Los comerciantes de la zona comercial abierta de Pedro Infinito, en el barrio de Schamann, han decidido pasar a la acción para sobrevivir al bajón de las ventas que han tenido en los últimos años por la crisis, los problemas de tráfico por el hundimiento del puente de Obispo Romo y la falta de aparcamientos. A eso de las diez de la mañana comenzó ayer la II Feria Comercial y Artesanal de Schamann y los empresarios esperaban que a lo largo del día se acercaran un millar de personas por los cuarenta puestos de venta que se desplegaron en la plaza Carmen González Roca. "El objetivo de esta feria es impulsar las ventas y conseguir que los vecinos de Schamann no se vayan a otros centros comerciales", dice Raquel Montero, dinamizadora de la zona comercial, quien agradeció la ayuda del Ayuntamiento, el Cabildo de Gran Canaria, La Caja de Canarias e Hiperdino, para sacar adelante la exposición, en la que también participaron artesanos y grupos folclóricos.

El comercio de Schamann no pasa por su mejor momento y en el último año las ventas han bajado entre un 40% y un 50%, según las estimaciones de Montero. Pepi y María José, de la floristería Adaflor de Pedo Infinito, se quejaban de que "las ventas han bajado una barbaridad". "Este año", añade Pepi, "ha sido peor que los anteriores. Para la fiesta de Los Difuntos vendimos una cuarta parte de lo que se hacía antes. Hemos tenido que bajar los precios y así vamos saliendo".

Cristina, empleada de Modas Martita, asegura que el negocio sobrevive gracias a la "fidelidad" de sus clientes. "Gracias a los clientes fijos, escapamos", señala Cristina, algo parecido a lo que le sucede al Salón América, de la calle Pío Coronado, pero los usuarios ya no van con tanta frecuencia como antes. "Sobrevivimos a base de ofertas, como hacer gratis la manicura con el peinado", dice Leonor, empleada de la peluquería.