A mil revoluciones se fragua día tras días la campaña de recogida de juguetes y alimentos de la Casa de Galicia que este año cuenta con una crecida en las peticiones de ayuda de cerca de un 20%. Decenas de voluntarios ya preparan y acondicionan el local donde se dispondrá todo el material que se recoja. Barrer, organizar las mesas y apilar los juguetes que se han ido acumulando durante el año son algunas de las tareas que hacen estos días personas como Jonathan González o Loli Quintero, voluntarios que cada año esperan provocar las sonrisas y hacer olvidar por un instante los duros momentos que se atraviesan.

Este año, siguiendo la ruta que se vaticinaba las navidades pasadas, la Casa de Galicia se enfrenta, ante un local aún vacío, a cerca de 75.000 peticiones de ayuda de familias con muchas necesidades que se ven obligadas a seguir las pautas que la profunda crisis marca a su paso. Ricardo Villares, presidente de la Casa de Galicia, ha previsto un aumento de las peticiones de ayuda de entre un 10% y un 20% con respecto al año pasado en el que se registraron 64.000 demandas.

Dulces comienzos

En 1951 los fundadores de la Casa de Galicia decidieron hacer una campaña para que esas Navidades ningún niño se quedara sin juguetes. Además, y como colofón ante el triunfo, el día 5 de enero de 1952, cuando ya se habían entregado todos los paquetes, se celebró la primera de muchas cabalgatas de Reyes. Con el paso de los años la humilde ayuda que desde la Casa de Galicia querían aportar a la gente necesitada comenzó a crecer desmesuradamente hasta hoy, que se enfrentan a una de las campañas más duras debido a la cantidad de gente necesitada.

Constituida desde hace años como una de las campañas navideñas más importantes, la Casa de Galicia cuenta con cientos de voluntarios en los días más fuertes y la colaboración siempre desinteresada de particulares y empresas. Todo el que se precie quiere dejar su granito de arena para que, una fecha que aspira a ser sinónimo de felicidad, no quede limitada por aspectos puramente económicos.

Ropa de bebé, juguetes no bélicos y comida no perecedera se acumula durante el mes de diciembre en el local que la Caja de Canarias cede a la Casa de Galicia y en las mismas instalaciones de la asociación.

Ricardo Villares no cesa en su empeño por agradecer la ayuda de todas aquellas personas que se solidarizan con los que menos tienen. Pero cree que "este año todos tenemos que arrimar el hombro de una manera especial porque la situación es crítica".

Mientras Villares, papel en mano, hace recuento de las cajas de juguetes que se empiezan a apilar, Jonathan González y Francisco Simón improvisan cajas con pales para la recogida de juguetes y alimentos. "Conforme vayan llegando las ayudas", explica Jonathan, "iremos clasificando, separando y empaquetando".

Desde los primeros días de diciembre se empezarán a suceder las recogidas masivas en colegios, asociaciones de vecinos, clínicas y hasta gimnasios. Y por primera vez, la asociación de Singles de Las Palmas, celebrará el día 6 varios pasacalles por la ciudad que confluirán en la Casa de Galicia para avisar a todos los ciudadanos de la necesidad de arrimar el hombro.