010. Al lado, en la calle Mendizábal, Soultrain; en Primero de Mayo, Alambique; y en medio, y de camino hacia el Puerto-Canteras, la chiquillería siguía disfrutando con el nuevo estreno de Mickey y sus criaturas animadas.

EN DIRECTO. El plato fuerte de la noche del viernes y sábado se concentra en Guanarteme. Los más atrevidos podían comenzar la ruta desde La Puntilla al ritmo del jazz que sirve La Tasquita Cambullonera, para continuar por el paseo de Las Canteras con parada en Luis Morote hacia la sala Paraninfo, nueva escala en La Guarida, y recta final ya en Guanarteme entre NY Taxi, Tiramisú, Mojo Club y Nasdaq. A mitad de camino, en Ruiz de Alda, se asoma Delta 79; y enfrente del Estadio Insular, La Grada. Y en Ámbito Cultural, los grancanarios de Levi Strauss presentan su disco de debut.

Anoche la plaza de la Música hacía honor a su nombre con los conciertos de El Pez Listo y Óscartienealas; el directo de Hermanitas en Nasdaq; y con un sábado en el que Efecto Pasillo, los de Chacho, se plantan en Mojo Club, local que junto a Nasdaq ha propiciado un circuito estable para bandas locales, nacionales e internacionales.