La crisis castiga especialmente a la Comunidad Canaria y eso se nota hasta en las compras para las comidas de Navidad. Este año los canarios se han acercado más tarde y con menos dinero a las tiendas y a los puestos de los mercados. Aunque los productos estrella para esta noche siguen siendo prácticamente los mismos de siempre: carne de cabrito, pata asada, solomillo, cordero y marisco.

En el Mercado de Vegueta estos días estaba todo demasiado tranquilo. Lo normal es ver desde comienzos de semana a amas de casa comparando precios y lanzándose al cabrito con mejor pinta, pero la escasez de dinero cambia las cosas. "La gente espera al último día para hacer las compras por si puede pillar alguna oferta de última hora. No hay dinero y todo está caro porque no está a su alcance", explica Antonio Jiménez en su puesto de Papas del Mercado de Vegueta.

En los pasillos se multiplican las quejas de los consumidores por los precios "desorbitados" de los productos, pero al final acaban comprando. "¿Qué voy a hacer? Mi familia tiene que comer esta noche. Lo que hago es comprar cosas más baratas, como cintas de cerdo. Con eso comemos todos porque el marisco no puedo permitirme ni mirarlo", se sincera Loly, clienta de este mercado de la capital grancanaria desde hace 37 años.

Pese a que los puesteros aseguran que los precios se mantienen, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las quejas de los clientes no serían infundadas. La organización sostiene que los precios de los productos frescos más típicos de las fiestas navideñas en estas últimas semanas se han disparado de media entre un 20% y un 50% en toda España.

Poca venta

"El año pasado a estas alturas se hubiera vendido ya el doble. Por mucho que los clientes compren más estos días [ayer y hoy] no nos vamos a recuperar", augura Pablo Martín, de la Pescadería María del Pino, en la que se vende sobre todo de pescado, sama y cherne, y de marisco, mejillones, almejas y langostinos.

Para Tito Montesdeoca es su primera Navidad al frente de un puesto del mercado, pero el miércoles veía claramente que "la cosa" no estaba yendo como esperaba. "Está muy flojo todo. Esperábamos más ajetreo para los días previos a la Nochebuena", comentaba en su puesto de Ibéricos Danna, aunque todavía se mostraba optimista en que a lo largo de la mañana se fueran animando las compras.

Otros clientes prefieren encargar directamente la comida hecha. En este caso la pata de cerdo no tiene competidor. En el Asadero de Pollos La Plazuela reconocían que también la gente "se está dejando ir". "Se esperan al último día y a última hora", comenta Carlos Santana, encargado de este establecimiento capitalino.